DE LA PRISIÓN A LA SOCIEDAD

DE LA PRISIÓN A LA SOCIEDAD

(fOTO: ‘…lo que aquí distingue al perdón es la misericordia que se entrega gratuitamente, y no traer a nuestro programa [en Francisco Homes] aquello que los condenó’ — Hermana Teresa Groth, de la Congregación de Hijas de María y José, directora ejecutiva de ‘Francisco Homes’. / victor alemán).

Por R.W. DELLINGER 

‘Francisco Homes’ brinda a los ‘prisioneros de por vida’ un hogar y la oportunidad de ‘renacer’

Un recluso que durante 22 años permaneció en la Prisión Estatal Soledad, y una década antes en otras prisiones de California, había perdido toda esperanza de alguna vez salir. Después de todo, Kevin Kristiansen era un “prisionero de por vida” sin un lugar adónde ir. Y eso es lo que la Junta de libertad condicional quería saber: “¿Qué vas a hacer si eres liberado? ¿Dónde te vas a quedar?”.

Pero luego supo de “Francisco Homes” en Los Ángeles, un grupo de casas de transición para ex presos como él, a cargo de la Hermana Teresa Groth, directora del programa. Entonces, cuando volvió a presentarse ante la Junta, ya tenía en la mano una carta de esta religiosa indicando que habría espacio para él. Y eso lo cambió todo.

Fue liberado en abril de 2017, y al día siguiente vivía allí. Pero todavía había muchos desafíos por delante.

“Al salir hubo temor de que alguien como yo estuviese libre, ya que he estado fuera del mundo por más de 30 años”, dijo el hombre de 64 años. Pero cuando entró a la oficina de Francisco Homes se encontró con tres amigos- de su época de prisión- y entonces sintió que “era como volver a casa con una familia”.

Allí no lo juzgaron. “Me dijeron: ‘Tenemos un lugar para ti aquí’, y me mostraron dónde dormiría. Más tarde me ayudaron a contactar a las agencias que necesitaba como la del Seguro Social, DMV y Servicios Sociales. Me proporcionaron todo para comenzar y reintegrarme a la sociedad”, comentó Kristiansen, quien se quedó 18 meses en Francisco Homes, consiguió un empleo en Staples Center en “Servicios para huéspedes VIP”. Ahora él también capacita a los empleados nuevos a hacer su trabajo.

En Francisco Homes participó en el grupo de apoyo de relaciones familiares. Pero fue el programa de escritura creativa, dirigido por cuatro profesores de inglés de la Universidad del Sur de California, lo que realmente le ayudó. “Dentro de los muros de la prisión se nos enseña desde el principio a reprimir nuestros sentimientos y emociones”, señaló. “Pero aprendí que expresarse con la escritura puede aliviar el dolor de pasar décadas lejos de la familia y la libertad. Nos animaron a poner nuestros sentimientos en un papel, y luego compartir esos escritos con el grupo. Así que escribimos sobre las cosas por las que estábamos pasando o por las que habíamos pasado, y cómo lidiamos con ellas, y nos ayudamos mutuamente. Fue un gran grupo”.

Kristiansen califica a la directora ejecutiva de Francisco Homes, la Hermana Teresa, como  un “ángel enviado por Dios”. “Ella tiene una gran cantidad de conocimientos sobre quiénes somos, y qué necesitamos”.

Retos

Los prisioneros de largo plazo que son liberados y se reintegran a la sociedad, deben enfrentar grandes obstáculos, dice la Hermana Teresa Groth. En primer lugar, alguien que viene a Francisco Homes debe recuperar su identidad en el mundo exterior. Muchos, después de cumplir 20, 30 ó 40 años de prisión, no tienen ninguna identificación actualizada. A veces ni siquiera tienen el nombre correcto en su certificado de nacimiento y Seguro social, especialmente aquellos con padres ausentes.

“Estamos ayudando a alguien de Texas cuyo nacimiento nunca fue registrado porque nació en casa”, señaló. “Por eso, a los 85 años de edad, tiene que registrar su nacimiento para poder seguir adelante con los beneficios sociales. Pero no puede volver a Texas para arreglar estos asuntos porque no puede salir de California”.

Encontrar un empleo estable es también difícil, porque la mayoría tienen entre 60 y 70 años, y simplemente no tienen la capacidad física para trabajar. De hecho, muchos padecen problemas crónicos de salud desatendidos en prisión. Así que los empleos mejor pagados, como en la construcción, están fuera de su alcance. Sólo tienen opciones de bajo salario, como lavar platos y trabajo de mantenimiento.

