MÚSICA QUE TOCA EL ALMA

Samuel Salvador Soria, organista de la Catedral de Nuestra Señora de los Ángeles, comparte la experiencia de ser parte de la Iglesia Madre de la Arquidiócesis angelina

En Misas en inglés y español, bodas, funerales y conciertos, seis días a la semana, Samuel Salvador Soria extrae los bellos sonidos del magnífico órgano tubular de la Catedral de Nuestra Señora de los Ángeles en el Sur de California.

Las voces del órgano de tubos conmueven a la audiencia una vez que el músico expone su virtuosa interpretación. Soria es “el organista de la Catedral”, y se ha colocado en la lista de los grandes ejecutantes de este instrumento.

Sal, como se le conoce, fue nombrado organista oficial de la nueva Catedral de Nuestra Señora de los Ángeles en mayo de 2002, pocos meses antes de su inauguración.

Nacido en Chicago de padres mexicanos de Guanajuato, su vocación por la música empezó a muy temprana edad. Fue a los 7 años cuando en una Misa en español por primera vez tocó el órgano. En el Chicago de ese entonces las Misas en castellano sólo se celebraban una vez al mes.

“El órgano de tubos tiene un sonido particular y me cautivó desde que era muy pequeño. Es que este instrumento es muy poderoso; eleva el espíritu y su sonido es inspirador”, comenta a VIDA NUEVA el músico de 54 años de edad, que además del órgano, también con maestría ejecuta el piano.

Su mamá siempre le apoyó a que tocara música clásica y eclesial, pero su padre quería que tocara una música más popular en los estadios deportivos. Soria se inclinó por lo primero y a eso ha dedicado su vida.

Gran parte de su educación fue en escuelas públicas, aunque su sueño era asistir a una Escuela Católica. “Para lograrlo conseguí un trabajo de organista en una Iglesia Luterana, e irónicamente con lo que ganaba pagué mi propia educación en Escuela Católica”, dice.

Después que finalizó la secundaria asistió a las universidades Valparaíso en Indiana y posteriormente a Nortehwest donde obtuvo una maestría en música. Soria ha estudiado con Philip Gehring y Rubsam Wolfgang, y recibido capacitación de parte de prestigiosos artistas tales como Jean Guillou, Naji Hakim y Paul Manz, concentrándose en el arte de la improvisación musical con el uso del órgano.

“Mi primer trabajo fue en la Catedral Holly Name en Chicago”, dice, y por nueve años consecutivos fue su organista.

Su trayectoria de éxitos es extensa. En 1993 Soria ganó el segundo lugar en el Concurso Internacional JS Bach en el Kennedy Center, en Washington DC, y también fue premiado por el Gremio Americano de Competencia en Improvisación de Órgano en la Iglesia Trinidad de Nueva York. También realizó la primera grabación de música de órgano en disco compacto, y la compañía Delos lanzó el material en febrero de 2004 recibiendo elogios de la crítica de todo el país.

En 1995 participó en el Concurso Europeo de improvisación de música de órgano en Bélgica, siendo el primer estadounidense en ser invitado a esa competencia. Fue galardonado en 1996 en el AGO Concurso Nacional de Improvisación de Órganos; en 1992 había resultado semifinalista en la misma competencia, así como en el Concurso Nacional de Órgano en 1985 en Indiana.

La oportunidad de darle un nuevo giro a su carrera ocurrió hace diez años, cuando Soria pudo contactarse con Frank Brownstead, director musical del Ministerio Musical de la Catedral de Nuestra Señora de los Ángeles. El objetivo de este ministerio es desarrollar un programa de música sacra que abarque las bellas tradiciones de la Iglesia y las múltiples culturas que se congregan en la Arquidiócesis.

“Él (Brownstead ) me dijo que estaban en la última etapa de la construcción de la Catedral y que estaban buscando un organista. Escuché con mucha atención qué pasos debía dar para ser considerado a ocupar el puesto. Hice lo que él me dijo y eventualmente me eligieron a mí”, recuerda.

Cuando se le pregunta sobre cuál cree que fue la razón de que lo eligieran para ser el organista de la Catedral, responde: “Tengo una combinación de talento para poder tocar el órgano y la capacitación para poder improvisar. La improvisación es muy importante con este instrumento. Por ejemplo, cuando el Arzobispo o el Cardenal se dirigen al altar y se ejecuta el canto de entrada, siempre se necesita más música para darles el tiempo de llegar; y es ahí cuando es importante improvisar. Sin duda es un talento necesario para tocar este instrumento”, reafirma.

De acuerdo al músico, cuando la nueva Catedral católica abrió sus puertas, sólo el 60% del órgano estaba listo. “De todos modos tenía lo suficiente para proveer un gran sonido. En la primavera de 2003 se completó y quedó a su máxima capacidad”, agrega.

En una ocasión, Bryan Andrews, de Barnes & Noble, manifestó en un reporte crítico que “la combinación de talento del señor Soria y este órgano nuevo y potente se convierten en una maravillosa experiencia de sonido”. Y la audiencia parece estar de acuerdo. “Cuando estoy frente al órgano, hay veces que la gente se acerca a mí emocionada, con lágrimas en los ojos. Recuerdo que cuando comencé a tocar el órgano en los eventos de la Catedral, sobre todo los feligreses de la Misa en español me preguntaban con auténtica curiosidad y emoción, ‘¿¡qué clase de música es ésta!?’”, dice.

“A menudo, especialmente los niños, me rodean cuando toco la primera pieza. Y muchos padres quieren que les enseñe a sus hijos, pero estoy demasiado ocupado con mi trabajo y no me queda tiempo para poder enseñar”.

Según Soria, tanto los coros en inglés como en español son muy dedicados al público. Una dedicación que es esencial para ser parte del personal musical de la Catedral. Sus miembros son como una gran familia.

“Mi familia cercana que es mi madre y hermana, viven en Chicago, por eso la gente de la Catedral es mi familia aquí en Los Ángeles”, manifiesta Soria.

“Para mí es un honor y una gran responsabilidad ser el organista de la Catedral. Siempre ha sido una experiencia muy emocionante y me llena de satisfacción poder compartir mi talento musical con todas las personas que llegan aquí”, concluye el primer organista que ha tenido la Catedral de Nuestra Señora de los Ángeles. VN

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