ACTIVISTAS INSISTEN EN NECESIDAD DE APROBAR UNA REFORMA MIGRATORIA INTEGRAL

Representantes de más de 200 organizaciones pro inmigrantes anunciaron hoy que en los próximos meses pondrán en marcha una amplia estrategia para presionar al Congreso a que apruebe una reforma migratoria integral.

Activistas del Movimiento por una Reforma Migratoria Justa (FIRM, en inglés), se congregaron en Washington para celebrar la primera Junta Nacional Migratoria del 2007, con el fin discutir las cuatro acciones estratégicas en los próximos meses.

La primera de ellas incluye “educar” a los miembros del Congreso de EEUU sobre la complejidad del tema de la reforma migratoria, y la necesidad de aprobar ese proyecto lo más pronto posible.

“No queremos una reforma por etapas, queremos un programa de legalización inclusiva que proteja a los trabajadores”, afirmó Ali Noorani, director ejecutivo de la Coalición por los Inmigrantes y los Refugiados, de Massachusetts.

Noorani explicó que el acercamiento con los congresistas que empezó hoy en Washington, continuará en todos los estados.

La coalición tiene previsto regresar a la capital del país en marzo y abril próximos para continuar la campaña de presión en ambas cámaras del Congreso.

En abril, el grupo realizará una serie de eventos que contarán con la participación de diferentes comunidades religiosas.

Los activistas se reunieron hoy con el líder de la mayoría demócrata del Senado, Harry Reid, a quien expresaron su deseo de que el texto final de cualquier reforma migratoria incluya un camino a la legalización de los inmigrantes indocumentados y permita la reunificación familiar.

Se calcula que hay alrededor de doce millones de inmigrantes clandestinos en Estados Unidos, y qué hacer con ellos ha creado una pugna partidista en el Congreso.

“Nuestra estrategia legislativa es asegurar que ese proyecto (de reforma) sea uno que beneficie a nuestras comunidades”, afirmó Angélica Salas, de la Coalición por los Derechos Humanos de los Inmigrantes, de Los Ángeles (California).

Salas explicó que parte de la campaña de presión estará dirigida particularmente a algunos congresistas de corte conservador, de ambos partidos políticos, a quienes “hay que convencer”.

Los grupos defensores de los inmigrantes denunciaron la continuación de las redadas que las autoridades federales han realizado en todo el país.

“Están gastando recursos innecesariamente y destrozando familias…lo que están haciendo es un teatro donde destrozan familias y no solucionan nada”, enfatizó Salas.

Los activistas no indicaron si, al igual que el año pasado, organizarán marchas nacionales, pero se mostraron confiados en que el presidente George W. Bush mantendrá su compromiso con la reforma migratoria, tal como volvió a subrayar durante su discurso sobre el Estado de la Unión, el pasado 23 de enero.

Sin embargo, la inacción del Congreso en torno a la reforma podría suscitar medidas como la “desobediencia civil”, dijo Pablo Tapias, activista de FIRM.

En paralelo, los legisladores republicanos de Florida, Lincoln Díaz-Balart y Mario Díaz-Balart convocaron a una rueda de prensa en Miami, desde donde instaron al Congreso, ahora bajo dominio demócrata, a que someta a votación un proyecto de reforma.

Según los congresistas, es hora de que el nuevo liderazgo en el Congreso lleve a votación la reforma migratoria “o se calle” de una vez.

Pero fue un Congreso bajo control republicano el que, el año pasado, bloqueó la reforma migratoria solicitada por Bush, y aprobó, en vez, un proyecto de ley que autoriza la construcción de un muro en la frontera con México para combatir la inmigración ilegal. VN

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