NO SE EXPONGA A LAS BACTERIAS Y TOME UN BAÑO SEGURO EN EL VERANO
Con las temperaturas del verano en aumento, refrescarse con un baño en una piscina, un lago o el mar puede ser una buena idea, siempre y cuando se tomen algunas medidas higiénicas para evitar contagiarse con enfermedades que abundan en el agua.
A pesar de que los centros de recreación acuáticos implementan tratamientos y sistemas para desinfectar el agua cada vez más eficientes, desde la década pasada los casos de enfermedades relacionadas con el agua han aumentado, según los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés).
Entre las enfermedades más comunes relacionadas con los baños en piscinas, lagos, ríos o el mar se encuentra la diarrea, que usualmente es causada por bacterias como la Escherichia coli, Shigella y Legionella, entre otras, de acuerdo con CDC.
Asimismo, las enfermedades de aguas de recreación (Recreational Water Illnesses, como se conocen en inglés) también pueden causar dolencias e infecciones gastrointestinales, respiratorias, auditivas, oculares y dermatitis.
Para evitar cualquier padecimiento a causa de estas enfermedades se deben tomar algunas precauciones, en especial cuando se trata de niños, mujeres embarazadas y aquellas personas que tienen un sistema inmunológico débil, recomiendan las autoridades.
Y es que el sólo hecho de tomar o tener contacto con aguas contaminadas puede tener consecuencias graves para aquellos grupos más vulnerables.
Dar mantenimiento constante a las piscinas con cloro puede hacerlas más seguras pero no elimina totalmente el riesgo de ser contagiado por algunas bacterias que pueden sobrevivir durante días, aún en una alberca desinfectada, aseguran los expertos de los CDC.
Bacterias como la cryptosporidium, que puede causar problemas gastrointestinales, pueden sobrevivir durante varios días incluso en una piscina clorada, por lo que la higiene corporal también es un factor a tomar en cuenta a la hora de mantenerse sano mientras se divierte.
Ducharse antes de entrar al agua y lavarse las manos con jabón luego de usar el lavabo o cambiarle el pañal a su bebé puede evitar que las bacterias terminen en el lugar menos indicado, la piscina o el jacuzzi en el que usted luego se bañará.
Mantenerse alejado del agua cuando se tenga síntomas de padecer alguna infección gastrointestinal es una medida que las autoridades aconsejan para evitar que otras personas se contagien.
Evitar ingerir agua de piscina y en la medida de lo posible mantener la boca cerrada cuando se está dentro del agua puede hacer la diferencia entre contagiarse o no con una de estas enfermedades.
Llevar a los niños al baño regularmente, sin esperar a que lo pidan, mientras se bañan evitará que aguas “no deseadas” terminen en la piscina en la que nadan.
Revisar el pañal de su bebé regularmente y cambiarlo apenas note que éste ha hecho algo, evitará que el agua se contamine, aseguran los expertos.
Además, recomiendan cambiar los pañales en un baño y no en los alrededores de la piscina para disminuir las posibilidades de que las bacterias terminen en ésta.
Las autoridades sugieren que se mantenga al tanto de cuáles son aquellos sitios que las autoridades han declarado contaminados o considerados insalubres para los bañistas para evitar contagiarse con alguno de estos padecimientos.
Para saber si la playa a la que usted acude está contaminada, CDC aconseja contactar a las autoridades locales del Departamento de Salud para verificar si han emitido alguna alerta. VN
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