‘EL GRAN TESORO QUE ES LA VIDA’

Pacientes con cáncer y sus familias se reúnen en la ‘Misa de oración por una cura para el cáncer y unción de los enfermos’, y reflexionan sobre el valor de la fe al enfrentar esa enfermedad

Para María Montes de Oca, de 79 años de edad, una feligresa de “Our Mother of Good Counsel Church” en Los Ángeles, cada día es un reto. Pero ella lo enfrenta con valentía y gran fe, de acuerdo con su hija María Elena Rodríguez.

Montes de Oca fue diagnosticada con cáncer de seno hace más de 12 años y poco después entró en remisión. Desde entonces el cáncer ha regresado, más de una vez, y su última recaída llegó a finales de 2013. Actualmente está recibiendo quimioterapia. Habiendo sido católica toda su vida, en la fe encuentra la fuerza para seguir luchando. Por eso ella y su hija se encontraban entre los cientos que asistieron a la octava “Misa de oración por una cura para el cáncer y unción de los enfermos” (Pray for a Cure for Cancer Mass and Anointing of the Sick), en la Catedral de Nuestra Señora de los Ángeles.

El Obispo Auxiliar Edward Clark presidió esta Misa, en tanto que el Cardenal Rogelio Mahony la concelebró, y Monseñor Lorenzo Miranda, vicario de la Oficina Arquidiocesana de Vicarios para el Clero, estuvo a cargo de la homilía.

“El cáncer es una experiencia increíble, misteriosa, al igual que otras dificultades que tenemos en la vida… pero el encuentro que tenemos con el cáncer – si somos el paciente o su familia – nos lleva a descubrir de una manera muy profunda, el regalo de fe que poseemos”, dijo Monseñor Miranda, que perdió a su hermano a consecuencia de esta enfermedad. “Es increíble, si nos abrimos a Dios, lo que Él puede hacer con nosotros en ese viaje con cáncer. Descubrimos el tesoro que tenemos en nuestra fe cristiana católica”.

Animó a todos a orar por una cura para el cáncer, pero con el recordatorio de que “en cualquier momento que le recemos a Dios, al final tenemos que decir: ‘Señor, hágase tu voluntad’”.

La Liturgia anual sobre el cáncer se celebra para aquellos que buscan oraciones para sí mismos o para alguien con la enfermedad. La pareja de Diáconos, Mark y Vickie Race, de la Iglesia St. Bernadette en el Sur de Los Ángeles, iniciaron esta Misa después de que a Vickie le diagnosticaran cáncer de mama hace aproximadamente una década, sometiéndose a una mastectomía y quimioterapia. Junto con el Consejo Arquidiocesano de Mujeres Católicas llevaron a cabo la Misa anual y formaron el Ministerio de Fe, Esperanza y Caridad para pacientes con cáncer y sus familias. Este ministerio ofrece grupos de apoyo y retiros, como también asesoramiento individual.

“Mi esposa ha sido una sobreviviente de cáncer por 10 años; el día en que fue diagnosticada se convirtió en una nueva persona para mí; ella nació de nuevo en mi vida. Me hizo dar cuenta del gran tesoro que es la vida”, dijo Mark a la concurrencia cerca del final de la misa, visiblemente emocionado y con lágrimas en los ojos.

“Cada mañana cuando me despierto y la veo, me doy cuenta que el tiempo que pasamos juntos es precioso. Es por eso que los reunimos hoy aquí, para que puedan empezar a atesorar cada día con los demás; para amarnos los unos a los otros; para mirarnos de frente mientras estamos aquí y decirnos cosas buenas el uno al otro y al mismo tiempo poder escuchar esas cosas buenas- para que cada día sea una celebración”. VN

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