INDOCUMENTADOS DEJAN DE RECIBIR ATENCIÓN MÉDICA POR TEMOR A DEPORTACIONES

El futuro de la comunidad hispana es incierto en Arizona, ya que por el temor a las deportaciones muchas familias no acuden al médico, lo que pone en riesgo la salud de muchos niños, la mayoría ciudadanos de EEUU.

“En nuestra oficina tuvimos el caso de una mujer embarazada sangrando que tenía terror de ir al hospital por miedo a ser entregada a inmigración”, dijo Kat Rodríguez, vocera de la Coalición de los Derechos Humanos de Arizona.

El pasado mes de noviembre entró en vigor una ley estatal que obliga a los empleados del Departamento de Seguridad Económica (DES) a reportar ante las autoridades migratorias a los indocumentados que acuden a solicitar ayuda pública como cuidado médico y estampillas de comida.

“A pesar de que esta ley solamente aplica a los indocumentados que admiten de forma verbal o por escrito carecer de un estatus y no a sus hijos, el miedo es muy grande entre los padres, quienes han optado por dejar de solicitar beneficios para sus hijos, ciudadanos de este país que tienen todo el derecho”, denunció la activista.

Comentó que esto pone en riesgo el futuro de niños hispanos cuya única opción para obtener atención sanitaria es recurrir a las salas de emergencia.

Agregó que a pesar de la fuerte campaña que hacen diversas organizaciones para informar a la comunidad inmigrante sobre sus derechos, en ciudades como Phoenix y Tucson el temor es difícil de vencer.

“Simplemente están optando por mantenerse alejados de las oficinas del DES y no renovar los beneficios cuando se les vencen”, aseguró la portavoz.

Otro aspecto que preocupa a políticos como Ben Miranda, senador estatal demócrata, son los recortes a programas que benefician a la comunidad hispana en Arizona en general.

Para balancear el déficit presupuestario de más de 3.000 millones de dólares, la gobernadora de Arizona, Jan Brewer, propuso recortar la ayuda económica para el cuidado de niños de familias de bajos recursos, así como terminar con el programa de cuidado médico conocido como KIDS CARE.

De este último dependen miles de familias con ingresos superiores al salario mínimo y que no califican para recibir asistencia federal pero no ganan lo suficiente para pagar un seguro médico.

La gobernadora republicana también propuso eliminar los programas de educación para adultos, los cuales permiten a personas retomar sus estudios y obtener su diploma de educación secundaria.

“Es terrible lo que está pasando, muchas familias dependen de estos programas”, dijo Miranda. “El impacto entre nuestra comunidad será muy fuerte”.

Los inmigrantes indocumentados también siguen siendo blanco de varias iniciativas que actualmente se debaten y avanzan en el Legislativo estatal, entre las que destaca una que convertiría en un delito la sola presencia de un indocumentado en Arizona.

También penalizaría a todos aquellos que los transporten y los alberguen sin hacer distinción entre contrabandistas y familiares.

“Las cosas cada vez están más difíciles, muchos están optando por irse a otros estados o de regreso a México”, dijo la mexicana María González.

Aseguró tener varios compañeros en su trabajo que están dejando de aplicar para beneficios que corresponden a sus hijos por temor a que un día inmigración vaya a tocarles la puerta.

“Es muy preocupante, un niño no puede quedarse sin seguro médico, nunca se sabe cuando se puede enfermar”, finalizó González.VN

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