NO HEMOS PERDIDO LA ESPERANZA   Por Monseñor EDWARD WILLIAM CLARK

NO HEMOS PERDIDO LA ESPERANZA Por Monseñor EDWARD WILLIAM CLARK

(fOTO: Monseñor Edward Clark durante la Misa anual del Día de Oración por la Curación del Cáncer, en la Catedral de Nuestra Señora de los Ángeles. / Victor alemán).

Por Monseñor EDWARD WILLIAM CLARK

Obispo Auxiliar de la Región de Nuestra Señora de los Ángeles

“Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú estás conmigo. Tu vara y tu cayado me dan seguridad”. Estamos caminando por cañadas oscuras. El mundo entero se ha convertido en una cañada oscura. Pero no hemos perdido la esperanza. Donde hay fe, hay esperanza.

En este tiempo de peligro a causa del coronavirus, tenemos fe en la capacidad de recuperación, de compasión y de cooperación del pueblo estadounidense.

Tenemos fe en la habilidad y dedicación de las investigaciones médicas, y en los médicos y enfermeras que nos atienden. Tenemos fe en aquellos líderes que se preocupan más por el bien común que por su propio bien personal. Y tenemos fe en que Dios camina con nosotros para proteger nuestras almas.

“No tengan miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma.

Teman, más bien, a quien puede arrojar al lugar de castigo el alma y el cuerpo”.

Tenemos los medios para conservar nuestra esperanza, medios físicos, sociales y espirituales. Seguir las instrucciones, mantener una distancia social, aislarse, lavarse las manos con frecuencia y desinfectar nuestro medio ambiente. Apoyarse y cuidarse unos a otros y preocuparse por el bienestar de los demás. Y orar. Orar para que conservemos viva nuestra esperanza. Orar para que nos preocupemos más por los demás que por nosotros mismos. Orar para que nos aferremos a Dios, porque nunca nos dejará solos; somos nosotros quienes nos desentendemos de Dios. Dios nunca nos abandonará; somos nosotros quienes abandonamos a Dios. Si nos sostenemos firmemente de la mano de Dios, no perderemos la esperanza. VN

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