ACTIVISTAS PRESIONAN PARA IMPULSAR LA REFORMA MIGRATORIA ESTE AÑO
Un numeroso grupo de activistas de todos los sectores de la sociedad civil y de todos los rincones de EEUU calientan motores en pro de una reforma migratoria integral, días antes de una reunión convocada por el presidente Barack Obama para planear una estrategia común.
Convencidos de que el clima político les es favorable y de que podrán capear cualquier nubarrón de oposición, los activistas han lanzado esta semana “Reforma Migratoria Pro América”, una campaña nacional para que el Congreso finalmente se ponga a la tarea de reformar el maltrecho sistema de inmigración.
La campaña de los grupos pro-inmigrantes incluye actos en más de 35 estados, a partir de mañana y hasta el viernes próximo, pasando por una “cumbre” con unos 700 participantes el jueves en las cercanías del Capitolio.
El encuentro en la capital estadounidense este jueves, curiosamente en la “Iglesia de la Reforma”, reunirá bajo un mismo techo a líderes del Congreso, activistas comunitarios y representantes de organizaciones hispanas, sindicatos, grupos religiosos, cívicos, empresariales y policiales.
Y tienen al mejor aliado de todos: al presidente Obama, que durante su campaña prometió impulsar la reforma migratoria en su primer año de mandato.
Ahora le toca cumplir, según los activistas, y aunque sólo el Congreso puede aprobar leyes, está claro que Obama tendrá que invertir mucho capital político en el asunto para que prospere.
La Casa Blanca no ha revelado quiénes ni cuántos participarán en la reunión del próximo lunes, convocado con la idea de encontrar un “terreno común” para discutir los elementos que debe incluir el andamiaje de la reforma.
Fuentes legislativas aseguran a Efe que la reunión incluirá a congresistas demócratas y republicanos que son clave para el debate migratorio.
Está por verse si el senador republicano John McCain, uno de los arquitectos de la fallida reforma migratoria de 2007, se sumará a los esfuerzos de la Casa Blanca, donde ahora vive quien lo venció en las urnas el año pasado.
Mientras el Departamento de Seguridad Nacional sigue revisando sus políticas migratorias, a los grupos pro-inmigrantes, que asisten impotentes a la continuidad de las redadas y otras medidas policiales, se les agota la paciencia.
Desde la izquierda y desde la derecha, el consenso nacional es que el sistema migratorio actual no funciona; en lo que no ha habido acuerdo es cómo reformarlo y a quiénes beneficiar.
Así, los conservadores con seguridad no se quedarán de brazos cruzados porque, con igual convicción, consideran que el Gobierno de Estados Unidos debe atajar la inmigración ilegal y castigar a quienes han violado las leyes migratorias, en vez de premiarlos con una “amnistía” inmerecida.
Pero esta vez los vientos soplan a favor de la reforma: Obama la apoya, y los sindicatos, grupos religiosos y empresariales también; los demócratas controlan el Congreso, e incluso los de corte moderado apoyan la iniciativa
La opinión pública también tiene algo que decir: un sondeo realizado entre mil votantes, divulgado hoy por Benenson Strategy Group, indicó que el 75 por ciento apoya que el Congreso aborde la reforma migratoria este año, y el 68 por ciento apoya la legalización de los indocumentados.
El sentido de urgencia tiene que ver con la crisis económica, ya que el 57 por ciento de los encuestados cree que, ante la anémica economía, con mucha más razón se debe actuar ahora.
Gracias al internet y la telefonía celular, los activistas están mejor armados y organizados que en 2007, cuando fracasó un ambicioso proyecto de reforma.
Ahora, además, se les unen activistas del grupo NAACP, uno de los que lideró la histórica lucha por los derechos civiles de los negros en EEUU en la década de 1960.
Es un espaldarazo clave para la coalición reformista, tomando en cuenta que algunos grupos de derecha han querido explotar, sin éxito, las supuestas tensiones entre negros e hispanos.
De hecho, Hilary Shelton, director de NAACP, participará en el lanzamiento en Washington de la campaña nacional mañana miércoles y, en la noche, su presidente, Ben Jealous, se sentará a la mesa con los activistas hispanos en una cena en la Universidad Gallaudet.
Se calcula que para 2050, los latinos representarán el 25 por ciento de la población nacional.
La aritmética y poder político y económico de los hispanos, aún ahora, no es nada desdeñable, y crecerá posiblemente aún más con una reforma. Bien lo saben los políticos. VN
Redes Sociales