NADA JUSTIFICA LA VIOLENCIA DOMÉSTICA
Octubre es el mes de concientización de este problema que puede erradicarse si se actúa lo más pronto posible
¿Por qué octubre es un mes dedicado a tomar conciencia del dolor provocado por la violencia doméstica? Porque más que por accidentes vehiculares, atracos y violaciones combinados, la violencia doméstica es la causa principal de heridas y muerte entre las mujeres.
La realidad es que en Estados Unidos cada 9 segundos atacan o golpean a una mujer. El problema es tan grave en este país, que a diario más de tres son asesinadas por sus parejas. Y según estudios, los varones que fueron testigos de actos de violencia entre sus padres, tienen tres veces más probabilidades de convertirse en golpeadores, que aquellos cuyos padres no fueron violentos.
Una de las razones que agrava la situación es que la violencia dentro del hogar es un asunto del cual muchos prefieren no hablar, especialmente en la comunidad latina.
“El problema es más serio de lo que suponemos. En muchas de nuestras comunidades, debido a la vergüenza y a valores culturales, permanece aún más oculto. Culturalmente los latinos hemos aprendido que ‘los trapos sucios en casa se han de lavar’ y que ‘en cosas de marido y mujer nadie se debe meter’. Esta actitud no solamente está afectando a las mujeres, sino tremendamente a los hijos y familias. La doméstica es el principio de otros tipos de violencia”, dice Elena Cuevas, terapeuta familiar con práctica en el Valle de San Fernando.
Muchas víctimas prefieren ignorar cómo les afecta, pero cuando toman conciencia, se vuelven más activas en combatirla y en buscar ayuda, asegura la experta.
La falta de dominio del inglés, el estatus migratorio y a veces el hecho de vivir solas en este país, dificulta el tratamiento de este problema. Éste ha sido el caso de “Carmen”, de 36 años, originaria de Sonora, México. Por mucho tiempo fue una mujer abusada física, verbal y sexualmente por su esposo, y no le contaba su problema a nadie porque aún no se había legalizado, y temía que si lo denunciaba, correría el riesgo a la deportación. Cuando ya no soportó más, llamó a un albergue de mujeres maltratadas, y le ayudaron a salir del continuo abuso.
“Allí descubrí que no estoy sola, y que hay una ley que ayuda a las víctimas de violencia doméstica a legalizar su estatus migratorio. Tristemente me quedé tanto tiempo en esa relación, que mi hija está siempre en terapia porque está muy dañada emocionalmente”.
Carmen se acogió al programa de visas U que ayuda a poner fin a abusos, explotación y otros delitos, ya que permite que las víctimas permanezcan legalmente en Estados Unidos si ayudan a la policía en la investigación, y en un futuro solicitar la ciudadanía. El programa busca fomentar la cooperación entre la comunidad y la policía para detener a delincuentes violentos. Las solicitudes de visas U se han disparado en los últimos años.
¿QUIÉNES SON LAS VÍCTIMAS?
Las autoridades definen la violencia doméstica como “cualquier forma de control tanto verbal como físico o intimidación”. Generalmente se empieza con tratar de aislar a la persona; tratar de hacerla dudar de sí misma; insinuaciones sobre su cuerpo y su familia, y luego es una combinación de estas ofensas. Para el tiempo que llega el abuso físico, la víctima ya ha sido dominada emocional y espiritualmente.
“La mujer que aguanta esta relación posiblemente vivió este tipo de modelo en su hogar. Esto deterioró su autoestima y de adulta es insegura y siente miedo”, dice la terapeuta familiar Cuevas. “Ella se está haciendo cargo de la violencia de su compañero sin darse cuenta, porque cree que es la culpable. Asimismo, la situación económica también hace que por sus hijos, la mujer se sienta atada a ese hombre que la maltrata. Como su autoestima está tan dañada, le cuesta mucho pensar en posibilidades de independizarse”. “El primer paso para detener el abuso es admitir que es víctima de violencia doméstica y darse cuenta que un ser humano no merece ser maltratado. Después se pasa a combatirla pidiendo ayuda a familiares, amigos, grupos religiosos o a profesionales. No se puede vivir toda la vida con una persona que está abusando de uno. Es inmoral para la víctima, para el victimario y para las personas que aunque no estén metidas en el problema, son testigos y callan”.
