<!--:es-->MISA Y PROCESIÓN MARIANA FESTEJA A NUESTRA SEÑORA DE LOS ÁNGELES<!--:-->

MISA Y PROCESIÓN MARIANA FESTEJA A NUESTRA SEÑORA DE LOS ÁNGELES

Por quinto año consecutivo, este evento revive la tradición de honrar a la Patrona de la ciudad, condado, Arquidiócesis y Catedral, y une a la comunidad en una sola fe

Por ALICIA MORANDI

El espíritu de la Ciudad de Los Ángeles quedó manifiesto en todo su esplendor el pasado 29 de agosto, día en el que se celebró la Quinta Misa y procesión Mariana por la Fiesta Patronal de la Arquidiócesis. Este evento religioso y cívico recupera la tradición de la Misa votiva, procesión y festividad que ocurrió durante los primeros 100 años de la fundación de Los Ángeles.

El evento para honrar a Nuestra Señora de los Ángeles, la Patrona que lleva el nombre de la ciudad, fue oficialmente patrocinado por “Queen of Angels Foundation” (Fundación Reina de los Ángeles). “No vamos a celebrar únicamente el cumpleaños 234 de Los Ángeles, también vamos a demostrar el inmenso amor que sentimos por nuestra Madre Sagrada y por nuestra Iglesia”, dijo Mark Albert, quien junto a otros líderes laicos creó esta fundación.

En el caluroso domingo de agosto, cientos de creyentes acudieron a las 3 de la tarde a la Catedral de Nuestra Señora de los Ángeles para participar de la misa especial, cuya escritura se remonta a los primeros tiempos de la Arquidiócesis. El Arzobispo José H. Gomez la presidió, acompañado de varios clérigos, entre ellos, el padre Arturo Corral, nuevo párroco de la Iglesia de Nuestra Señora Reina de los Ángeles en la Placita Olvera. En esta celebración se unieron dos instituciones religiosas e íconos de la ciudad: la Catedral angelina y la Placita Olvera, cuna de Los Ángeles.

“Estamos aquí para celebrar a la Madre Santísima y el nacimiento de Los Ángeles”, dijo el Arzobispo en su bienvenida. “Éste es un año histórico para nosotros. En pocas semanas llega el Papa Francisco a Estados Unidos para canonizar a uno de los primeros misioneros asociados con el nacimiento de esta ciudad, el beato Junípero Serra, quien dedicó su misión a Nuestra Señora de Guadalupe. Como él lo hizo, nosotros también venimos a consagrar a la Madre Santísima. La misma misión del beato Serra es la que tiene la Iglesia en el día de hoy”.

Cerca del final de la misa, el Arzobispo con énfasis expresó: “Hagan de la Ciudad de Los Ángeles una ciudad de libertad donde cada ser humano sea bienvenido. No tengan miedo, abran las puertas de su corazón de par en par a Jesucristo. Pídanle protección a la Santísima Virgen Reina de los Ángeles que interceda por cada uno de nosotros, por nuestra Arquidiócesis, nuestro país, y para que el viaje apostólico del Papa Francisco traiga muchos frutos de santidad entre todos nosotros”. Asimismo pidió que roguemos al Señor para que acompañe “a las familias de inmigrantes en sus dificultades, especialmente a las madres”.

Una vez finalizada la misa, la concurrencia se dirigió a las afueras de la Catedral donde los danzantes Chinelos de Morelos, provenientes de varias ciudades del Sur de California, frente a la imagen de la Virgen ejecutaron un baile con trajes típicos que se remontan a la época de la Conquista española en México.

A continuación comenzó la procesión hacia la Placita Olvera donde se halla la primera Iglesia de la metrópolis angelina.

Paso a paso  

Como un río de color y sonido, la Gran Procesión Mariana se abrió paso en el Centro Cívico angelino por la calle Temple, doblando por la Main hasta la histórica Placita Olvera, a menos de una milla. Integrantes de la Hermandad del Señor de los Milagros cargaron la imagen de la Virgen con el Niño Jesús en brazos, colocada en una tarima decorada con rosas. A su lado y detrás caminaban líderes religiosos, creyentes y estudiantes de secundarias católicas, entre ellas la Providence de Burbank, además de bandas musicales de escuelas católicas que musicalizaban la procesión. A los lados, sobre las aceras, peatones se detenían a observar, y muchos grababan con sus celulares aquel momento de devoción religiosa. Algunos se unían a las filas, aumentando el número de seguidores.

La procesión llegó a la Placita alrededor de las 5:30 de la tarde, y los participantes se fueron acomodando en las bancas de la Iglesia. Se efectuó la entrada de la sagrada Imagen que fue colocada en el altar, y un grupo de matachines le rindieron homenaje bailando al toque de instrumentos de percusión dando dramatismo al escenario.

El padre Arturo Corral dio la bienvenida con un “¡que Viva la Virgen”, “que viva nuestra Señora de los Ángeles!”, y le pidió a Ella que bendiga “a las diferentes razas, a nuestras familias, trabajos, escuelas, a las personas con quienes nos cruzamos en el camino todos los días en Los Ángeles. Ella está aquí en nuestra ciudad… pídanle paz y respeto por todos los que viven aquí”, dijo el sacerdote con indisimulada emoción.

Un grupo de mariachis ejecutó con reverencia el clásico:Oh María, Madre mía… oh consuelo del mortal: amparadme y guiadme a la patria celestial”, y tampoco faltaron las “Mañanitas” a la Virgen, entre otros temas musicales. Finalizando la ceremonia, el Arzobispo Gomez con ayuda de algunos religiosos esparcieron agua bendita sobre los presentes.

A la salida, bandas de mariachi tocando en la plaza y voluntarios sirviendo cupcakes, agasajaron a la concurrencia para finalizar la jornada con broche de oro.

“Ningún otro evento reúne a tanta diversidad; hay ricos y pobres, diferentes razas, jóvenes y viejos, todos se juntan. Esto demuestra el poder unificador de nuestra Madre. Ella reconcilia nuestras diferencias y nos reúne en una unión de alegría que nos acerca aún más a su Hijo”, dijo el padre Corral, que por primera vez es partícipe de un evento como éste, ya que hace poco que asumió el cargo de párroco de la Iglesia Nuestra Señora la Reina de los Ángeles en la Placita Olvera.

Se espera que el próximo año se popularice todavía más esta tradición que engalana por todo lo alto a la Ciudad de Los Ángeles, destacándola como un sitio de fe, unión y tolerancia. VN

¿SABÍA QUE…?

  • La Ciudad de Los Ángeles fue fundada hace 234 años el 4 de septiembre de 1781.
  • Su verdadero nombre es “City of the Blessed Mother Queen of the Angels” (Ciudad de la Sagrada Madre Reina de los Ángeles).
  • En el pasado se pedía protección y bendiciones a Nuestra Señora de los Ángeles, y esta tradición continuó por aproximadamente cien años bajo las administraciones españolas, mexicanas y estadounidenses. Alrededor de 1890 se dejó de hacer y en los últimos cinco años se ha restablecido esta tradición para invocar a la Santa Madre pidiéndole que proteja esta ciudad que lleva su nombre y de la cual es su Patrona.

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