APRUEBAN CONSTRUCCIÓN DE TORRES DE VIGILANCIA DENTRO DE REFUGIO EN ARIZONA

Un proyecto para la construcción de cinco torres de vigilancia dentro del Refugio Nacional de Vida Salvaje de Buenos Aires en la frontera de Arizona recibió la aprobación inicial del Departamento de Pesca y Vida Silvestre de los Estados Unidos.

De acuerdo con un documento dado a conocer hoy por esta agencia federal, los administradores del refugio consideraron que los beneficios a largo plazo de la instalación de las torres superan el daño que puedan causar durante su construcción.

“El refugio ha determinado que la propuesta del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) de construir cuatro torres de vigilancia permanentes y una de comunicaciones es compatible con los propósito del refugio”, señala el documento.

Cada torre de vigilancia medirá aproximadamente 80 pies de alto, mientras que la de comunicaciones será de 120 pies. Todas las torres serán colocadas en cimientos de concreto.

El Departamento de Pesca y Vida Salvaje afirma que aunque colocar las torres tendrá un impacto a corto plazo en el medio ambiente, el refugio considera que no será “significativo”.

Basándose en información proporcionada por el DHS el refugio de vida salvaje espera que la operación exitosa de las torres resulte en la disminución del impacto causado en el medio ambiente por la inmigración ilegal, así como una reducción de las operaciones del DHS dentro del mismo refugio, ubicado a unas 45 millas al suroeste de la ciudad de Tucson.

Las torres de vigilancia, que se esperan levantar el próximo año, tendrán una capacidad de observación de 360 grados, las 24 horas días día en un radio de seis millas.

Como parte del plan del Gobierno federal SBInet para construir un muro virtual en la frontera de Arizona, otras siete torres adicionales serán edificadas en los terrenos cercanos al refugio nacional de Buenos Aires.

Estas torres reemplazarán y se integraran a las ya existentes del “Proyecto 28”, que consiste en torres de vigilancia movibles que fueron instaladas en el refugio nacional en el 2006.

Según el reporte inicial del Departamento de Pesca y Vida Salvaje, se calcula que 3,24 acres serán impactados durante la fase de construcción de las torres.

En el documento, que se encuentra a disposición del público, se indica que entre 100.000 y 300.000 inmigrantes indocumentados cruzan anualmente por esta área.

“Este tremendo volumen ha resultado en un impacto dramático al medio ambiente, lo que incluye basura, vehículos abandonados, veredas utilizadas por los inmigrantes, incremento en el crimen y problemas de seguridad”, sostiene la agencia federal.

La región es una ruta utilizada frecuentemente por traficantes humanos y contrabandistas de drogas.

Administradores del parque se han quejado por la basura que dejan a su paso los indocumentados y que alcanza casi 500 toneladas anualmente.

Durante la temporada “alta” de cruce fronterizo se encuentran más de 100 vehículos abandonados al año en el refugio nacional.

A los inmigrantes indocumentados también se les acusa de cortar cercas de alambre o dejar rejas abiertas, lo que permite la entrada de ganado a la región.

En el reporte se afirma que la construcción de las torres de vigilancia podría reducir el tráfico de inmigrantes indocumentados, así como la erosión y la tierra comprimida que resulta por el cruce de tantas personas anualmente.

El DHS cree que el proyecto también disminuiría el número de agentes de la Patrulla Fronteriza que conduce por el refugio.

Tres de las torres serían colocadas a cinco, doce y trece millas al norte de la frontera con México.

El público tiene hasta el próximo 2 de septiembre para comentar sobre el proyecto. VN

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