EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN, CAPÍTULO 12, VERSÍCULOS DEL 31 AL 36

31. Ahora es el juicio de este mundo, ahora el príncipe de este mundo será expulsado.

32. Y Yo, una vez levantado de la tierra, lo atraeré todo hacia Mí”.

33. Decía esto para indicar de cuál muerte había de morir.

34. El pueblo le replicó: “Nosotros sabemos por la Ley que el Mesías morará entre nosotros para siempre; entonces, ¿cómo puedes Tú decir que es necesario que el Hijo del hombre sea levantado? ¿Quién es este Hijo del hombre?”

35. Jesús les dijo: “Poco tiempo está aún la luz entre vosotros; mientras tenéis la luz, caminad, no sea que las tinieblas os sorprendan; el que camina en tinieblas, no sabe adónde va.

36. Mientras tenéis la luz, creed en la luz, para volveros hijos de la luz”. Después de haber dicho esto, Jesús se alejó y se ocultó de ellos.

Comentario

31. Satanás y sus satélites serán echados fuera de las almas por la regeneración que obrará en ellas el Bautismo (Ef. 4, 8; Denz. 140). Véase, empero, 14, 30 y nota.

32. Lo atraeré todo hacia Mí: esto es, consumada mi redención, Yo quedaré como el centro al cual convergen todos los misterios de ambos Testamentos. Otros leen: atraeré a todos y lo interpretan del llamado que se extiende a toda la gentilidad. En Ef. 1, 10 (cf. nota), hay una base de interpretación aun más amplia de este anuncio del Señor.

34. Aluden a las profecías sobre el Mesías Rey de Israel. Cf. Is. 49, 8; Ez. 37, 25.

35. s. Mientras: en griego “hos” (cf. Luc. 3, 23 y nota). Jesús es la luz (9, 5) y los invita a obrar mientras Él está con ellos, pues Él los guardará como dice en 17, 12. No os sorprendan: sobre este sentido, véase Mat. 24, 24; II Tes. 2, 10.

36. Creer a la Palabra de Jesús es la condición que Él mismo nos pone para hacernos hijos de Dios. Cf. 1, 12. VN

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