MARÍA MOLINA AFIRMA QUE OBTUVO SU LIBERTAD CON EL PODER DE LA ORACIÓN
Por una práctica legal indebida, estuvo en un Centro de detención de migración por casi dos años separada de su familia
Por PAULINA HERRERA
Para María Molina-Ávalos la oración es como alimento. Se levanta a orar y durante tres o cuatro veces al día, se postra ante el altar a la Virgen de Guadalupe para agradecer el milagro de regresar con su familia luego de 18 meses de prisión en el Centro de Detención de Eloy, Arizona. La herida está abierta, pero María comparte su historia con VIDA NUEVA como un testimonio de auténtica devoción y entrega a Dios Todopoderoso.
Son las ocho de la mañana y María Molina se dirige a su trabajo. Dos camionetas verdes se le cruzan en el camino en la esquina de su casa en Pacoima. Agentes de migración le gritan que deben bajarse de su auto. Es agosto de 2013 y ese mismo día, está deportada a Tijuana sin entender este brusco episodio de su vida.
No le dieron oportunidad de despedirse de sus hijos -dos ciudadanos americanos-, Estephanie y Abraham, hoy de 13 y 15 años de edad, ni de su esposo José Avalos, residente legal.
“Ése fue sólo el inicio de mi pesadilla”, dice María, originaria de Michoacán México, con lágrimas que por momentos son de profunda tristeza y otras de infinita alegría por regresar sana y salva a su hogar.
“Aún no entiendo toda esta injusticia…Solamente sé que fue una prueba muy fuerte y que sólo con la fe en Dios, creer mucho en su misericordia y en el poder de la oración, ocurrió el milagro de volver a casa”, afirma, admitiendo que tiene una tarea más: recuperar su paz interior, rencontrarse con sus hijos y esposo y reorganizar su casa que poco a poco va recuperando la luz de la reina del hogar.
¿Cómo terminó detenida en Eloy, Arizona? Es una historia que se vive a diario en la frontera sur.
Luego de su deportación, no quiso arriesgarse con “coyotes” y María regresó a San Isidro para solicitar asilo político, lo cual técnicamente le daría oportunidad de ingresar a Estados Unidos bajo palabra mientras un juez dictaminaba su estado legal. Como madre de hijos ciudadanos y esposa de un residente legal, María tiene derecho a un ajuste migratorio.
Sin embargo, antes de llegar al juez, nuevamente la injusticia: “Me detuvieron en San Isidro y antes de que mi abogado llegara por mí, me llevaron a Eloy, Arizona, en donde todo se dificultó”.
De acuerdo a su abogado Eric Price, esta práctica es indebida pero común en el proceder de los agentes de migración fronterizos. Lo hacen como mecanismo de intimidación con el fin de que el inmigrante opte por firmar su salida voluntaria.
“No firmé nada. Y creo que eso molestó al juez porque no me dejó salir bajo palabra, ni con un dispositivo de seguridad para ubicación. Cada vez que iba a corte, encontraba un pretexto para regresarme a la celda”, afirma María.
El abogado de María recurrió a una demanda legal al Centro de Detención, incluyendo al juez y a los agentes de seguridad por un proceder injustificado en contra de Molina. Regularmente, se detiene a una persona con delitos graves, pero en este caso nada justificaba la prisión para María.
“Me trataron injustamente durante esos 18 meses… Pero eso no impidió para que Dios hiciera su voluntad sobre los hombres y aquí estoy, muy feliz de regresar con los míos y orando todos los días, de mañana, tarde y noche, para que sane mis heridas y para que algún día dejen de existir esos centros de detención”.
Finalmente, María obtuvo un ajuste migratorio negociado por su abogado amparada por una “discreción fiscal”, lo cual le permitirá vivir y trabajar legalmente en Estados Unidos sin riesgo de una nueva deportación. No podrá viajar fuera del país y su estado migratorio sólo sería revocado si comete algún crimen.
Para obtener su residencia legal, tendrá que esperar a que su hijo mayor cumpla 21 años, pero en realidad, María no tiene ninguna prisa por realizar ese trámite migratorio porque “estoy en casa, con mis hijos, mi esposo y para eso no necesito ningún pasaporte o visa. Este es mi hogar y Dios Todopoderoso me ha concedido el milagro de respirar nuevamente en libertad”. VN
PARA AQUELLOS QUE SOLICITAN ASILO POLÍTICO en la frontera de Estados Unidos, el abogado Eric Price brinda las siguientes recomendaciones:
¿QUÉ HACER?
– Decir la verdad.
– Seguir las instrucciones del agente de migración.
– Pedir hablar con un abogado.
– Mantener la calma.
– Mostrar buenos modales.
¿QUÉ NO DEBE HACER?
– No mentir
– No ponerse nervioso
– No mostrar documentos falsos.
– No decir que es un ciudadano de Estados Unidos.
– No firmar ningún document.
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