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Rigoberta Menchu demanda investigacion de un “segundo genocidio” perpetrado
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DESENTERRANDO RECUERDOS.- Rigoberta Menchu demanda investigacion de un “segundo genocidio” perpetrado en Guatemala.-

Rigoberta Menchú Tum, Premio Nóbel de la Paz 1992, visitó esta ciudad de Los Angeles, como parte de su campaña para obtener apoyo a la demanda presentada ante la Audiencia Nacional en España con el argumento de lesa humanidad, dado que el período de enfrentamiento armado en su país lo considera un segundo genocidio. La demanda presentada fue en contra de militares y civiles con altos cargos en el gobierno actual de Guatemala. El objetivo de la gira es apelar a la solidaridad, no sólo de sus compatriotas, sino “de la gente que se identifique con la defensa de los derechos humanos, sin importar dónde se originen”, de acuerdo con declaraciones de la líder indígena.

En entrevista exclusiva, Menchú habló de los motivos que la llevaron a presentar la querella y cómo su familia se convirtió en un objetivo del exterminio perpetrado en contra del pueblo maya.

Rigoberta Menchú hizo un paralelismo entre los hechos que marcaron la conquista del continente y de los que fueron testigos los guatemaltecos en los últimos 40 años. “En Guatemala ha ocurrido un segundo genocidio, que poca gente lo reconoce como tal y que es tan parecido al primero, aquel que sucedió hace 500 años. Una de las diferencias es que este último, lo estamos documentando nosotros, los afectados, no los perpetradores. En el primero, nadie se interesó por registrar la destrucción de los pueblos indígenas, específicamente en contra de la cultura maya. Que a pesar de todo, al final del milenio, permanece viva.

“Nuestra civilización está llena de una vasta riqueza, con su religiosidad, su profundidad y su visión respetuosa del ser humano y su relación con la naturaleza.

“Una de las tristes similitudes entre una y otra, es que ambas acciones tenían la clara intención de exterminarnos. Sin embargo, la más reciente es la que nos impactó, mucha gente quedó hablando de lo que sucedió hace 5 siglos y se enfocaron en lo sucedido. En mi caso, quedé impresionada por ese vistazo al pasado cuando lo más imperante era lo que pasó en Guatemala del año 79 al 84, sin descartar los años anteriores y posteriores.

La destrucción sistemática de los indígenas no se ubica en un solo período, pero el lapso más ilustrativo del genocidio en mi país es a partir de la fecha que mencioné. Eso lo sé muy bien porque mi familia fue víctima. Mi hermano fue uno de los primeros muchachos quemados en público, el hecho cumplió su cometido en cuanto al horror que generó en la población, la extrañeza por ser quien era. Los genocidas trataron de fomentar actos peores en torno a la misma familia para crear el miedo. Quemaron a mi padre frente a la embajada de España junto con otra gente. Después de eso fueron por mi madre, la torturaron, más tarde frente a un grupo de patrullas civiles y de paramilitares fusilaron a mi hermano Víctor. Simultáneamente, en esa misma época, se suscita la muerte de cuatro sacerdotes españoles con los cuales mis padres trabajaron como catequistas. Los asesinos se dedicaron a atacar desde un ángulo religioso maya y católico. He descubierto que alrededor de 12 miembros de nuestra familia fueron ejecutados con la misma saña, eso me hace pensar que fue una de las familias más atacada.

“La investigación sigue y espero que culminará con la exhumación de los cadáveres, estoy dispuesta a esperar, aunque tarde mil años para encontrarlos. Necesito saber dónde están los restos de mi madre, de mis hermanos, Patrocinio y Víctor. Lo que sí va a ser casi imposible es recuperar los restos mortales de mi padre porque saquearon su tumba y se cree que lo metieron en una fosa común al lado de miles de huesos. Existe la posibilidad de encontrar a otros miembros que fueron ejecutados, según dijeron los antropólogos y médicos forenses, se podría localizar la línea 1, 2 y hasta 3 haciendo pruebas de DNA.

“Qué tristeza ha sido para nosotros llegar a descubrir que somos una familia importante por ser un símbolo del horror en Guatemala. Somos importantes no por nuestra sabiduría y el liderazgo que desempeñamos, no por lo positivo, sino por la brutalidad con la que se nos ha tratado. Y soy una sobreviviente del mismo horror”.

