LA SECRETARIA DE ESTADO, CONDOLEEZZA RICE INSTA A NUEVOS CIUDADANOS A ABRAZAR “IDEALES” DE EEUU

La secretaria de Estado, Condoleezza Rice, instó hoy a 50 inmigrantes a abrazar los “ideales” de los Estados Unidos en la primera ceremonia de naturalización celebrada en el Departamento de Estado en la historia del país.

Los protagonistas eran cincuenta inmigrantes nacidos en 23 países y que fueron admitidos como ciudadanos en un ritual repleto de referencias a la fundación de EEUU como un país de extranjeros.

“Salgo sin palabras”, dijo, emocionada, Martha Cecilia Miranda, una colombiana de 32 años, que recibió un certificado de naturalización de las manos de Emilio González, director del Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS, en inglés).

Miranda destacó la seguridad como una de las ventajas de vivir en EEUU.

“Aquí no me tengo que preocupar cuando salgo a la calle, como en Colombia”, dijo Miranda, quien es profesora de educación especial en Arlington (Virginia), y está casada con un estadounidense.

También estrechó la mano de González el salvadoreño Mario López, de 34 años, quien trabaja en demolición y vive en Leesburg (Virginia).

“Como residente, yo me sentía bien, pero ahora me siento mucho más seguro. Tengo la posibilidad de decidir mediante mi voto, lo que es muy importante”, señaló López, cuya madre ya había obtenido la ciudadanía estadounidense.

Para Miranda y López, existen incentivos prácticos muy importantes que les han convencido de recitar el juramento de alianza a Estados Unidos.

La colombiana quiere traer a sus padres al país. “Es muy duro vivir tan lejos de la familia”, dijo, mientras que López espera poder regularizar la situación legal de su esposa, cuyo visado está vencido.

Estas preocupaciones no salieron a relucir en la ceremonia, destinada a resaltar la identidad común de un país con una población muy heterogénea, donde el lugar de nacimiento, el color de la piel o la religión no definen lo que es ser estadounidense.

“Estados Unidos es un ejemplo resplandeciente de que las diferencias no tienen que ser una licencia para matar”, dijo Rice a los inmigrantes en la ceremonia.

“Las diferencias pueden ser una fuente de fuerza, porque saben que de ahora en adelante, no importa si son etíope-estadounidense o ruso-estadounidense o méxico-estadounidense o coreo-estadounidense, simplemente son estadounidenses”, señaló Rice.

La Secretaria de Estado los instó a abrazar los ideales de libertad y oportunidad.

Rice había pedido expresamente al Servicio de Ciudadanía que celebrase una ceremonia de naturalización en su Departamento, lo que ocurrió hoy por primera vez en la historia de EEUU, según explicó Dan Kane, portavoz del USCIS.

El marco fue la Sala Benjamin Franklin, en el piso octavo del Departamento de Estado, un espacio rodeado de medias columnas de escayola, en imitación de mármol rojo con vetas blancas.

El Gran Sello de Estados Unidos decora el techo, así como la alfombra inmensa, tejida especialmente para este salón.

Desde un cuadro del siglo XVIII de marco dorado sobre una chimenea, el propio Franklin, reconocido como el “padre de la diplomacia estadounidense”, parecía presidir la ceremonia.

La elección del lugar no fue casual. Desde 2003, el USCIS ha realizado ceremonias similares en monumentos y espacios emblemáticos del país.

“Queremos que haya una mayor conciencia de lo que significa la ciudadanía, no sólo entre las personas que se convierten en ciudadanos, sino también entre los estadounidenses nacidos aquí”, dijo Kane.

Así, el USCIS ha invitado a pequeños grupos de los 700.000 inmigrantes que el año pasado se convirtieron en ciudadanos a participar en ceremonias en lugares como la Estatua de la Libertad, la cubierta del portaaviones USS George Washington o el Parque Nacional de Yellowstone.

El 13 de junio tomará el juramento a 200 soldados extranjeros en Fort Myer, una instalación del Ejército de EEUU adyacente al Cementerio de Arlington (Virginia). VN

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