GRUPOS ESPERAN QUE PRESIDENTE BUSH NO PONGA OBJECIONES A NUEVO SALARIO MÍNIMO

Sindicatos y grupos de apoyo a los hispanos celebraron hoy la aprobación del nuevo salario mínimo por la Cámara Baja, esperan que el Senado pase pronto una medida igual y que el presidente George W. Bush no lo rechace.

La Cámara de Representantes de EEUU aprobó incrementar el salario básico federal a 7,25 dólares por hora laboral -desde hace diez años es de 5,15 dólares-, durante un período de dos años con 315 votos a favor y 116 en contra.

La medida, propuesta por la mayoría demócrata con el apoyo de más del 70 por ciento de los republicanos, beneficiará a unos 13 millones de personas de las cuales el 19 por ciento es afroamericano e hispano, según dijo a Efe el representante de ese partido Ciro Rodríguez, de Texas.

Rodríguez confía en que el incremento no dispare los precios de los productos y servicios.

Sobre una eventual alza por parte de los empresarios, declaró que “vamos a ver qué resulta, pero la realidad es que tenemos que tratar a los trabajadores de una manera justa para que puedan sobrevivir. Como no están sobreviviendo, tenemos que pagarles lo sea correcto”.

Tanto este representante como su correligionario Xavier Becerra, de California, manifestaron sus esperanzas de que el presidente Bush no vete la ley que le envíe el Congreso a su despacho.

El aumento de 2,10 dólares al actual salario mínimo, calificado como “muy positivo” por la mayoría de organizaciones laborales, recibió el respaldo de la poderosa confederación sindical AFL-CIO, que lo considera justo.

La iniciativa, puesta en práctica por la mayoría demócrata en cumplimiento de una de sus promesas formuladas durante la campaña electoral de los comicios del 7 de noviembre pasado, también fue encomiada hoy por el Consejo Nacional de La Raza (NCLR).

La organización nacional más grande de apoyo y defensa de derechos civiles de los latinos en EEUU, estima que el proyecto, que tendrá que ser debatido por el Senado posiblemente en las próximas semanas, compensa el sacrificio de la clase trabajadora particularmente de la comunidad hispana.

“Los hispanos se encuentran entre los estadounidenses más trabajadores. Desafortunadamente, tienen una probabilidad tres veces mayor de estar trabajando a tiempo completo mientras continúan viviendo en la pobreza”, declaró Janet Murguía, presidenta del NCLR.

Murguía opinó que un aumento en el salario mínimo a 7,25 dólares la hora mejoraría la condición económica de más de 1,3 millones de trabajadores latinos, al tiempo que les daría la oportunidad de proveer mejor para sus familias.

Según cálculos difundidos por La Raza, la fuerza laboral de esta minoría en EEUU es de unos 21 millones de personas.

Asimismo, los hispanos mantienen la tasa de participación más alta en la fuerza laboral en comparación con otros grupos.

A pesar de esto, y de que casi siete de cada diez latinos aptos para trabajar participan en la fuerza laboral, muchos trabajadores hispanos no logran un nivel económico más cómodo debido a los estándares bajos de educación y de habilidades.

Murguía resaltó que el aumento del salario básico “es un buen primer paso”, pero enfatizó en la necesidad de que se invierta más en la fuerza laboral hispana a fin de capacitarla de forma conveniente.

La líder del NCLR indicó que el Congreso tiene ahora la oportunidad de aprobar esa inversión y reactivar la ley federal de Inversión en la Fuerza Laboral (Workforce Investment Act) que destina fondos al adiestramiento de la fuerza obrera de EEUU.

La entidad dijo que apoya esa ley, que está destinada a facilitar el acceso a los servicios de entrenamiento vocacional y profesional que mejoran las destrezas lingüísticas y habilidades de adultos con dominio limitado del idioma y que favorece el trabajo de organizaciones comunitarias.

La presidenta de La Raza destacó que “este es el momento de realizar buenas inversiones en la fuerza laboral del país” y sostuvo en que invertir en los trabajadores latinos dará como resultado grandes dividendos a la economía nacional en general.

