AMOR DEL BUENO

AMOR DEL BUENO

(fOTO: Cincuenta y cuatro parejas renovaron sus votos matrimoniales en la Catedral de Nuestra Señora de los Ángeles durante el Día Mundial del Matrimonio. / VICTOR ALEMÁN).

Por ALICIA MORANDI

Sentados en la primera banca de la Catedral, uno al lado del otro, así como lo han estado por los últimos 75 años, Lucina y Onésimo Ramírez aguardaban el inicio de la Misa especial en celebración al Día Mundial del Matrimonio.

Esta pareja mexicana -que por los últimos seis años ha vivido en Los Ángeles- cumplió sus “bodas de diamante”.

Ambos son originarios de Morelos, México, y allí fue también donde se conocieron, cuando Lucina era apenas una adolescente de 15 años. Se casaron en la Parroquia de Santo Tomas Apóstol en 1942. Cuando cumplieron medio siglo de casados, hicieron una gran fiesta en su Morelos natal donde asistió todo el pueblo. Y ahora, en Las Vegas, se casaron por tercera vez, acompañados de algunos de sus seis hijos (tres murieron antes de cumplir 3 años), 11nietos y 15 bisnietos. Y así festejaron su 75 aniversario. Pero antes asistieron a la Catedral angelina donde fueron la pareja más longeva que recibió la renovación de votos matrimoniales.

Lucina ahora tiene 91 y Onésimo acaba de cumplir cien años, los dos en buen estado físico y mental probablemente por la vida sana y de trabajo que llevaron. Él siempre fue un campesino y con esa labor mantuvo a su familia, en tanto que su esposa se dedicó al hogar. Ahora viven en Victorville con una de sus hijas, Isabel Carrera, una viuda, casada por 48 años.

La pregunta que todos les hacen: cuál es la clave para que un matrimonio dure por tanto tiempo.  “Yo aprendí de mis padres a tener un buen matrimonio”, dijo Lucina. “A nuestra edad, nos seguimos queriendo”.

Según su nieta Estela Carrera, su abuelo fue el más tranquilo de la relación. Siempre ha tratado con mucho cariño a su esposa, quien tiene un carácter más fuerte. “Pero el amor que siempre se tuvieron ha sido el principal motivo de que estén juntos y es el legado que nos dejarán cuando se vayan”.

Otras 53 parejas celebraron desde 25 a 62 años de casados, y el Arzobispo José H. Gomez fue el encargado de renovar sus votos matrimoniales.

El propósito del Día Mundial del Matrimonio sigue siendo rendir homenaje a la belleza de la lealtad, el sacrificio y la alegría en la vida diaria de las parejas casadas. En 1993 recibió la Bendición Apostólica del Papa Juan Pablo II.

‘…LA VIDA COMO ESPOSOS CATÓLICOS EN REALIDAD ES UNA VOCACIÓN…’

El Padre David Gallardo -párroco de la Catedral de Nuestra Señora de los Ángeles- dio la bienvenida a los asistentes. Entre las parejas celebrantes también estaban sus tíos Guadalupe (84) y Antonio Islas (77), que conmemoraban 50 años de unión marital. Ella además es la madrina del sacerdote. El matrimonio crió a cinco hijos, quienes les dieron 20 nietos y 7 bisnietos.

“Lo más importante para tener una relación tan larga es amarse, no importa lo que pase. Tuvimos dificultades enormes, como el accidente que sufrió mi esposo en 1980 que lo dejó discapacitado y ya no pudo seguir trabajando. Era muy independiente y trabajador. Fueron tiempos muy duros. Pero por nuestro amor fuimos capaces de no rendirnos y sacar adelante a toda la familia. Creemos en Dios y la fe nos ha ayudado mucho”, dijo Guadalupe, originaria de Los Ángeles, en tanto que su esposo es de Nuevo México.

“La Misa para los matrimonios ha sido como un sueño. Me resultó muy emocionante porque me trajo muchos recuerdos de cuando nos casamos. Y también cuando más adelante tuve a mi primer hijo; fueron de los momentos más felices de mi vida”.

Durante la misa, el Padre Gallardo se dirigió a los matrimonios diciéndoles que ellos siguen con el mandato de Dios.

“Ustedes saben que la vida como esposos católicos en realidad es una vocación, un llamado especial que el Señor les ha hecho para que a través de ustedes el mundo pueda reconocer Su amor, afecto y compasión. Han recibido esos dones para amarse, perdonarse, ser pacientes, y así cumplir con los votos matrimoniales”.

El religioso continúo diciéndoles que “en un día que nunca se les va a olvidar, ustedes llegaron a la Casa del Señor para sellar su amor mutuo. Quizás estaban nervios, ansiosos, no sabían por dónde los iba a llevar el camino del matrimonio, pero sí sabían que contaban con el amor de Dios. Ese amor que todavía existe entre ustedes. Sus familias y la comunidad entera reconoce por medio de ustedes, que todo es posible con la gracia y amor de Dios”.

El párroco destacó la importancia de la oración tanto en el matrimonio como en la vida diaria. “Después que el Señor sanaba, siempre encontraba un momento para estar en soledad con su Padre, tomando tiempo en la oración. Eso le dio la energía, espíritu y fuerza para seguir con la misión para la cual fue enviado a este mundo. Tenemos que hallar esos momentos de silencio y oración.

“Una de las cosas que ha hecho a diario cada pareja que está aquí celebrando un aniversario, es ponerse en manos de Dios y en oración. Es la oración que le ha ayudado a guardar ese compromiso de matrimonio, esa vida nueva de Dios y especialmente su vida de amor. Esperamos que en la bendición que hoy van a recibir, el Señor le siga brindando muchos más años de amor, vida, salud y paz”, concluyó.

Luego el Arzobispo Gomez realizó la renovación de las promesas matrimoniales, la cual se trata de una bendición especial. Los que cumplían sus aniversarios se pusieron de pie, se tomaron las manos y se miraron a los ojos para renovar las promesas del matrimonio.

“En aquel día de su boda, ustedes estaban frente al ministerio de la Iglesia y solemnemente juraron su amor”, dijo el Arzobispo. “En este día están enfrente de la comunidad de fe recordando la promesa matrimonial, junto a sus hijos que reflejan la vida y el amor que ustedes les han brindado a través de su unión”.

Entre las parejas se hallaba el matrimonio de Alejandrina y Alberto Sánchez que celebraban su 57 aniversario.

“El matrimonio no es fácil al principio,” dijo Alejandrina, “pero si uno entiende que es un sacramento y que hay que poner mucho de su parte y seguir adelante, las cosas se van resolviendo y luego cuando viene la familia, con mucha más razón”.

Alejandrina es miembro de la Iglesia Santa Mariana de Paredes en Pico Rivera. Este matrimonio tiene cuatro hijas, 16 nietos y 11 bisnietos, uno en camino.

Al final de la Misa, las parejas recibieron un certificado conmemorativo y el abrazo cálido de sus seres queridos que compartieron la emoción de ese encuentro. VN

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