EN UNA REUNIÓN MUNDIAL DE MOVIMIENTOS POPULARES

EN UNA REUNIÓN MUNDIAL DE MOVIMIENTOS POPULARES

Por MONSEÑOR JOSÉ H. GOMEZ
Arzobispo de Los Ángeles

(fOTO: El Padre jesuita Michael Czerny, Subsecretario papal de la Oficina de Desarrollo Humano Integral para los migrantes y refugiados, escucha al Arzobispo José H. Gomez durante un panel de inmigración en el Encuentro Mundial de Movimientos Populares de la Región, en Modesto, California.Les estoy escribiendo esta semana desde Modesto, donde estoy asistiendo a una conferencia promovida por el Vaticano).

Es la reunión regional en Estados Unidos del Encuentro Mundial de Movimientos Populares. Este es un proyecto iniciado por el Papa Francisco hace varios años. Busca reunir a líderes de la Iglesia con defensores de la justicia social, para empezar a construir amistades y encontrar nuevas maneras de enfrentar los desafíos que prevalecen en la sociedad. Las reuniones anteriores han tenido lugar en Roma y Bolivia.

El Obispo Auxiliar David G. O’Connell me acompañó a Modesto, y siempre es agradable ver a mis amigos de la Misión de Dolores, de nuestras parroquias locales y de nuestros sindicatos de trabajadores.

Hay aquí más de 700 personas de todo el país y el mundo, y las conversaciones que estamos teniendo están llenas de retos y de iluminaciones. Discutimos la persistencia de la discriminación racial, las amenazas a nuestro entorno natural y la lucha por obtener viviendas asequibles y empleos que paguen un salario que permita vivir de manera digna.

El Papa Francisco mismo envió una carta especial, que nos fue leída por el cardenal Peter Turkson, que es el jefe de la Oficina del Vaticano para el Desarrollo Humano Integral. En su mensaje, el Papa habló enfáticamente acerca de la necesidad de superar una “economía de la exclusión”.

Esta reunión es nuevamente un recordatorio del poder que tiene la doctrina social de la Iglesia. Como lo he dicho antes, el Evangelio de Jesucristo nos ofrece un hermoso enfoque de la dignidad humana y de la santidad de la vida. Y nos llama a construir una sociedad en la que las cosas buenas de la creación de Dios sean compartidas por todos.

Esta es nuestra tarea cotidiana como cristianos: compartir nuestro pan con los hambrientos, ofrecer refugio a los que carecen de hogar, vestir a los desnudos, abrir nuestros corazones a los oprimidos y afligidos.

Pero nuestro desafío va más allá de lo material y consiste en algo más que ofrecer caridad a los necesitados. Estamos llamados a construir una sociedad de la compasión, de la justicia, de la verdad y del amor. Y, como nos lo recordó el Papa en su mensaje, eso implica ayudar a las personas a comprometerse y a convertirse en “protagonistas” en el hermoso trabajo de construir una sociedad nueva.

Mi propia contribución durante estos días ha sido la de concentrarme en el tema de la inmigración. Tuve el privilegio de participar en una mesa redonda para discutir el tema de la migración con el Padre jesuita Michael Czerny, subsecretario papal de la Oficina de Desarrollo Humano Integral para los migrantes y los refugiados.

En los comentarios que hice, compartí nuestra experiencia de aquí, de Los Ángeles, y especialmente los desafíos que enfrentamos con la nueva Administración en Washington. Esta es una cuestión que está en la mente de todos: qué es lo que estamos haciendo para ayudar a nuestras comunidades de inmigrantes y a nuestros hermanos y hermanas que son indocumentados.

Y estamos tratando de ayudar todos los días de todas las maneras posibles. Porque los inmigrantes no son números, no son estadísticas; ellos son nuestra familia.

Hemos estado organizando equipos parroquiales y hemos capacitado a los individuos para que conozcan sus derechos como inmigrantes. Hemos estado ayudando a preparar a las familias para que sepan qué hacer en caso de ser detenidas por las autoridades. Y estamos tratando de movilizar a los abogados de inmigración para ayudar a los que están detenidos.

Hemos reunido muchos recursos para la gente en nuestro sitio web: archla.org/immigration.

Creo que en este tiempo es importante que nos mantengamos unidos, que nos fortalezcamos unos a otros y que mantengamos nuestros ojos fijos en Jesús.

Y también creo que es importante que mantengamos la calma y que hagamos nuestros juicios basándonos en los hechos, no en la política.

Desafortunadamente, las redadas de inmigración y las deportaciones no son nada nuevo. Lo sabemos bien. No empezaron con este nuevo presidente. Tenemos que tener una visión clara sobre esto.

El presidente anterior deportó a más gente que cualquier otro presidente en la historia de Estados Unidos: más de 2,5 millones de personas fueron deportadas durante sus ocho años en el cargo. La mayoría de ellos eran criminales no violentos y muchos de ellos eran padres comunes y corrientes que fueron apresados en sus hogares y obligados a dejar atrás a sus hijos y a sus cónyuges.

Por lo tanto, tenemos que mantener eso en perspectiva. Lo que realmente necesitamos es una reforma migratoria.

En este momento hay una legislación bipartidista en el Congreso llamada “Ley del Puente”. Esto ayudaría a cientos de miles de jóvenes conocidos como “soñadores”. Necesitamos que se apruebe esa ley. Los exhorto a ir a nuestro sitio web para conocer más sobre ella y para saber cómo pueden ustedes ayudar: archla.org/immigration.

Tenemos que empezar a partir de allí y luego tenemos que seguir trabajando, paso a paso, hasta que hayamos arreglado todos los aspectos de nuestro defectuoso sistema de inmigración.

Necesitamos mantener nuestros ojos en el premio, y el premio es la reforma migratoria y una solución compasiva para los que son indocumentados y están obligados a vivir en las sombras de nuestra sociedad.

Así que oren por mí esta semana, que yo estaré orando por ustedes. Y pidámosle a Nuestra Señora de Guadalupe que nos ayude a seguir manteniéndonos unidos y a trabajar para construir una sociedad en la que respetemos la dignidad que cada quien tiene como hijo de Dios. VN

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El nuevo libro del Arzobispo José H. Gomez, ‘Inmigración y el futuro de Estados Unidos de América’, está disponible en la tienda de la Catedral de Nuestra Señora de los Ángeles. (www.olacathedralgifts.com).

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(PHOTO CAPTION)

El Padre jesuita Michael Czerny, Subsecretario papal de la Oficina de Desarrollo Humano Integral para los migrantes y refugiados, escucha al Arzobispo José H. Gomez durante un panel de inmigración en el Encuentro Mundial de Movimientos Populares de la Región, en Modesto, California.

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