LA PARTICIPACIÓN EN EL CENSO 2010 AÚN EN DUDA ENTRE LOS INDOCUMENTADOS

La gran campaña que ha emprendido la oficina del Censo para convencer a la población inmigrante de participar en el recuento demográfico de 2010 no llega a convencer a quienes consideran que responder a los encuestadores puede complicar su situación en EEUU.

A partir de marzo la oficina del Censo comenzará a repartir los formularios para que todas las personas, incluyendo inmigrantes indocumentados sean contados y ha enfatizado en numerosas ocasiones que la información que se recoja será confidencial.

De hecho, la Constitución de Estados Unidos establece que el gobierno debe llevar un registro de los residentes en el país, no estrictamente de los ciudadanos.

Sin embargo, dentro de la población de personas sin estatus legal como María Figueroa hay temor para hacerse contar.

“Si me preguntan sobre el estatus migratorio simplemente no le diría si sí o no, porque no sé si van a compartir esa información con Inmigración”, dijo Figueroa.

Este miedo lo expresan los inmigrantes a través de sus llamadas telefónicas a programas de radio con participación popular y destinados a la comunidad inmigrante en Illinois, como el que dirige Tania Unzueta en Chicago.

Su programa “Sin papeles” ofrece ayuda a la comunidad inmigrante, con consejos y recomendaciones sobre la vida en Estados Unidos.

“El programa pretende conectar a la comunidad inmigrante, especialmente los indocumentados, con lo que está pasando en la política nacional y local”, explicó la locutora.

El tema del censo es uno de los que se trata en este espacio radial y por ello durante la programación de la emisora comunitaria Radio Arte habrá espacio para el recuento demográfico y los inmigrantes indocumentados.

“Es una doble misión, por una parte informando a la gente sobre la importancia de participar en el censo y por otra informando sobre sus derechos”, señaló la locutora que también da consejos a sus oyentes sobre qué hacer en el caso de que un agente de Inmigración llegue a su casa.

Hay inmigrantes sin papeles que confían en las versiones oficiales como es el caso de Yenni Popoca que, a pesar de ser indocumentada, no tiene temor de abrir las puertas de su casa y recomienda que se “conteste el cuestionario”, ya que considera que “no tiene nada que ver con Inmigración”.

En el mismo sentido se manifiesta Valeria López, que no tiene dudas de que es bueno abrir la puerta al personal del Censo 2010.

“Es mejor que llenen el formulario, que no va a pasar nada”, dijo López con seguridad.

La oficina del Censo recuerda que si las personas contestan los cuestionarios y los devuelven a tiempo, no serán visitados por los encuestadores en abril cuando se empiece a realizar oficialmente el recuento.

Los resultados de la encuesta nacional sirven para distribuir 400.000 millones de dólares del Gobierno federal, rediseñar los distritos estatales y locales y determinar los escaños de los estados en el Congreso.

La participación de los hispanos en el Censo de 2010 será decisiva en la posterior redistribución de escaños en el Congreso, según un reciente estudio de America’s Voice, que calcula que 19 estados variarán su representación por esta causa. VN

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