ACTIVISTAS Y ESTUDIANTES ABOGAN EN WASHINGTON POR REFORMA MIGRATORIA AMPLIA

Unas 500 personas entre activistas, líderes religiosos y estudiantes iniciaron en Washington una labor de cabildeo para que el Congreso tome en cuenta sus recomendaciones para la creación de un sistema migratorio justo.

Los activistas, procedentes de 23 estados y miembros de la coalición Movimiento por una Reforma Migratoria Justa (FIRM), entre otras agrupaciones, visitaron las oficinas de los legisladores para insistir en la “urgente necesidad de una reforma migratoria justa”.

“Nuestras comunidades han desarrollado recomendaciones razonables, concretas y con oportunidades para el crecimiento y el desarrollo de la comunidad inmigrante”, dijo Fernando García, miembro de la Red de Acción Fronteriza de El Paso, Texas.

Según García, las recomendaciones están basadas en principios fundamentales como el acceso a la residencia permanente para los indocumentados que viven en el país, la aceleración de los trámites migratorios y visas para las futuras generaciones de trabajadores.

Los activistas insistieron en que la reforma migratoria que apruebe el Congreso de EEUU debe contener las pautas necesarias para corregir el funcionamiento administrativo del Servicio de Inmigración (USCIS) y disminuir los tiempos de espera que actualmente mantienen a las familias separadas por años.

“¿Qué clase de sociedad le exige a una familia esperar 15 años para reunificarse?”, se preguntó Oscar Chacón, miembro de la Alianza Nacional de Comunidades Caribeñas y Latinoamericanas (NALACC) en Chicago.

“Las comunidades de las fronteras también cuentan en este debate”, afirmó Jennifer Allen, activista de la Red de Acción Fronteriza de Arizona, al referirse a la violación de derechos humanos que, dijo, es parte de la vida cotidiana de la frontera.

Allí, aseguró, no solamente se vive el drama humano de la inmigración, sino que se sufre la presencia del crimen trasnacional y el tráfico de personas.

De acuerdo con la Red, prevenir la violación de los derechos humanos a lo largo de la frontera debe ser una de las prioridades de la reforma migratoria, en la que debe considerarse, que “los derechos básicos deben garantizarse a todas las personas, independientemente de su raza o estatus legal”.

En los pasillos del Congreso sobresalieron los jóvenes que vinieron a exigir la aprobación de la ley DREAM, que permitiría a estudiantes indocumentados pagar su educación.

“Yo he estudiado toda mi vida, he sacado buenas notas para sobresalir en la vida. Nuestro único delito ha sido venir aquí a los Estados Unidos”, afirmó Berenice, una joven de origen mexicano que llegó a Los Ángeles hace más de 13 años y que a sus 15 quiere ser abogada.

“Pisotean nuestros derechos porque no podemos hacer nada, porque la ley no nos protege a nosotros”, agregó.

Zelene Pineda, estudiante y activista de la Red por la Defensa de los Derechos Humanos en la Frontera, vino desde Texas para decir que los jóvenes como ella “tienen sueños enormes”.

“Queremos hacer mucho por este país y por nuestra gente, pero se nos hace casi imposible porque no tenemos papeles, aunque hemos estado aquí en este país la mayor parte de nuestras vidas”, dijo Zelene, quien lamentó que miles como ella, que cumplen los requisitos académicos necesarios para ingresar a la universidad, ven frustradas sus aspiraciones debido a su estatus migratorio.

Los activistas exigieron la suspensión inmediata de las deportaciones y aseguraron que continuarán buscando la aprobación de una moratoria que detenga las redadas hasta que sea aprobada una reforma migratoria amplia. VN

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