LOS INDOCUMENTADOS AFECTADOS POR LOS INCENDIOS TEMEN LA DEPORTACIÓN
Los indocumentados afectados por los incendios del sur de California temen ser deportados por las autoridades, a las que acusan de un trato discriminatorio en la implementación de los planes destinados a socorrer a las víctimas.
Según el activista comunitario José I. Fusté, del Consorcio de Derechos de Inmigrantes de San Diego, en el estadio de Qualcomm, uno de los refugios habilitados para asistir a las víctimas de los incendios, “hubo trato discriminatorio respecto a hispanos, que empezaron a tener dificultades para recibir donaciones”.
El sargento de la policía local Jesse Ceseña relató que una de las mujeres evacuadas en el estadio, que fue cerrado el jueves por la noche, denunció haber visto a un grupo de personas cargar dos camionetas y un auto con abrigos y otras donaciones, abandonar el estadio y regresar por más artículos.
Cuando se detuvo a las personas, de acuerdo a Ceseña, éstas confesaron que se les había pagado por tomar cosas de valor del estadio, y al ver que algunos de ellos hablaban español se decidió llamar a la Patrulla Fronteriza.
Fusté calificó esta versión oficial de “engañosa”.
“Fue una familia de inmigrantes evacuados que estaba tomando cosas como cualquier otra familia”, señaló el activista, que añadió que al llegar la Patrulla Fronteriza les pidieron la identificación a los miembros del grupo y deportaron a seis de ellos.
El activista afirmó que agentes de la Patrulla Fronteriza, junto a los de Inmigración y Aduanas, han establecido nuevos retenes en los que “se hostiga y aterroriza a miembros de la comunidad”.
Pese a que cerca de 100 agentes de la Patrulla Fronteriza participaron en las operaciones de apoyo, el portavoz de la agencia, Matthew Jonson, dijo que no estuvieron buscando inmigrantes indocumentados en el estadio.
Otra de las portavoces, Wendy Lee, declaró a Efe que la Patrulla Fronteriza no ha aumentado sus actividades de aplicación de la ley desde el inicio de los incendios, ya que su prioridad es el rescate y la seguridad de inmigrantes, aunque también señaló que siguen manteniendo sus obligaciones.
Sin embargo, Fusté considera este caso una señal más de que la Patrulla Fronteriza está utilizando esta crisis como una oportunidad para perseguir a inmigrantes indocumentados.
“Esto representa un trato diferencial respecto a los inmigrantes, pues si hubiesen sido blancos (en vez de hispanos) no se hubiese llamado a la Patrulla Fronteriza”, indicó el activista, que también denunció la falta de información en español de medidas de importancia, como el cierre del estadio.
Fusté dijo que es necesario que la opinión pública sepa que “la gente pobre de color en San Diego, particularmente hispanos e indígenas, que están al fondo de la escala social, no han recibido el mismo trato que los residentes blancos”.
“Prueba de ello”, prosiguió, “es que una de las áreas que han recibido más atención es Rancho Santa Fe, una de las más adineradas en EE.UU.”.
Considera que el trato que están recibiendo los hispanos afectados por los incendios del sur de California es similar a la discriminación que sufrieron los afroamericanos durante el Huracán Katrina, que asoló Nueva Orleans hace dos años, cuando fueron representados como “vándalos”.
Por su parte, el activista de la organización Ángeles de la Frontera, Enrique Morones, dijo que durante los incendios muchos indocumentados se enfrentaron al dilema de evacuar o mantenerse en sus lugares de trabajo por miedo a perder sus empleos.
Se estima que alrededor de dos millones de trabajadores indocumentados viven y trabajan en condiciones precarias en las colinas de California, muchas de ellas afectadas por los incendios.
Respecto a las comunidades indígenas, en la Reservación Rincón, al norte del condado, los incendios destruyeron 65 viviendas, lo que de acuerdo con la concejal Stephanie Spencer podía haberse evitado si las autoridades hubiesen actuado con más rapidez.
Los vientos han amainado y las temperaturas han bajado pero los incendios que arrasan gran parte del sur de California todavía no están controlados.
La extensión de terreno arrasada sigue creciendo y ya supera las 200.000 hectáreas, área un 30 por ciento mayor que la megalópolis brasileña de Sao Paulo, donde viven unos 19 millones de personas.
Aproximadamente 2.000 edificaciones han sido destruidas y las pérdidas se calculan en más de mil millones de dólares sólo en el condado de San Diego.
Los fallecidos por los incendios se elevan a 14 tras el hallazgo el pasado jueves por la Patrulla Fronteriza de los restos mortales de cuatro personas, tres hombres y una mujer, en un cañón rocoso cercano a la frontera con México y que es utilizado como refugio por los indocumentados. VN
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