AUMENTO DE VIOLENCIA EN ESTE DE L.A. IMPULSA DESEO INDEPENDENCIA DE LA CIUDAD

Residentes, comerciantes, líderes locales y la comunidad en general del Este de Los Ángeles, se encuentran preocupados por la situación de violencia que ha sacudido el área en las ultimas semanas, manifestaron hoy dirigentes locales.

“Es muy impactante”, señaló Oscar González, residente de la Asociación de Residentes del Este de Los Ángeles.

“Los homicidios cometidos en las últimas semanas, junto con el último ocurrido anoche mismo, nos muestran la necesidad de que tengamos una mejor representación para tomar nuestras propias decisiones”, aseguró el dirigente de la asociación, una de las principales impulsoras del proyecto para convertir el Este de L.A. en una ciudad independiente de Los Ángeles.

Anoche, alrededor de las 11 p.m., murió de un disparo en el pecho Marco Corona quien caminaba por una calle cerca de la avenida Gage. Aparentemente el agresor es un pandillero latino de entre 18 y 20 años de edad, quien le disparó sin que hubiera existido ningún tipo de provocación por parte de Corona.

Las últimas semanas, los residentes del área han sido testigos de un recrudecimiento inusual de la violencia -atribuida por las autoridades a las pandillas- que había sido superada en la última década.

“Casos como estos no se veían en el vecindario desde por lo menos cinco años”, aseguró a Efe Jaime Galeano, un salvadoreño que reside en East Los Angeles desde principios de 1990.

“Desde que yo vivo aquí, no recuerdo tantos crímenes en tan poco tiempo”, afirmó el inmigrante que se mudó del área de Pico Union -en el centro de L.A.- “buscando un mejor ambiente”.

El brote que ha sacudido la comunidad comenzó el 31 de marzo cuando con diferencia de 17 minutos fueron asesinadas cuatro personas -todas latinas- en dos hechos ocurridos en menos de una milla.

En el primer ataque murieron dos vendedores de un distribuidor de autos y en el segundo, dos presuntos miembros de pandillas.

Christopher Lee Savala, de 28 años, un presunto pandillero latino de la ciudad de Bell, se declaró hoy inocente de la acusación de asesinato de Benjamín Rentería y Diego Vargas, los dos supuestos pandilleros muertos en el segundo tiroteo del 31 de marzo.

Dos jóvenes también latinas, Alexous Ann Sandoval y Daisy Orozco ambas de 17 años, murieron la madrugada del 8 de marzo, cuando supuestamente participaban en un asalto a un taxista, Javier Hernández, quién huyó y se estrelló cuando era perseguido por los asaltantes.

El 14 de abril cerca de las 8:30 p.m. otro hombre fue herido de bala, también en el Este de L.A., quien murió posteriormente en el hospital.

El 18 de abril, Andrés De La Madrid, de 37 años, otro taxista, fue muerto de un disparo en el pecho cuando se dirigía a recoger a un pasajero. La policía no ha confirmado si se trató de un intento de robo.

El sábado 19 de abril, durante una fiesta en la que se presentó una pelea, Paúl Serda, de 23 años, recibió un disparo mortal. La oficina del alguacil no ha suministrado mayores detalles al respecto.

“Sin ninguna duda, el convertirnos en ciudad independiente nos daría mejor representación, más participación comunitaria y una mayor atención a nuestros problemas locales”, aseguró González, al afirmar que si la ciudad tuviera una adecuada representación y un gobierno local podría enfrentar mejor estos problemas.

“Un tercio de nuestros residentes son indocumentados luego no tienen acceso a licencias de conducir ni otros beneficios públicos y tampoco una representación dentro de la comunidad”, señaló el dirigente.

El proyecto de independencia del área no incorporada, permitiría a la nueva ciudad tener su propio alcalde, su propio concejo y sus propios servicios de policía y bomberos lo que redundaría en mejor atención a la comunidad, afirmó González. VN