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LA FOTOGRAFÍA Y LA PASTORAL SE COMBINAN EN LA VIDA DEL PADRE MANUEL ANTONIO DÍAZ

El ejemplo de una familia amiga llevó al párroco de la Misión San Gabriel a vivir su fe y encarrilarse al sacerdocio

Por JUAN JOSÉ GARCÍA, PH.D.

Hablar con el padre Manuel Antonio Díaz, “Tony” para los amigos, es como dar la vuelta al mundo en una hora.

Nació en El Rosario, pequeña población de Sinaloa, México, y actualmente es párroco de la Misión San Gabriel de California, adonde llegó después de pasar años en Corea del Sur y desempeñar diversos ministerios en otros lugares.

“Mis padres fueron Aurelio Díaz, que en paz descanse, y mi madre, Dolores Osuna. Tuvieron nueve hijos, cuatro mujeres y cinco hombres. Yo soy el quinto. Por la gracia de Dios todos estamos vivos, aunque regados por todas partes: desde California hasta Texas y Veracruz, México”.

Hizo la primaria en Agua Verde, cerca de El Rosario y la siguió en Mazatlán.

Para el sexto grado “vine de vacaciones con mi mamá a California y aquí me quedé, pero el movimiento fue frecuente, pues vivimos en Huntington Park, Los Ángeles, South Gate, South Los Ángeles y vuelta a Huntington Park”, en cuya escuela secundaria terminó los estudios preuniversitarios.

Hasta su ingreso en la congregación de los Misioneros Hijos del Corazón de María (conocidos popularmente como Padres Claretianos), el padre Tony no estudió en escuelas católicas. “Mi familia -cuenta a VIDA NUEVA- no era muy religiosa y fue una gran sorpresa para ellos cuando les dije que quería unirme a los claretianos”.

“En el pueblo -sigue contando- hubo gente que se extrañó porque mis padres eran muy conocidos y mi madre tenía fama de mal hablada. No entendían cómo podía tener un hijo cura”.

Segunda familia y vocación

Si bien su contacto con la religión venía siendo deficiente, aquí encontró en “la familia Vergara un ejemplo de cómo se vive la religión”. Los padres -Guillermo y Lourdes, y sus hijos Araceli, Lourdes, Guillermo y Rocío- lo tomaron como uno más de la familia y su ejemplo fue una semilla que luego se convertiría en vocación a la vida religiosa. Era mi segunda familia”.

Sobre todo por el contacto con el pequeño Guillermo y por acompañarlos a misa, la religión fue entrando poco a poco en su corazón, afirma el hoy sacerdote.

“Cuando tenía unos 15 años -dice- ya tenía claro que el matrimonio no era para mí. Quizá por los malos ejemplos de matrimonio que tenía alrededor, incluso en mi propia familia, sabía que el matrimonio no era para mí. Pero si eso no es para mí, Señor Dios, ¿qué tienes para mí?”.

Comenzó a “buscar otras opciones” y se integró en un grupo juvenil en la Parroquia de San Emidio de Lynwood.

“Allí conocí al padre Javier Álvarez, quien quería fundar una nueva congregación para servir a los hispanos. Entonces empecé a pensar en la vida misionera. Era una opinión romántica de la vida misionera con el padre Javier, pero mi familia, especialmente mi madre, se opuso y por eso no fui con el P. Javier”.

Siguió en el grupo juvenil de San Emidio y allí conoció el Instituto de Cultura Mexicana -posteriormente denominada Hispanoamericana- que el padre claretiano Juan María Corominas (Q.E.P.D.) había fundado en Rancho Domínguez y reclutaba a los estudiantes a través de las parroquias que visitaba los fines de semana. En ellas trataba de despertar en los oyentes las ansias de estudiar y proclamaba que los hispanos “no sólo deben llenar las Iglesias, sino también los salones de clase”. Varios miembros del grupo juvenil siguieron sus cursos.

El padre Corominas le brindó su amistad y se convirtió en su director espiritual. “Al año de estar en el instituto, comenzamos a hablar de vocación y más tarde me preguntó directamente si no consideraría abrazar la vida religiosa. Lo demás es historia”, dice. Mientras tanto, Tony trabajaba como ingeniero electrónico en una pequeña compañía que producía equipos de terapia física.

Lo dejó todo y entró en la casa de formación que los Padres Claretianos tienen en Berkeley, California, y estudió Filosofía en la que es hoy Universidad de Oakland. Estudió Teología en la facultad teológica que los Padres Jesuitas tienen en Berkeley.

Ordenación y destinos

El 21 de julio de 1995 fue ordenado sacerdote y recibió su primer destino: Seúl, capital de Corea del Sur. Lo primero fue aprender la lengua, mientras ayudaba en varias parroquias. Al cabo de dos años lo nombraron capellán de un hospital católico donde pasó otros tres.

