SACERDOTE DEDICA ESFUERZOS A AYUDAR A INMIGRANTES INDOCUMENTADOS EN TEXAS

Esteban Jasso ha dedicado más de cincuenta años de su vida al sacerdocio y a velar por el prójimo en varios países de América Latina, pero ha sido en Fort Worth donde ha concentrado todas sus fuerzas para ayudar a los indocumentados.

En la última década, y ante el incremento de la población hispana en el norte de Texas, Jasso se ha concentrado en apoyar a los que no tienen un estatus migratorio en este país.

“La comunidad hispana, especialmente la más pobre, tiene muchas necesidades y es mi deber que ellos puedan obtener beneficios y servicios como el resto de la población”, dijo a Efe Jasso, párroco de la Iglesia de Todos los Santos, ubicada en el condado de Tarrant, el único en Texas que exige prueba de residencia legal para brindar servicios de salud.

También, el sacerdote católico lucha junto a otros líderes religiosos de diferentes nominaciones a través de la organización Comunidades Aliadas de Tarrant (ACT, por sus siglas en inglés), para que los indocumentados puedan hacerse chequeos en programas médicos preventivos.

“La única manera de que ingrese un indocumentado al hospital es a través de la sala de emergencias. Es decir, deben esperar hasta el extremo para recibir tratamiento”, criticó Jasso, quien asegura que hay alrededor de 90.000 inmigrantes en el condado que no reciben cuidado médico básico.

Jasso trabaja de la mano con varios consulados y con Caridades Católicas porque según cuenta, otros temas que le preocupan son inmigración y política “por eso estoy donde se me necesite”.

Durante las marchas multitudinarias realizadas el año pasado con la intención de exigir una amnistía migratoria al Gobierno federal, Jasso no sólo ofició el servicio religioso en Fort Worth, donde acudieron más de 10 mil personas, sino que también contribuyó a la organización de las protestas.

“Las leyes migratorias justas debieron darse hace más de 30 años”, sostuvo. “Todos los problemas que experimentamos actualmente son de antaño, desde que inició la migración de latinos a este país”.

De acuerdo con Jasso, la solución está en realizar un estudio exhaustivo sobre la falta de mano de obra en ciertas industrias para así poder legalizar a los millones de indocumentados “que viven bajo la sombra”.

Durante sus servicios religiosos, Jasso trata de combinar “el mensaje de Dios” con recomendaciones básicas “para que no se metan en problemas con la ley”.

Su iglesia, ubicada en el barrio del Northside -el más pobre de la ciudad- tiene una feligresía de aproximadamente 14 mil personas.

A pesar de la falta de presupuesto, su comunidad ha logrado edificar un amplio salón parroquial y mantener una escuela católica (de kinder a octavo grado), la primera en la Diócesis de Fort Worth.

“El padre Jasso”, como lo llaman, nació en Waco (Texas) en 1932, de padres mexicanos. Desde pequeño trabajo junto a sus progenitores en los campos de algodón y recolectó verduras en los campos de Texas e Indiana.

Al culminar su secundaria, se alistó en el ejército de EEUU y luego de dos años de servicio militar, inició su vocación religiosa a la edad de 25 años.

Desde entonces ha recorrido varios países en Latinoamérica y Europa y logró la licenciatura y después una maestría en teología y filosofía.

Antes de llegar a Fort Worth, en 1993, estuvo destacado en México donde permaneció más de 24 años “por eso entiendo a los inmigrantes mexicanos y a los méxico-americanos”.

“Aunque no parezca, hay una diferencia cultural muy grande entre estos dos grupos. Los que nacieron aquí tienen una costumbre que heredan de sus padres mientras los mexicanos vienen con todas sus tradiciones intactas”, aseguró.

Sobre su trabajo dice no esperar ninguna recompensa.

“Lo que hago lo hago por Dios y por su gracia. Esa es mi misión y la de la Iglesia y lo seguiré haciendo hasta que el Señor me llame a la vida eterna”. VN

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