ADICCIÓN A LA COMIDA: UN HAMBRE EMOCIONAL MÁS QUE FISIOLÓGICO

ADICCIÓN A LA COMIDA: UN HAMBRE EMOCIONAL MÁS QUE FISIOLÓGICO

Los alimentos nos dan cierto placer, pero se convierten en problema cuando los utilizamos para calmar la ansiedad y otras emociones

(Referencia: Los dulces pueden aliviar la depresión y ansiedad a corto plazo -revelan investigaciones-, y a la vez pueden resultar adictivos porque en el cerebro producen químicos que causan placer. Foto: PIXABAY)

Por ALICIA MORANDI

La relación que tiene Dolores Mora con la comida es peligrosa. No sólo para su salud, sino también para su bienestar emocional. “Comencé a comer en exceso y a cada rato cuando estaba ansiosa, preocupada y deprimida, pero después también lo hacía cuando estaba contenta. Comía a todo momento, y muchas veces a escondidas”, dice a VIDA NUEVA esta ama de casa de 32 años.

“Sobre todo busco alimentos con azúcar y harinas como panes y pasteles. No tengo límite. Nunca me siento satisfecha. Más triste que subir de peso y tener alto el nivel de colesterol, es sentirme culpable y con vergüenza de no poder controlar mi necesidad de comer todo el día”.

Desde que comenzó a asistir a un grupo de “Comedores Compulsivos Anónimos” (CCA/OA) asegura que se dio cuenta de que es una adicta a la comida.

“Tengo una enfermedad y me trae problemas”, dice Dolores. Pero también comprendió que hay formas de controlar esta adicción que produce mucho dolor emocional, al igual que las drogas, alcohol, cigarrillo, juegos de azar, pornografía, deseo compulsivo de comprar, entre otros. “Admitir que tengo un problema es saludable porque me motiva a hacer algo para resolverlo”.

Aunque la adicción a la comida no se había considerado como un desorden mental por la psiquiatría, estudios recientes están comprobando que puede serlo.

Al respecto, el doctor Juan Martín Romano, especialista en nutrición, con práctica en Argentina, indica que el principal motivo que lleva a comer en exceso y de manera automática es la ansiedad.

La utilización de la comida como “calmante” puede derivar en una fuerte adicción que nos ayuda a transitar momentos difíciles, dice el galeno. Y agrega que si tenemos en nuestro interior una sensación de vacío, intentamos llenarlo, y con comida es una forma de hacerlo. Ésta nos distrae y produce una sensación de bienestar a corto plazo. Después de un rato se va su efecto y volvemos a sentirnos como antes.

DIFÍCIL PERO NO IMPOSIBLE DE SUPERAR

Aquellos que sufren de ansiedad o depresión son más vulnerables a desarrollar un comportamiento adictivo, coinciden varios expertos.

La ciencia comienza a admitir que algunos alimentos son más adictivos que otros porque producen más dopamina y serotonina, sustancias químicas del cerebro que causan placer.

Ciertos alimentos como los dulces tienen un efecto antidepresivo que genera tolerancia, es decir, cada vez se necesita consumir más para obtener la misma sensación de bienestar.

“Cuando alguien no puede darse cuenta qué es lo que le provoca la ansiedad, es posible que coma exageradamente y sin medida. Si puede reconocer cuál es la causa de su ansiedad, posiblemente no le dé tantas ganas de comer. Por ejemplo, si está ansioso porque va a pedir empleo, fácilmente puede entender la causa de su ansiedad y posiblemente no necesite comer”, dice Emma Farías, con práctica en el condado de Orange.

Por su parte, el doctor Romano confiesa que a él la comida le encanta, pero con los años ha aprendido a conocerse y auto-controlarse. “He aprendido a reconocer las necesidades de mi cuerpo… Todo cambio es posible, sólo uno debe tener la intención apasionada de hacerlo”.

La psicóloga Emma Farías, con práctica en el condado de Orange, recomienda que hay que tener el deseo auténtico de querer cambiar. “Tenemos que darnos cuenta de la necesidad de lograr cambios profundos en la forma en que manejamos la ansiedad, sin comida”.

Asimismo sostiene que toda la familia debe apoyar al adicto a la comida asegurando un ambiente sin tentaciones de alimentos muy sabrosos como quizás postres, pizas, etc.

“Cuando sienta muchos deseos de comer, pregúntese: ¿De verdad tengo hambre? Sea bien sincera/o en responder esta simple pregunta”, dice Farías, y añade que si no puede controlar la adicción a la comida, vaya a un profesional de la salud para recibir ayuda. VN

COMER CON SALUD

El doctor Juan Martín Romano, especialista en nutrición, recomienda lo siguiente:

• Establezca horarios regulares para las comidas principales y no saltearlas; (desayuno, almuerzo, merienda y cena)

• Elimine bebidas y jugos azucarados; sustitúyalos por agua.

• Consuma al menos dos platos de vegetales (crudos o cocidos) y tres frutas de distintos colores cada día.

• Ingiera tres veces al día productos lácteos descremados o semidescremados como leche, yogurt, etc.

• Elimine el arroz refinado y pan blanco; sustitúyalo por pan integral, arroz integral y pastas integrales.

• Coma pescado, al menos dos veces por semana, cocido, al horno, al vapor o a la plancha. Evite los fritos.

• Reemplace la carne roja y los embutidos. Consuma dos veces por semana legumbres como lentejas, garbanzos, frijoles y arvejas.

• Escoja alimentos con menor contenido de grasas saturadas y colesterol.

• Reduzca el consumo de azúcar y sal.

• Apague el televisor y la radio mientras come.

• Utilice platos más pequeños para servirse porciones moderadas.

• Mastique bien y coma lentamente para saborear los alimentos. (Algunos especialistas dicen que hay que masticar alrededor de 20 veces cada bocado).

¿ES USTED UN COMEDOR COMPULSIVO?

Comedores Compulsivos Anónimos/CCA (Overeaters Anonymous/OA) es un grupo de individuos que a través de compartir experiencias, apoyo y motivación, están recuperándose de comer compulsivamente. Sólo aceptan donaciones, y el propósito primordial es dejar de comer compulsivamente y llevar este mensaje de recuperación a aquellos que sufren por esto.

• SÍNTOMAS

De acuerdo con CCA, alguien que tiene adicción a la comida presenta al menos tres de estos comportamientos: come en exceso, incluso sin hambre; aguarda con anticipación y placer el momento de comer y prefiere hacerlo cuando está solo o sola; come poco enfrente a otros pero compensa con cantidades extras cuando nadie le observa; tiene sentimientos de culpa y remordimiento después de comer compulsivamente; dedica demasiado tiempo y energía mental a la comida; planea comilonas con tiempo de anticipación y en secreto; se molesta cuando otros le dicen que deje de comer; siente antojos de comer a ciertas horas, día o noche, aparte de sus comidas regulares; su comportamiento le causa preocupación a sus seres queridos.

• MÁS INFORMACIÓN

‘Los Angeles Intergroup of Overeaters Anonymous’: 6404 Wilshire Blvd. Suite 710 – Los Ángeles, CA 90048. Se realizan reuniones confidenciales y de apoyo en varias ciudades.
Algunos de los teléfonos: (323) 653-7652; (323) 653-7436 ó (323) 653-7499.

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