En el año 2000 lo trasladan de Corea a Texas, a Fresno, California, y otros 13 años en la zona de Los Ángeles, incluidos tres en la Misión San Gabriel, fue Capellán en el Hospital General del Condado de Los Ángeles y actualmente lleva siete años en la misión fundada por San Junípero Serra en 1771, y de donde partieron los 44 primeros pobladores de Nuestra Señora de Los Ángeles y Río Porciúncula en 1781. Por este motivo, uno de los títulos de la Misión San Gabriel es el de Madre de la Iglesia de California. Junto a la de San Carlos Borromeo en Carmel, California, es una de las dos misiones donde vivió el misionero franciscano mallorquín recientemente canonizado. Los Padres Claretianos han regido y hecho florecer la misión desde 1904. El padre Tony es su párroco desde hace un año.

De esta forma, el padre Tony ha hecho honor al carisma de la congregación fundada por San Antonio María Claret en Vic, Barcelona, en 1849, para anunciar la Palabra por todas partes con un “ministerio itinerante”. Se dio la circunstancia de que, a los veinte días de fundar la congregación, el padre Claret fue nombrado arzobispo de Santiago de Cuba.

Ministerio de las artes

Al anuncio de la Palabra, el padre Tony ha agregado un ministerio especial: dar a conocer la vida del colibrí, el ave que condujo a los aztecas desde Aztlán hasta Tenochtitlán hace muchos siglos.

Con su máquina fotográfica ha logrado en seis años seguir la vida de esas minúsculas aves que pueblan los árboles de alrededor de la misión, sobre todo en el cementerio antiguo, que acoge los restos de todos los claretianos fallecidos en California y Arizona. En esos árboles construyen sus diminutos nidos donde ponen los casi invisibles huevos y alimentan a sus crías entre febrero y mayo y llaman la atención de los espectadores maravillados por los excelsos colores y movimientos casi imperceptibles cuando recogen el néctar de las flores.

Los domingos, cuenta el padre, se celebran en la misión 11 misas en diversas lenguas: español, inglés, vietnamita, tagalo e italiano, respondiendo a la composición multirracial y multicultural de la comunidad. Algunas son multilingües.

Todos los servicios, por ejemplo bautismos, confesiones, etc. se desempeñan en la lengua de los feligreses.

La fotografía es belleza, igual que la vida pastoral, la cual no le permite aburrirse porque “constantemente presenta sorpresas y problemas distintos que afrontar. En especial, me llenan completamente la misa y el sacramento de la confesión. En este sacramento es donde se palpa más claramente la gracia de Dios que abraza y acompaña al hermano que llegó herido”, reflexiona. VN

Preguntitas

  • ¿QUÉ CONSEJO DARÍA A UN JOVEN QUE SE LE ACERCARA PARA HABLAR DE UNA POSIBLE VOCACIÓN RELIGIOSA?- “Si tiene más de 18 años de edad, le aconsejaría que esté en contacto con la gente. La vocación es contacto porque el sacerdocio es contacto. Por ello le diría que participe en algún ministerio parroquial, como la catequesis. Que se involucre en algún ministerio. Además, que se acerquen a alguien, a un director espiritual que le ayude a discernir la vocación”.

Aquí recuerda su relación con el difunto padre Corominas, quien contribuyó grandemente a afianzar su propia vocación a la vida religiosa-sacerdotal.

  • ¿QUÉ LE GUSTA HACER EN SU TIEMPO LIBRE?- “Como recreación, me gusta mucho el ciclismo y en bicicleta recorro todo el barrio y hasta la playa de Los Ángeles. A la bici se suma el motociclismo y en moto recorro largas distancias”.
  • ¿QUÉ LE GUSTA COMER?- “Dios me ha dado un buen estómago. Como de todo y todo me cae bien. Me gusta la comida coreana por mi estancia en Seúl, dieta muy saludable; la mexicana, por nacer con el paladar mexicano; la italiana, la japonesa -sobre todo el sushi”.
  • ¿QUÉ TIPO DE LECTURA LE GUSTA?- “Leo novelas históricas y temas filosóficos. Lo que más me atrae es la mística cristiana como San Juan de la Cruz, y la budista por el alma que trasluce. En realidad, la mística es la teología aplicada.
  • ¿QUÉ PAÍSES HA VISITADO?- “He viajado por España, Italia, Corea del Sur y me gustaría recorrer la India entera por su trasfondo místico”.

MÁS INFORMACIÓN

Padre Manuel Antonio ‘Tony’ Díaz

San Gabriel Mission Church

428 S. Mission Drive

San Gabriel, California 91776

(626) 457-3035

Para el padre ‘Tony’ Díaz, la vida pastoral constantemente presenta sorpresas y problemas distintos que afrontar. Y esto es lo que la hace tan enriquecedora. Foto de Victor Alemán

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