¿QUIÉNES SON LOS AGRESORES?
De acuerdo con Cuevas, quien le pega a su pareja es sin duda un hombre inseguro. Lo más probable es que haya aprendido esto de sus propios padres u otros modelos alrededor suyo. Esta conducta violenta se presenta en cualquier medio socio-económico, y tiene que ver con una dificultad en controlar los impulsos. Si bien hay estudios que apoyan que un porcentaje alto de los hombres que abusan de las mujeres pueden haber sido niños abusados, no necesariamente esto es una regla. “Existe un igual porcentaje de hombres que presenciaron abuso en su niñez o fueron abusados, y de adultos no promueven la violencia doméstica. Entonces estamos más bien hablando de que lo que busca el agresor es poder y control sobre alguien que considera más vulnerable”, comenta la especialista.
ACTÚE
Ante la dimensión que ha adquirido la violencia doméstica en nuestra sociedad, callarla nos convertirá en sus cómplices. “Si sabemos que esa amiga, tía, hermana está siendo víctima de violencia doméstica, tenemos la obligación moral de hablarle de los recursos que existen para que sepa que no está sola. La víctima de esta situación piensa que es la única, pero cuando empieza a hablar se da cuenta que no es así, y agarra fuerzas para hacer algo”, dice Cuevas. Para la sicóloga Morgan Rose -reconocida por su lucha a favor de los derechos humanos y directora ejecutiva de la campaña “The America’s Angel Campaign”, que busca el bienestar de los niños de la nación como prioridad- la respuesta yace en cambiar la mentalidad de los hombres abusadores que causan las asombrosas estadísticas. De acuerdo con esta profesional de salud mental, la verdadera respuesta está en manos de las madres al criar a los hijos varones. Ellas deben inculcarles el respeto por la mujer.
“Durante décadas se ha hecho un esfuerzo enorme para detener la violencia en contra de las mujeres; se han realizado marchas, construido refugios para mujeres abusadas, líneas telefónicas, sin embargo las tasas aún se elevan tan alto como las manos que golpean”, dice.
Mientras que la solución resulta compleja, la realidad es que en el condado de Los Ángeles, de acuerdo a informes de la policía, más del 20% de las llamadas de emergencia al 911 están relacionadas con casos de violencia dentro el hogar. Varias terminan en tragedia. VN
DÓNDE BUSCAR AYUDA
* Centro de Prevención de la Violencia Doméstica: (213) 384-7084.
* Los Angeles Hotline (línea gratuita para reportar violencia doméstica): 1(800) 978-3600 y 1 (800) 799-7233.
* Coalición del Sur de California contra la Violencia Doméstica: 1(800) 339-9597
* Comisión de Los Ángeles contra asaltos a las mujeres: (213) 955-9090.
Brinda gratuitamente información; consejería individual o en grupo, y líneas de emergencia las 24 horas/los siete días a la semana.
* East Los Angeles Women’s Center: (323) 526-5819
* Project Sister: 1(800) 656-4673
* Valley Trauma Center: (818) 756-5330 ó (818) 886-0453.
* HAVEN HILLS: (818) 887-6589
REFUGIOS PARA MUJERES MALTRATADAS
*Casa de Ruth: 1 (877) 988-5559 y 1 (909) 623-4364. Asistencia bilingüe disponible las 24 horas/los siete días a la semana; refugio para mujeres maltratadas y sus hijos; orientación confidencial; educación; información y contactos.
* Latinas en Progreso/Bienvenidos Family en el Este de Los Ángeles, CA:
(323) 728-9577
* Battered Service Action Center: 134 E. 1st. Los Angeles CA 90012;
1(800) 548-2722 y (213) 937-1312
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