De acuerdo con la embajadora de la cultura de paz para UNESCO, el caso de su familia no es aislado.

“Desafortunadamente se sabe que la crueldad se repitió en 42,200 casos que tenemos en papel. Hay casos en los que se está trabajando como el llamado las Dos R’s. Se está haciendo una serie de exhumaciones, incluso en templos católicos, algunos de los cuales cuando fueron tomados los convirtieron en cuarteles. En otros, donde mucha gente fue capturada y torturada, abrieron fosas comunes dentro y los dejaron enterrados ahí. Ya hemos encontrado algunos y otros están en proceso. Se ha hecho un mapa de las regiones en las que laboraban catequistas, para determinar dónde posiblemente encontrar sus restos. Sabemos de casos tan brutales como ese donde el ejercito llegó a una población, reunió a más de 2,000 personas y las mataron, no conforme con eso estrangularon a los animales, los pollos, los cerdos y los metieron a todos en la misma fosa. Sabemos lo que pasó no sólo por la palabra de las víctimas, sino por los testimonios de muchos militares que participaron directamente en las acciones, ellos contaron los métodos, ubicaron los lugares donde dejaron la gente torturada y las condiciones en las que cerraron tantas fosas. Sabemos ahora la verdad y tenemos una documentación científica de lo que sucedió en Guatemala”.

La visita de Rigoberta Menchú a Los Angeles coincidió con el segundo aniversario de la muerte de Monseñor Gerardi. El prelado, en representación de un importante sector de la Iglesia Católica guatemalteca, condujo un proyecto de investigación sobre las masacres, asesinatos y desapariciones de la población civil en el marco de la guerra. El objetivo, era abrir un espacio para hablar de lo ocurrido, de lo presenciado, de lo vivido e iniciar un proceso de sanación y reconciliación, según Gerardi. Dicho proyecto, tuvo tres años de duración, y justo dos días después de presentar el reporte final Gerardi fue asesinado. El documento conocido como REMHI (Recuperación de la Memoria Histórica), consta de 4 tomos y recopila los testimonios de miles de víctimas.

Respecto al caso de Gerardi, la líder indígena citó: “Su asesinato está totalmente viciado, la mayoría de los intereses detrás del poder guatemalteco se han propuesto borrar las evidencias, manipulando pruebas, destruyendo pistas de la escena del crimen, inventando una versión para justificar lo que sucedió. Todo mundo sabe que el ejército está involucrado, así como la inteligencia de Estado e individuos que tienen que ver con los acontecimientos del pasado. Claramente es un caso político, un crimen de alto nivel, sin embargo trataron de involucrar a representantes de la Iglesia, llegando hasta lo absurdo, involucrar a un perro que apareció en el escenario. Realmente han dado una explicación y visión indignante del caso de Monseñor Gerardi.

Todo esto es, nuevamente, para intimidar a las víctimas y criminalizarlas. Así es, creo que toda la intención maquiavélica es convertir a las víctimas en criminales, destruir el valioso informe de monseñor. Eso conlleva a otro propósito, el de destruir el informe de la Comisión de la Verdad de las Naciones Unidas, porque parte del informe se basa en los testimonios que compiló REMHI. Lo que querían era destruir las fuentes y el informe de la comisión (ONU) donde se tipificaron los delitos de genocidio, el terrorismo de Estado, la tortura y cuanta clase de atrocidades se cometieron en Guatemala”.

Rigoberta Menchú finaliza haciendo un llamado: “Lo más importante para nosotros en este momento es que la solidaridad internacional nos siga apoyando, ya que este trabajo lo requiere. Por nuestra parte estamos haciendo un esfuerzo para acompañar a los testigos, a los familiares, para que nos den su testimonio, no es fácil que la gente vuelva a recordar lo vivido, pero tampoco es fácil olvidarlo. Si no pasa por la prueba de la verdad no recuperaremos lo que nos pertenece, que es la historia. Por eso necesitamos su apoyo con el proceso de España que nos ha puesto en una situación complicada en Guatemala. Las persecuciones, difamaciones e intimidaciones continúan en contra de mi persona, pero seguiré adelante. Lo importante es que estamos vivos para defender nuestra verdad y nuestra memoria y la dignidad de nuestros muertos”. VN

