ALUMNOS LATINOS DE NORESTE L.A DECIDEN CURSAR SEXTO GRADO EN ESCUELA PRIMARIA

Un grupo de alumnos de un área de bajos recursos de Los Ángeles inició el sexto grado en su escuela primaria en lugar de la media que les correspondía gracias al esfuerzo de su directora, profesores y padres de familia.

Durante años los padres de familia de la escuela Murchison Street, en el noreste de la ciudad, habían visto con preocupación el cambio que experimentaban los niños que terminaban su ciclo elemental y pasaban a la escuela media del área.

Allí, en la escuela media El Sereno, comenzaban a sentir la presión e incluso la atracción de las pandillas.

“Son 105 niños de los cuales casi todos, la gran mayoría, son hispanos”, explicó a Efe Margarita Gutiérrez, directora de la primaria.

“Para ir a la escuela media, ellos tendrían necesariamente que tomar el bus, pues deben atravesar las líneas del tren que no es seguro, y no hay ninguna otra manera de llegar hasta allí”, indicó la educadora.

Como llegan en autobús, a los chicos los llaman “los del otro lado de la carrilera” y los relacionan con Ramona Gardens, un conjunto residencial que ha estado ligado a la violencia de las pandillas.

“Les ponen ese estigma y desafortunadamente los niños lo tienen que sufrir” agregó la directora, quien indicó que al sentirse señalados, “ellos buscan la protección de los mayores y ahí es cuando se juntan con otros jóvenes que están en las pandillas”.

Pero Murchinson no ha sido la única escuela que ha añadido el sexto grado.

“Varias escuelas en el área han agregado sexto, no somos los únicos. La diferencia es que nuestra comunidad ha estado tratando del luchar no sólo por el sexto sino por agregar séptimo y octavo grados”, añadió.

Además, continuar el sexto fue favorable para el presupuesto de la escuela.

“Nos salvó puestos de maestros. Eso fue bueno para la escuela pero por otra parte significa un reto para los profesores que no han enseñado antes a ese nivel”, dijo Gutiérrez.

El reto de enseñar en ese nivel con un resultado académico competitivo es atractivo para los profesores.

“Creo que los niños realmente están disfrutando el cambio de poder ir de un salón a otro y además de tener más responsabilidad”, afirmó Sandra Romero, una de los tres profesores que enseñan el sexto.

“Responsabilidades como ayudar con el material de enseñanza y la colaboración con otras actividades o el tomar notas que les sirvan para cuando estudian en la casa”, aseguró Romero, quien cumple la función de coordinación entre la dirección y los profesores del proyecto.

Los alumnos se sienten contentos por ser los mayores de la escuela, además de seguros y queridos.

Para la directora, el apoyo del profesorado ha sido esencial, sin embargo, aunque es claro que “socialmente están más a gusto, también necesitamos que tengan un muy buen aprendizaje aquí”, afirmó Gutiérrez, quien enfatizó la necesidad de buenos resultados académicos.

La directora se reúne mensualmente con los padres de familia del grado sexto para evaluar la marcha del proyecto y hacer recomendaciones y ajustes necesarios.

“Se intercambia información y ellos hacen un reporte de lo que están haciendo para apoyar en los hogares la iniciativa”, señaló.

En esas reuniones también se está proyectando el futuro, pues aunque agregar sexto fue relativamente fácil, continuar con séptimo y octavo tiene otras exigencias mayores.

“La escuela debe tener el equipo necesario para ciencias como laboratorios y para educación física igualmente los niños deben cambiarse de ropa y aquí no tenemos todavía las instalaciones adaptadas”, comentó.

Por otra parte, Gutiérrez también piensa que hay que prepararlos para las influencias del futuro. “Los padres y los profesores debemos tener comunicación con la escuela media. Porque si no resolvemos los problemas, va a ocurrir en la escuela secundaria y si los estudiantes no están preparados, pasará lo mismo”.

Por ahora, estos 105 alumnos que rondan los 11 años de edad, han continuado en un entorno más favorable y seguro para su educación. VN

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