OBAMA PROMULGA LEY QUE PONE PUNTO FINAL A PRÁCTICAS ENGAÑOSAS DE LOS BANCOS
El presidente de EEUU, Barack Obama, promulgó una ley que reforma la emisión de las tarjetas de crédito y que, según activistas, beneficiará a los hispanos, que con más frecuencia son víctimas de las tácticas depredadoras de los bancos.
Durante un acto en la Rosaleda, Obama dijo que se trata de una ley “histórica” que da protecciones “firmes y fiables” a miles de consumidores “atrapados” en inmensas deudas de tarjetas de crédito por las prácticas engañosas de los bancos.
“Estamos poniendo en marcha algunas reformas de sentido común diseñadas para proteger a los consumidores”, dijo Obama, rodeado de líderes de ambas cámaras del Congreso que patrocinaron la ley, entre ellos el senador Bob Menéndez y el legislador Luis Gutiérrez.
Obama, que durante la campaña se presentó como el paladín de las clases media y trabajadora, señaló que la mayoría de los estadounidenses utiliza las tarjetas por conveniencia o como una “muleta temporal” para costear algún gasto imprevisto.
Pero también se quejó de que una minoría de consumidores tiene una “dependencia inestable” de las tarjetas y gasta más de lo que tiene.
Aún así, en estos tiempos de crisis, muchos se han quedado sin trabajo o sin seguro o han visto aumentar sus hipotecas, por lo que usan las tarjetas “precisamente porque querían cumplir con sus responsabilidades y quedaron atrapados”, explicó Obama.
Según Obama, en la última década las deudas por dinero plástico aumentaron en un 25 por ciento en EEUU, y uno de cada cinco en este país paga intereses superiores al 20 por ciento.
Obama dijo que si bien las familias deben ser responsables con su dinero y su crédito también las instituciones financieras tienen que actuar con “transparencia y responsabilidad”.
Se calcula que cerca del 80 por ciento de las familias estadounidenses tiene una tarjeta de crédito, y el 44 por ciento de éstas mantiene un saldo. El promedio de deuda supera los 7.000 dólares.
El problema, según la Casa Blanca, es que cada año los estadounidenses pagan unos 15.000 millones de dólares en multas.
Janet Murguía, presidenta del Consejo Nacional de La Raza (NCLR), coincidió con Obama en que muchas familias dependen “más que nunca” de las tarjetas “no para competir con sus vecinos sino para sobrevivir”.
Los latinos y otros grupos vulnerables, señaló Murguía, las usan para pagar cobros médicos de sus hijos, para reparar un coche o, en el caso de los desempleados, “para llevar comida a la mesa”.
Según NCLR, “los latinos nuevos a los mercados financieros tradicionales son especialmente susceptibles a las tácticas engañosas” de los bancos: cerca del 13 por ciento de los latinos con tarjetas de crédito paga un interés superior al 20 por ciento, en comparación con el siete por ciento de los blancos.
Menéndez afirmó en un comunicado que “se acabarán los días” en que millones de familias estén sujetas a “prácticas depredadoras” de los bancos.
“Las familias que son responsables con sus tarjetas deben ser tratadas de forma responsable por las compañías, y ese es el propósito de esta nueva ley”, subrayó.
Entre sus principales elementos, la ley, que entrará en vigor en nueve meses, prohíbe aumentos arbitrarios en las tasas de interés u otras tarifas ocultas; exige claridad en los términos de los contratos y publicarlos en internet, y un aviso de 45 días de antelación para cualquier cambio en los intereses.
Los bancos no podrán aumentar los intereses de forma retroactiva a menos que haya un atraso de 60 días en los pagos, o aumentarlos en base a pagos tardíos que tenga el cliente con otro banco.
También tendrán que restablecer la tasa de interés original más baja si el cliente se mantiene al día con sus pagos durante seis meses, y deberán aplicar los pagos a los balances con los intereses más altos primero.
Los estudiantes menores de 21 años tendrán que demostrar su capacidad de pago, ya sea de forma independiente o con el aval de sus padres, para poder solicitar crédito.
Los bancos e instituciones que violen las nuevas restricciones estarán sujetos a fuertes sanciones.
Grupos defensores de los consumidores creen que el contribuyente, golpeado por la crisis económica, merece ayudas como las contenidas en esta ley.
Pero el sector bancario replica que esta “carta de derechos” para los consumidores será un bumerán porque, al final, los bancos podrían reducir el crédito disponible por hasta 90.000 millones de dólares para evitar el riesgo. VN
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