APOYO AL JUICIO EN CONTRA DE GENOCIDAS GUATEMALTECOS

Después de una acusación pública hecha en Guatemala en contra de la Premio Nóbel, en la que se afirmaba que Rigoberta Menchú había alterado los datos sobre la muerte de sus padres y de dos de sus hermanos, ella se dio a la tarea de volver hacer investigaciones sobre los sucesos. Los nuevos descubrimientos en los que salieron a flote datos sobre la muerte de otros familiares de la líder indígena, la motivaron a tomar una decisión. Llevar a juicio a los culpables del “segundo genocidio”, como ella califica a los acontecimientos en los que perdieron la vida no sólo sus familiares, sino más de 200 mil guatemaltecos durante 36 años de guerra en su país.

Los 8 implicados en la demanda presentada por Menchú son militares y civiles, algunos con altos cargos en el gobierno de Alfonso Portillo. La principal acusación gira en contra del general Efraín Ríos Montt, quien se convirtiera en jefe de gobierno a principio de 1982 y finales de 1983 por un golpe de estado y que actualmente funge como presidente del Congreso de Diputados en Guatemala.

“Remover y desenterrar los recuerdos”, como Menchú llama al hecho de volver a hacer las investigaciones sobre la muerte de su familia durante la guerra, la llevó a nuevas conclusiones y a sospechar que todo fue un plan trazado con premeditación, según explica. “Yo no había entendido el papel de mi familia en este proceso hasta que no estalló un escándalo de un grupo de antropólogos norteamericanos de extrema derecha, que lanzaron una campaña difamatoria en contra de mi persona. Un día, aparecieron en los periódicos guatemaltecos los grandes titulares que decían ‘Rigoberta miente, porque su padre no fue quemado con fósforo blanco como ella dice, sino posiblemente con queroseno, y miente porque su hermano Patrocinio no fue aniquilado en el lugar donde ella asegura, sino que fue en otro lugar’. Toda esa polémica impactó muy fuerte a la familia, sobre todo porque lo que queriamos era superar el trauma que dejó la muerte de mis padres, la separación de la familia, el exilio y todo lo demás. Y por lo que ya habíamos trabajado con el proyecto de REMHI (Recuperación de la Memoria Histórica, proyecto de la Iglesia Católica encargado de la documentación de los casos de víctimas de la guerra).

“Cuando Naciones Unidas preparaba su informe sobre lo acontecido en mi país, opté por pasar la palabra a las familias de sobrevivientes. Los comisionados de la ONU llegaron a mi casa y pidieron mi testimonio para el informe, diciéndome que querían que les volviera a contar mi historia, les dije que era más importante oír a los demás. El caso de mi familia ya lo hemos contado muchas veces -les dije- y nos han escuchado, hemos aportado lo que hemos podido. Lo hicimos porque lo consideramos parte del resarcimiento. Pero cuando me tildaron de mentirosa, me di cuenta que había el riesgo de que corrientes revisionistas, no sólo por su posición conservadora, sino por complicidad con los genocidas, terminarían cambiando la historia y me dio temor pensar que al final su versión fuera la que se convirtiera en la verdad de las víctimas. Por eso volvimos a la investigación, a caminar sobre los pasos ya dados. Al final me di cuenta que habíamos sido un objetivo militar y blanco de ataque, lo cual me motivó a seguir más allá.

“Al tiempo de ese proceso en el que nos encontrábamos, salió el caso de Pinochet, lo que sucedió en Londres, vimos las facultades de la Audiencia Nacional de España, un tribunal especial que tiene autoridad para juzgar delitos de lesa humanidad, todo eso nos dio la pauta. Iniciamos la querella, fue una decisión importante, ardua, profunda y hasta cierto punto riesgosa. Si la Audiencia Nacional no da un fallo será por otros motivos, pero no por falta de evidencias, pruebas y testigos, del genocidio que se cometió en Guatemala”. VN

SI DESEA COMUNICARSE CON LA FUNDACIÓN RIGOBERTA MENCHÚ TUM, comuníquese al correo electrónico rmt@infovia.com.gt en Guatemala, o en México al rmtpaz@laneta.apc.org

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