LOS ‘PAÑUELOS DE PAZ’ DE JERSEY VARGAS

La pequeña partió con ellos a Washington DC para entregárselos a los políticos que discuten la reforma migratoria

Para la humilde familia inmigrante de Jersey Vargas, residente de Los Ángeles -y constituida por cinco hermanos y los padres Teodola “Lola” y Mario – los últimos tres meses han estado llenos de sorprendentes acontecimientos. Todo comenzó con la singular oportunidad que tuvo Jersey de reunirse con el Papa Francisco en el Vaticano el pasado mes de marzo. Inmediatamente le siguió la tan ansiada liberación de su papá de un Centro de detención de ICE, para finalizar con un emotivo rencuentro de la familia Vargas en el aeropuerto de Los Ángeles, después de varios meses de separación. Todo esto provocó una desbordante atención de los medios de comunicación que siguieron paso a paso la odisea de esta familia.

Pero esta pequeña mexicoamericana de 10 años de edad, que acaba de finalizar el quinto grado de primaria, no cambiaría ni una sola cosa de lo acontecido. “Yo he sido más feliz que nunca, porque ahora tengo a mi padre en casa y mi familia está completa”, dijo Jersey. “Estamos todos juntos. Cuando mi papá no estaba aquí con nosotros, siempre este lugar se sintió tan vacío”.

Mario se había ido a trabajar a Tennessee para desde allí enviarle dinero a su familia, cuando fue detenido por conducir sin una licencia. Quedó entonces bajo custodia federal y en inminente riesgo de deportación. Jersey viajó a la Ciudad del Vaticano como parte de una delegación de niños estadounidenses cuyos padres inmigrantes se enfrentan a la deportación debido a las leyes migratorias existentes en la nación.

Jersey fue el único miembro del grupo que logró hablar con el Papa Francisco. Ella se le acercó y le entregó un pañuelo bordado, pidiéndole que intercediera por su padre. A cambio recibió la bendición del Sumo Pontífice, junto a la promesa de que iba a hablar con el Presidente Obama sobre el caso de su papá durante su primera reunión con el mandatario.

A los pocos días, y una vez pagada una fianza de 5 mil dólares, Mario fue finalmente puesto en libertad (aunque no está claro si la reunión del Papa con Obama tuvo un impacto directo sobre el caso). Cuando Jersey regresó del Vaticano, el 29 de marzo, su padre ya estaba esperándola en el aeropuerto.

Ahora la familia Vargas se está embarcando en un nuevo tramo de su viaje. Con el apoyo de la Coalición por los Derechos Humanos de los Inmigrantes de Los Ángeles (CHIRLA), su abogado Alex Gálvez y otros partidarios, salieron el 15 de junio a Washington DC, con el objetivo de que la niña entregue “pañuelos de paz” a los diferentes miembros del Congreso de Estados Unidos, pidiéndoles que trabajen juntos para finalmente aprobar una reforma migratoria integral. Es de esperar que el presidente Obama también haya recibido uno de ellos.

Antes de partir a su viaje de cinco días, Jersey, su familia y los pañuelos fueron bendecidos por el Arzobispo José Gomez en el Santuario de la Virgen de Guadalupe en la Plaza de la Catedral de Nuestra Señora de los Ángeles.

“Nuestra política de deportación está separando familias, dejando a los niños sin padres; eso es lo que le pasó a Jersey y sus hermanos”, dijo el Arzobispo Gomez durante la ceremonia de bendición. “Así que a través de ustedes y estos pañuelos bendecimos con nuestras oraciones a nuestros líderes en Washington. Oramos para que este humilde gesto les ayude a escuchar los gritos de estas personas que sufren – que son nuestros vecinos y amigos, personas con las que trabajamos y vamos a la Iglesia.

“Necesitamos una reforma migratoria ahora; no podemos dejar que pase otro año”, agregó. “Necesitamos una reforma que sea real y completa, para que todos nuestros hermanos y hermanas puedan vivir con la dignidad que Dios quiere para ellos”, puntualizó el Arzobispo.

Los pañuelos blancos, todos bordados a mano por la madre de Jersey con las palabras “11 Millones”, están destinados a ser símbolo tangible de los aproximadamente 11 millones de inmigrantes indocumentados que actualmente residen en Estados Unidos y que necesitan ya una reforma migratoria integral. Los pañuelos también están bordados con los nombres de sus destinatarios: el Representante John Boehner, el Congresista Xavier Becerra, los Representantes Luis Gutiérrez y Eric Cantor, y el Presidente Obama.

Las experiencias de Jersey durante los últimos tres meses han pasado de sentir “miedo” a sentirse “privilegiada” – porque dice que ha sido un privilegio representar a otros como ella.

“Cuando leí mi carta al Papa Francisco delante de las cámaras me dio miedo, pero después de eso empecé a acostumbrarme”, recordó. “Ahora me siento honrada de representar a millones de indocumentados; representar a niños cuyos padres van a ser deportados”.

“Siento que la oración me ha ayudado – cuando mi papá se fue a trabajar a Tennessee, y luego, cuando estaba en la cárcel”, continuó. “Yo tenía fe en Dios que le ayudaría a mi papá a volver a casa. Ahora rezo para que pueda ayudar a otras personas”.

Durante el acto del 14 de junio, el Arzobispo Gomez también bendijo y coronó una estatua, réplica de la Virgen de Zapopán, Patrona de Guadalajara, que ha sido bautizada como “la Reina de la inmigración”. VN

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