COLOMBIA CELEBRA SU DÍA DE LA INDEPENDENCIA EN LA CASA BLANCA

Baladas colombianas resonaron hoy en las paredes de mármol de la Casa Blanca, que se unió hoy a los festejos por el Día de la Independencia del país suramericano.

El “Indian Treaty Room” se vistió del amarillo, azul y rojo de la bandera colombiana para conmemorar el Grito de Independencia del 20 de julio de 1810, que llevaría nueve años más tarde a su separación del reino de España.

Se trata del tercer año consecutivo en que se celebra la efemérides en la Casa Blanca, que también ha conmemorado los días patrios de México, Perú, República Dominicana y otros países de origen de la comunidad hispana en Estados Unidos.

El aspirante a la candidatura republicana para los comicios presidenciales, Mitt Romney, también vio la oportunidad electoral y celebró en un comunicado la contribución a EE.UU. de los “colombiano-americanos” y dijo que Washington debe continuar con su apoyo a Bogotá para luchar contra “los narco-terroristas despiadados”.

Mientras, en el “Indian Treaty Room”, localizado en el edificio que acogió en su día al departamento de Defensa, se reunieron unos 80 diplomáticos, funcionarios de ambos gobiernos y colombianos de renombre residentes en los Estados Unidos.

Como no podía ser de otra manera, la embajadora en Washington, Carolina Barco, no cejó en loar a su país y recordó que ha producido a talentos como el escultor Fernando Botero, el escritor Gabriel García Márquez y los cantantes Juanes y Shakira.

Como un atisbo de esa riqueza cultural, el cantante Andrés Cepeda entonó tres baladas sinuosas que se escucharon en una sala donde a pesar de su nombre nunca se firmaron acuerdos con los indios, sino que fue una biblioteca.

Como tal, sí almacenó bajo sus frisos dorados y entre sus medias columnas los pactos con los indígenas. Precisamente los discursos del acto de hoy también se refirieron a un acuerdo.

Se trata del Tratado de Libre Comercio (TLC) firmado por EEUU y Colombia el año pasado, que está pendiente de aprobación por el Congreso.

En la ceremonia del año pasado, que tuvo lugar en el mismo marco, el tema fue el mismo, pero las perspectivas entonces eran más positivas.

La victoria de los demócratas en las elecciones legislativas del pasado noviembre, que les dio la mayoría en ambas cámaras, ha sido una mala noticia para el gobierno de Álvaro Uribe.

Hace dos semanas, los líderes de ese partido en la Cámara Baja afirmaron que no apoyarán el TLC hasta que no haya “resultados sostenidos” en la reducción de la violencia y la impunidad, y con respecto a las actividades de los grupos paramilitares.

En declaraciones a Efe tras la celebración, el secretario de Comercio, Carlos Gutiérrez, prometió aún así que la administración continuará impulsando el pacto.

“Si hay un país en el mundo entero que se merece el apoyo de Estados Unidos es Colombia”, dijo Gutiérrez, quien enfatizó que la aprobación del acuerdo es “una prioridad muy alta” para el presidente George W. Bush.

Los demócratas se han quejado de que el Gobierno colombiano no protege suficientemente a los sindicalistas, pero Gutiérrez señaló que “esas razones no tienen fundamento”.

Por su parte, Barco enfatizó que la aprobación del pacto “es un punto esencial en la agenda bilateral” y dijo que atraerá más inversión extranjera a Colombia.

El propio Uribe reiterará estos argumentos en una visita este fin de semana a Nueva York y Nueva Jersey para asistir a actos en conmemoración del Día de la Colombianidad.

Otros piensan de forma diferente. La próxima semana una delegación de mujeres colombianas lideradas por la congresista María Isabel Urrutia se reunirá con legisladores estadounidenses en Washington para destacar que, a su juicio, el TLC aumentará la pobreza en el campo. VN

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