Y luego está el estigma de ser un ex convicto. Pero hoy día, tanto la Ciudad como el Condado de Los Ángeles y el estado de California legalmente no pueden tener una casilla para marcar si el solicitante cometió un delito grave y estuvo en prisión. Aunque los empleadores pueden preguntar sobre esto después de contratarlo, si es que existe una conexión entre la ofensa y el trabajo. Y si la hay, pueden despedirlo.

Encontrar viviendas asequibles para mudarse una vez que salen de Francisco Homes es asimismo difícil. Algunos residentes deciden compartir un apartamento. Otros prefieren alquilar una habitación en algún lugar.

Reconectarse con su familia biológica suele resultar problemático para los ex presidiarios. Muchos han estado encarcelados por tanto tiempo que perdieron conexión con sus parientes. Los padres -que generalmente mantienen unida a una familia- a menudo han muerto. Y los hermanos pueden ser muy severos al juzgar a las “ovejas negras” de la familia.

“Y ésa es una de las razones por las que nuestros residentes permanecen con nosotros más de los seis meses que exige el estado; sino por el tiempo que lo necesiten. Así que algunos se han quedado aquí hasta cinco años. Pero el promedio es de un año y medio”, dijo la Hermana Teresa.

Perdón

Según la directora ejecutiva de Francisco Homes, ella ha visto el crecimiento interior de muchos de los residentes del lugar. Y cree que el perdón tiene mucho que ver con abrir los corazones, en lugar de ocultar sus sentimientos como lo hicieron en prisión.

“El perdón realmente me sacude”, dijo. “En nuestra Congregación de Hijas de María y José, nuestro fundador trata de ser la presencia real de la misericordia de Dios para con las personas. Entonces, lo que aquí distingue al perdón es la misericordia que se entrega gratuitamente, y no traer a nuestro programa aquello que los condenó.

“Pero el perdón no significa que estés perdonando la acción pasada. Simplemente significa ‘dejaré de castigarte’. Lo dejaré ir y reconoceré que hay alguien mucho más grande, quien es realmente el que juzga. Así que dejamos de lado el juicio.

“Muchos convictos se preguntan si serán aceptados y no juzgados”, agrega la religiosa. “Así que ésta es una hermosa oportunidad para que la gente y las parroquias muestren precisamente ese perdón misericordioso que se nos concede como individuos”.

Las parroquias locales que fácilmente lo han hecho son Santa Cecilia y Cristo Rey en Los Ángeles. Ambas nunca han “juzgado” y en su lugar simplemente dan la bienvenida a los residentes. Durante años, Francisco Homes ha tenido sus reuniones mensuales en el salón parroquial de Santa Cecilia. Y algunos de los hombres se han convertido en ministros eucarísticos y catequistas. Cristo Rey ha permitido a los residentes unirse a sus clases de confirmación y otras actividades.

La Sociedad de San Vicente de Paul de Los Ángeles ha sido generosa en satisfacer las necesidades básicas de quienes salen de Francisco Homes y se mudan a sus propios lugares. Cada individuo recibe un vale incondicional de 50 dólares, tantas veces como lo necesiten para vivir de manera independiente.

Un consejero de la Universidad Loyola Marymount está disponible para que lo consulten. Y los voluntarios Ignacianos de la universidad les ayudan a aprender las últimas tecnologías, además de cómo utilizar el transporte público y ejecutar habilidades básicas de la vida, tales como cocinar.

“Los ex reclusos son elegibles para obtener el Seguro Social Suplementario, que es de aproximadamente $ 930 al mes, que incluye su presupuesto de alimentos. Por lo tanto no pueden recibir Cupones para alimentos”, indicó la Hermana Teresa. “Y tenemos que encontrarles lugares asequibles para vivir después de Francisco Homes. Eso es muy difícil en Los Ángeles, y algunas veces tienen que mudarse lejos de aquí. Nuestro objetivo es lograr que al menos se conviertan en ciudadanos regulares con los mismos desafíos que tiene el resto de la gente. Pero enfrentan el desafío de haber estado desempleos por mucho tiempo y no tener referencias”.

Después de un momento, la religiosa continuó: “Así que al menos eso es lo que podemos ofrecer. Nos convertimos en sus referencias para sus empleadores y arrendatarios. Nos convertimos en su familia”. VN

De interés

Para informarse más sobre los programas de ‘Francisco Homes’, llame al (323) 293-1111 y contacte a la Hermana Teresa Groth.

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