Mientras tanto, el presidente de AFL-CIO, John Sweeney, alabó a los que llamó “grandes líderes del Congreso” por tratar con especial interés el aumento del salario mínimo.

Republicanos y demócratas reaccionan a planes de Schwarzenegger

Sacramento, 10 ene (EFE).- Marcadas diferencias en las prioridades entre republicanos y demócratas han comenzado a surgir a menos de 24 horas de que el gobernador de California, Arnold Schwarzenegger, ofreciera su informe de gobierno anual.

En su informe, el gobernador delineó una amplia agenda para el próximo año, que incluye una reforma sustancial al sistema de salud -que contempla cobertura médica universal, incluso para inmigrantes indocumentados- así como inversiones en infraestructura.

Aunque Schwarzenegger subrayó la importancia del bipartidismo, analistas políticos dijeron a Efe que el mandatario republicano podría encontrar más apoyo de los demócratas, que en miembros de su propio partido.

“Los republicanos a veces piensan que para llegar a compromisos con ellos, los demás tienen que adoptar sus valores ultraconservadores, y eso simplemente, no funciona, de hecho, detiene el avance de propuestas e ideas”, dijo Tim Hodson, experto en política estatal de la Universidad Estatal de California en Sacramento (CSUS).

Hodson añadió que cuando el gobernador habla de bipartidismo se refiere a él y los demócratas y no a la cooperación en el Legislativo estatal que logró acuerdos para un aumento al salario mínimo, una reducción de precios a la medicina controlada, y una reducción a las emisiones de gases de invernadero de empresas y refinerías.

El líder de la Asamblea, Fabián Núñez, dijo durante una rueda de prensa antes del informe de gobierno, que su preocupación está en que los republicanos “bloqueen el avance de propuestas” este año.

Debido al alto costo de varias de las propuestas del gobernador, las mismas necesitan acumular el apoyo de dos terceras partes del Senado y la Asamblea.

“El gobernador ha presentado una agenda muy amplia para el 2007, y conforme avance el proceso legislativo, los republicanos vamos a mantener nuestros principios firmes, y hacer lo mejor para California”, manifestó el líder de los republicanos en el senado, Dick Ackerman.

“Aplaudo la visión del gobernador para nuestro estado, pero me pregunto ¿cómo vamos a pagar por todos éstos programas, y quién va a pagar por ellos?”, dijo el senador republicano Abel Maldonado.

A juicio de Hodson, Schwarzenegger va a saber usar su experiencia y carisma para poder convencerlos, e incluirlos en las mesas de negociaciones.

Uno de los compromisos para que los republicanos apoyen la reforma de salud incluye eliminar o disminuir las cuotas que hospitales, doctores, empleadores, y consumidores tendrían que pagar para financiar la cobertura médica, así como la exclusión de los indocumentados en la reforma de salud.

“De ninguna manera vamos a apoyar un aumento de impuestos a los negocios para pagar por los beneficios médicos de los inmigrantes indocumentados”, aseveró el senador republicano Jim Battin.

Por su parte, el liderazgo demócrata de ambas cámaras legislativas aseveró la importancia del bipartidismo para llegar a mutuos compromisos. Pero dejaron claro que sus prioridades incluyen la salud, la educación, y el medio ambiente, y prometieron no dejar que el presupuesto sea balanceado a base de recortes a programas que ayudan a las personas más vulnerables.

“El bipartidismo solamente funciona cuando ambos lados nos ponemos de acuerdo en cuanto a los problemas que tenemos que resolver. Por eso es importante que le pongamos un alto a la política extrema, y enfocarnos en los problemas de nuestro estado”, dijo Núñez.

Los demócratas se oponen asimismo, a planes del gobernador de reducir los beneficios de la asistencia social a familias cuyos adultos no se integren a la fuerza laboral dentro de un corto período de tiempo.

También planea detener un aumento en el costo de vida de los pagos de asistencia social, lo cual ahorraría al estado millones de dólares.

“No vamos a dejar que el presupuesto sea balanceado a costa de las personas más vulnerables”, sostuvo Núñez.

“Creo que las discusiones tienen que empezar por un lado, y éste es un buen momento para comenzarlas”, añadió el senador Lou Correa, representante demócrata del condado de Orange. VN

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