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LA NUEVA CARA DE LA INDIGENCIA EN EL SUR DE CALIFORNIA

La falta de viviendas es una situación dramática que afecta a miles de familias en el Condado de Los Angeles. La indigencia no sólo se limita a los adultos que duermen en la calle, sino también a niños y jóvenes que día a día sufren en carne propia las consecuencias de no tener un hogar estable.

Miles de niños salen de la escuela y se quedan deambulando hasta que llega la noche sin saber dónde ir a dormir, o en qué lugar hacer los deberes escolares. Bajo la ley federal McKinney-Vento, auspiciada por la regulación Que Ningún Niño Quede Rezagado (No Child Left Behind), los distritos escolares proveen ayuda y recursos para que todos los alumnos tengan acceso a una educación de calidad, independientemente de que tengan o no un hogar estable.

A través de dinero procedente del programa federal McKinney-Vento, el Distrito Escolar de Norwalk-La Mirada asiste a estudiantes y sus familias a romper las barreras que limitan su inscripción en las escuelas, ayuda en la transportación y la compra de necesidades familiares básicas y la compra de libros, mochilas y otros útiles escolares. La misión fundamental es mejorar el desempeño académico de los alumnos provenientes de familias de bajos ingresos en el distrito a través de programas que mejoren la salud de la familia, su desarrollo social y calidad de vida.

Para conocer el trabajo que realizan, Vida Nueva conversó con Rosa Barragán, coordinadora y enlace comunitario de este proyecto. Según Barragán, el Distrito define como “familias en transición” a aquéllas que comparten un mismo espacio con 2 ó 3 familias por problemas económicos, viven en hoteles, campamentos, debido a la imposibilidad de pagar otro tipo de renta, los hijos están repartidos con otros parientes o simplemente pasan la noche en refugios transitorios.

“Es un programa nacional, una ley federal que funciona en todo el país. Cada escuela tiene una persona encargada de este programa, el cual forma parte del programa No Child Left Behind, -comentó Barragán-. Aquí este programa funciona desde hace 9 años. Hemos asistido a miles de estudiantes. Actualmente trabajamos con 1,300 estudiantes y alrededor de 300 familias.

“Las metas del programa son brindar ayuda a estudiantes en transición para que sobrevivan las barreras de la inscripción en las escuelas. Los niños, aunque no tengan una dirección estable, aunque vivan en un hotel, no tengan documentos médicos, pueden inscribirse en la escuela. La prioridad número uno es que asistan a la escuela y que después traigan los documentos”, agregó la especialista.

“También proveemos oportunidades para el aprendizaje académico y social a través de programas antes, durante y después de la escuela. Brindamos ayuda a los estudiantes en lectura y otras materias en un ambiente seguro y creativo. Tenemos tutores que son contratados a través del programa McKinney-Vento. Hay que entender que los niños en esas condiciones pierden clases constantemente y quedan retrasados en su aprendizaje.

“Los tutores trabajan con escuelas que tienen altas concentraciones de estudiantes en transición. Los participantes tienen entre 8 y 12 años de edad, y a través del trabajo de los tutores desarrollan autoestima y un mejor rendimiento académico”, expresó Barragán.

En un esfuerzo para mejorar la situación de estas familias, el programa de tutores de McKinney-Vento provee servicios de tutoría en las escuelas de Norwalk que tienen alta concentración de familias desamparadas. Estas son las Escuelas Elementales Chávez, Dolland, Edmondson, Huerta, Moffitt, Morrison y Sánchez, así como las escuelas de nivel medio Hargitt y Waite. El trabajo que realizan los tutores ha proporcionado un cambio considerable en la vida de estos niños y sus familias.

MANTENIENDO LA UNIDAD FAMILIAR

Barragán dijo que el vínculo con la familia es un componente fundamental del proyecto. “Otro de los propósitos del programa es proporcionar un estilo de vida más saludable para el estudiante y su familia. En esta fase del programa entra la familia. Brindamos servicios sociales de salud, servicios mentales, de vivienda, y tenemos consejeros que atienden a los padres de los alumnos. También les damos monedas para el autobús para que puedan asistir diariamente a la escuela”.

De acuerdo con la coordinadora, para brindar servicios médicos han establecido una colaboración entre diversas instituciones como el Departamento de Servicios Sociales, El Departamento de Servicios para las Familias y Niños, la Ciudad de Norwalk, Los Angeles Homeless Services Authority, Mother Nutricional Center, Washington Mutual, Kaiser Permanent.

