MUJERES INMIGRANTES MANTIENEN ESPERANZA FRENTE A ADVERSIDADES, SEGÚN REPORTE
A pesar de vivir en la pobreza y de la incertidumbre de su situación migratoria, las mujeres inmigrantes mantienen sus esperanzas de una vida mejor, según un nuevo reporte de la Universidad Estatal de Arizona (ASU).
Este estudio, que duró tres años y se llevó a cabo entre 136 mujeres inmigrantes en Arizona, en su mayoría de origen mexicano, midió el nivel de falta de esperanza en este grupo que puede ser el principio de otros problemas como el estrés y la depresión.
“Este tipo de investigación se ha hecho entre otros grupos étnicos, pero no entre latinas y especialmente mujeres inmigrantes”, dijo Mónica Parsai, una de las investigadoras.
Solamente el 12,5 por ciento mostró un nivel intermedio de desesperanza, mientras que un 1,5 por ciento reportó un nivel moderado, pero ninguna manifestó un nivel agudo o avanzado en el cuestionario.
“Creo que estos resultados nos demuestran la fortaleza de las mujeres inmigrantes”, dijo Flavio Francisco Marsiglia, profesor del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias del Sureste (SIRC, en inglés) en ASU y quien estuvo a cargo del estudio.
La edad promedio de las participantes fue 39 años, el 81 por ciento era casadas o vivía con un compañero, mientras que el 63 por ciento no finalizó la secundaria.
El 75 por ciento dijo tener un empleo y el 79 por ciento vive por debajo del nivel de pobreza.
Las participantes del estudio, que se basó en un cuestionario, fueron reclutadas en centros comunitarios, iglesias, escuelas de inglés como segundo idioma y ferias comunitarias.
Marsiglia dijo estar un poco sorprendido por el resultado, sobre todo ante el temor actual que genera el clima antiinmigrante no sólo en Arizona sino también en el resto del país.
“Un factor importante es que las mujeres inmigrantes mantienen la esperanza siempre pensando en el bienestar de sus hijos, de que tengan una vida mejor”, dijo el académico de origen uruguayo.
Por su parte, Parsai comentó que de la misma manera los problemas relacionados con los hijos son siempre los que tienen un mayor efecto en la salud y ánimo de las madres inmigrantes.
Agregó que este resultado servirá de base para analizar la fortaleza de la cultura hispana-inmigrante y ver cuáles son los factores que podrían ayudar a otros grupos que tienen más problemas de estado de ánimo.
“Estudios han revelado que a medida que los inmigrantes se asimilan a la cultura estadounidense, se incrementan sus probabilidades de consumir droga, alcohol y sufrir de depresión, especialmente entre la primera y segunda generación de hispanos nacidos en este país”, dijo Marsiglia.
Otro estudio que se realizó de forma simultánea por los mismos investigadores entre el mismo grupo de mujeres buscó medir el nivel de estrés entre las inmigrantes.
“Tuvimos que utilizar una serie de preguntas más generales porque algunas mujeres no conocen lo que es el estrés o no relacionan con los síntomas que presentan”, explicó el investigador.
El reporte, dado a conocer también esta semana, concluyó que las mujeres no presentan un nivel tan avanzado de estrés gracias a ciertas “soluciones” como tomar té, hablar con las amigas y buscar otras formas de distracción. VN
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