
DE HUNTINGTON PARK A LA CATEDRAL
Peregrinación de indulgencia rescata una añorada tradición católica
(Imagen: Los peregrinos de Huntington Park lograron su meta de cruzar la Puerta Santa de la Misericordia. Al centro, el Padre Joel Quezada, a su derecha el diácono Ciro Garza y a su izquierda el Padre Agustín Rodríguez. Foto de Paulina Herrera.)
Por PAULINA HERRERA
“¿Quiénes son ustedes?”. “¿A dónde van?”. “¿Por qué están caminando?”, preguntaban católicos y protestantes al paso de unos 300 peregrinos que a la voz de: “¡Vamos a Catedral!”, se organizaron para realizar la primera Peregrinación de Indulgencia desde Huntington Park hacia la Catedral de Nuestra Señora de los Ángeles en el primer sábado de mayo pasado.
Comandados por el Padre Joel Quezada y sus siete consejeros laicos, en cuestión de tres semanas esta comunidad católica se organizó y puso el ejemplo de tenacidad y compromiso evangélico lanzándose a las calles caminando las 5 millas y media entre su barrio y el corazón angelino.
“Somos peregrinos”. “Vamos a Catedral”. “Para ganar la indulgencia”. Son las respuestas que con paso firme, entre banquetas, semáforos, cánticos y Rosarios, los peregrinos respondían ante el asombro y beneplácito de otros transeúntes y automovilistas que se encontraron cuando caminaban durante tres horas.
El Padre Joel, originario de Nochistlán, Zacatecas, México, es el párroco de Santa Martha en Huntington Park, ciudad al suroeste de Los Ángeles poblada principalmente por inmigrantes de origen hispano.
¿QUÉ MOTIVÓ A LOS PEREGRINOS A DESAFIAR EL ASFALTO?
“Ganar la indulgencia caminando hacia la Puerta Santa de la Misericordia en la Catedral”, afirma el sacerdote que a finales de este mes de junio, deja su lugar en la parroquia para viajar a Roy, Oregon, en donde servirá como consejero de la casa provincial de los Misioneros del Espíritu Santo.
“Me voy muy feliz y contento después de esta peregrinación… Me hubiera gustado hacer otra porque los feligreses me lo piden, pero me tengo que ir”. De cualquier forma, la actividad cristiana quedó como fiel testimonio de una experiencia de fe en toda la parroquia y un antecedente para que en un futuro cercano pueda realizarse de nuevo.
La jornada empezó el sábado a las 6 de la mañana con una misa extraordinaria en Santa Martha; con capacidad para 502 personas, el templo lució lleno. Después, la mayoría de los feligreses se formaron en línea para comenzar a caminar partiendo desde la Avenida Seville hacia la Calle Temple. Primero se pensó que tardarían dos horas y media para llegar. Sin embargo, el recorrido tomó media hora más para mantener el paso uniforme para conveniencia de grandes y chicos.
La ruta se trazó sobre banquetas, por lo cual no fue necesario el apoyo de policías o agentes de tránsito. Como la peregrinación fue en sábado, en esquinas de las principales avenidas los católicos se encontraron a feligreses de otras iglesias con quienes intercambiaron breves y cordiales saludos.
Entre los peregrinos hubo hombres y mujeres de todas las edades, incluyendo niños. “Fue increíble ver a nuestros ancianos caminando y a dos feligreses invidentes que también hicieron la travesía”, dice emocionado el Padre Joel. Como logística, tres autos siguieron al contingente con agua y listos para prestar primeros auxilios, lo cual no fue necesario. También se rentó un autobús con capacidad para 40 pasajeros para quienes realmente no podían caminar.
‘REVIVIMOS EL SENTIDO DE IGLESIA EN NUESTRAS CALLES…’
Al preguntarle al Padre Joel qué fue lo que más entusiasmó a los feligreses de Huntington Park, respondió: “El significado de peregrinación, porque se trata de una tradición muy arraigada en nuestros países de origen que no ha logrado cruzar la frontera como otras (tradiciones).
“Revivimos el sentido de iglesia en nuestras calles y eso es lo más valioso para todos los que participamos”, agregó.
Y si el cansancio existe, se disimuló al máximo porque los peregrinos subieron y bajaron escalinatas de la Catedral de Nuestra Señora de Los Ángeles y al cruzar la Puerta Santa con la palabra “Mercy”, los feligreses de Santa Martha lograron su meta: “Evangelizar y evangelizarse para recuperar la gracia de Dios ganada por Cristo Nuestro Señor con actos de caridad o acciones que implican el deseo de ser mejores”, puntualizó el Padre Joel. VN
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