“Es una lista extensa de organizaciones que nos ayudan a brindar diferentes servicios. Por ejemplo, Fallas Paredes dona cada año $500 o $600 en uniformes que les damos a las familias. Washington Mutual tiene el programa Washington Mutual School Saving. Este proyecto comenzó en la escuela primaria Johnston en el 2006. Los niños ahorran 25 centavos, un dólar, lo que puedan, a cambio reciben artículos para la escuela, libros o mochilas gratis. Se trata de incentivar el hábito de ahorro desde temprana edad, así como enseñarles a los niños disciplina y responsabilidad financiera. Hasta el momento han participado alrededor de 117 estudiantes y juntos han ahorrado más de $7,000. También puedo mencionar a Kaiser Cares for Kids Grant, que brinda seguros a las familias indocumentadas”, indicó Barragán.

LA NUEVA CARA DE LA INDIGENCIA

“Nosotros no proveemos viviendas pero estamos conectados con el Departamento de Servicios Sociales, y con su programa Housing Program for Homeless Familias. Un grupo de trabajadores se enfoca específicamente en las familias que están aisladas. Les ayudan a buscar hospedaje, les dan dinero para que se queden en hoteles por dos semanas. Nosotros trabajamos también con los refugios de desamparados (homeless shelters). Cada refugio tiene sus condiciones, algunos toman familias con más de 2 niños, otros aceptan a mujeres u hombres solteros, otros aceptan a familias con niños menores de 13 años. Es difícil encontrar un refugio donde acepten a toda la familia. Por eso algunas personas prefieren irse a vivir a casas de amigos o familiares que estar en un refugio con reglas”.

Abundando en el tema la coordinadora del proyecto agrega: “La definición de desamparado es mucho más extensa de lo que muchos entienden. No sólo incluye a personas que duermen en la calle. Aquí también trabajamos con familias que comparten el mismo techo por problemas financieros, personas que viven en garajes, en habitaciones pequeñas. Ellos son considerados personas sin hogar.

“Especialmente el número de personas que viven en estas condiciones ha crecido en los últimos años. Lo consideramos la nueva cara de la indigencia. Uno piensa que están desamparados aquéllos que viven en la calle o en su coche, pero tenemos familias que viven en pésimas condiciones, compartiendo un cuarto, un solo baño, sin condiciones mínimas de higiene. Según nuestras últimas estadísticas, el 55% de las familias con las que trabajamos viven en hoteles, el 40% comparte una casa con otras familias y el 5% no tiene dónde vivir. Aunque la mayoría de las familias que ayudamos son latinas, también tenemos anglosajones y afroamericanos”.

Durante el año 2005 en el Condado de Los Angeles, el 87% de las familias sin hogar no contaban con refugio, mientras el 13% residía en refugios transitorios. Según los estudios, las causas de este fenómeno se deben a la falta de viviendas accesibles a las personas de bajos ingresos, la pérdida de empleos, emergencias médicas, violencia doméstica y la separación de las familias. “La gente vive de cheque a cheque, cuando sucede una tragedia en la familia, que puede ser la pérdida del trabajo, las personas no pueden pagar la renta, que es excesivamente alta en California y se quedan sin techo. También las familias se separan, no tienen seguro médico y no pueden pagar los altos costos de servicios de salud, el esposo abandona el hogar, las mujeres se quedan desamparadas. Son muchas las causas que provocan este fenómeno social”, apuntó Barragán.

Antes de despedirse, Rosa Barragán nos transmite un consejo para aquellas personas que se encuentren en una situación similar. “Las familias necesitadas deben acudir de inmediato a la escuela de sus hijos para solicitar ayuda. Este grupo de personas es la gente más valiente con las que he trabajado. Tienen que enfrentarse todos los días a las condiciones más adversas para seguir unidos como la familia que son. Yo no sé si tendría el valor de levantarme cada mañana para luchar como ellos lo hacen”.

MAS INFORMACION

– El promedio de edad de las personas sin hogar en Estados Unidos es de 8 años.

– Alrededor de 600,000 familias y 1.35 millones de niños no tienen hogar en Estados Unidos.

ADONDE ACUDIR

Si usted tiene alguna pregunta sobre el programa McKinney-Vento que desarrolla el Distrito Escolar Unificado de Norwalk-La Mirada, puede llamar al 562-868-0431.

VN

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