
BENDICIÓN DEL CARDENAL ROGELIO MAHONY EN LA INAUGURACIÓN DE ANTONIO VILLARAIGOSA COMO ALCALDE DE LOS ANGELES
Hoy nuestra oración está basada en la riqueza de nuestra historia y en el generoso espíritu de la gente de esta ciudad de Nuestra Señora de los Ángeles, que busca edificar solidaridad, encontrar bases comunes y progresar en el bien común. Nuestra oración hoy está guiada por las historias de los más desfavorecidos, los que andan perdidos y solitarios entre nosotros.
Acontecimientos decisivos como el de hoy, nos inspiran a renovar nuestro compromiso de continuar construyendo una ciudad conocida no sólo por sus avances tecnológicos, sus muchos puntos turísticos, o sus proezas económicas, sino un lugar donde los trabajadores, sus familias y sus hijos tengan un lugar en la mesa y compartan en la generosidad de esta región.
Con esto en mente, volvamos nuestros corazones a Dios y oremos…
Dios de vida y amor,
Dios de compasión y misericordia,
Dios de reconciliación y perdón,
Dios de justicia y paz,
Cuando conducías a tu pueblo en la tierra que le había sido prometida, tus profetas constantemente lo llamaban a escuchar tu voz y seguir tus mandamientos. Esos mandamientos son a la vez sencillos y profundos: Amar a Dios por encima de todo y amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. El modo como conocemos y amamos a Dios es a través de nuestro servicio a los demás.
Hoy nos reunimos, profundamente conscientes de nuestra necesidad de tu sabiduría y gracia para encarnar esos principios en nuestras leyes y prioridades, de modo que, -en las palabras de nuestro profeta Amós- “Que fluya, sí, el juicio como agua y la justicia como arroyo perenne” (Amós 5, 24). Fortalezcamos nuestra voluntad de construir una ciudad que mida el progreso según el trato que se da a los débiles y vulnerables.
Te pedimos hoy que tu Espíritu nos inspire a cada uno de nosotros para personificar en nuestras palabras, acciones y políticas, esos valores que protegen la vida humana, establecen paz, promueven justicia y sostienen el bien común.
En ti, Oh Dios, confiamos… que nunca nos dejarás flaquear en nuestro compromiso de proteger la vida y el bienestar de toda la gente, especialmente de los enfermos y ancianos, aquéllos que son pobres y están oprimidos; los que viven en los barrios de miseria y en las celdas de los condenados a muerte.
En ti, Oh Dios, confiamos… que infundirás en nosotros la resolución de trabajar sin descanso para garantizar que cada familia tenga suficiente alimento para comer, la ropa necesaria para mantenerse abrigada, vivienda adecuada para protegerse de los elementos y una educación decente para sus hijos.
En ti, Oh Dios, confiamos… que nos darás el coraje para crear las condiciones en la sociedad donde la gente trabajadora gane salarios con los que pueda sostenerse a sí misma y a los miembros de su familia con dignidad, y que tengan acceso a servicios de salud adecuados, cuidado para los niños y educación.
En ti, Oh Dios, confiamos… que plantarás en lo profundo de nuestros corazones la verdad de que nuestro prójimo es cualquier persona que cerca o lejos, necesita de nuestra ayuda y apoyo.
En ti, Oh Dios, confiamos… que reconoceremos que la dignidad y el valor de cada persona, vienen de ti y no está determinada por la raza o la etnicidad; por la edad o el género; por la economía o por la situación migratoria; por su fe o su credo.
En ti, Oh Dios, confiamos… que tú nos inspirarás para establecer paz en la tierra mediante la creación de un mundo libre de violencia, guerra y opresión; que tú bendecirás y protegerás a los hombres y mujeres en servicio en Irak, Afganistán y en otros lugares alrededor del mundo.
Te pedimos tus bendiciones sobre Antonio Villaraigosa, sobre los miembros del Concejo de la Ciudad y sobre todos los que sirven como líderes elegidos y como servidores civiles, para que su trabajo verdaderamente promueva el bien común. Hoy, Oh Dios, te pedimos por “una nueva clase de políticos, enfocados en los principios morales y no en las últimas encuestas; en las necesidades de los pobres y vulnerables, no en las contribuciones de los ricos y poderosos, y en la búsqueda del bien común, no de los intereses particulares”. [1][1]
Dios de gracia y sabiduría,
Concédenos el valor para llevar tu amor a un mundo en necesidad de sanación,
Tu paz, a la gente necesitada de reconciliación,
Tu justicia, a las comunidades necesitadas de nueva esperanza.
Hacemos esta oración en tu nombre,
Amén. VN
Redes Sociales