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Encerrar a niños en la cárcel “por el resto de sus vidas” viola los derechos humanos.-<!--:-->

CASTIGO DESMESURADO.- Encerrar a niños en la cárcel “por el resto de sus vidas” viola los derechos humanos.-

Tal vez parezca mentira -para quienes están acostumbrados a que sea Estados Unidos el que se indigne y acuse de ‘bárbaros’ a otros pueblos-, el más reciente hallazgo de los grupos Amnistía Internacional y Vigilancia de los Derechos Humanos (Human Rights Watch).

Es una denuncia grave, basada en hechos y cifras estadísticas. Se refiere al mayor castigo que un adulto puede propinar a un niño, al trato que recibe la infancia en este país.

Según revela el informe, Estados Unidos es uno de los pocos países en el mundo que condena a niños y niñas a cadena perpetua sin derecho a libertad condicional.

Aunque estamos hablando obviamente de menores que han cometido algún tipo de crimen, es importante recordar que en todo el planeta, solamente Somalia y Estados Unidos le aplican este castigo tan desmesurado a los menores de edad. Ambas naciones se han negado a firmar “La Convención de los Derechos del Niño”, ratificada por todos los demás países del mundo, que prohíbe esta práctica bárbara, y al menos 132 países han rechazado el uso de esta sentencia totalmente.

A continuación, VIDA NUEVA detalla los puntos principales de este estudio, que se titula apropiadamente “El Resto De Sus Vidas”.

Los números hablan por sí mismos: hoy día se encuentran encerrados al menos 2225 niños y niñas en las prisiones de los Estados Unidos cumpliendo cadenas perpetuas por crímenes cometidos antes de haber alcanzado la edad de 18 años, y sin posibilidad de obtener libertad condicional (en comparación, en el resto del planeta sólo existen 12 niños cumpliendo sentencias similares)

El 16 por ciento de estos prisioneros estadounidenses tenía entre 13 y 15 años al momento de cometer los crímenes. Más de la mitad de estos niños (el 59 por ciento) fueron sentenciados a cadena perpetua sin libertad condicional la PRIMERA VEZ que cometieron un delito.

MENOS CRÍMENES PERO MÁS CONDENAS

La verdad que revelan los números presentados por Amnistía Internacional y Human Rights Watch, es paradójica: mientras menos jóvenes están cometiendo crímenes graves como homicidios, los estados están aumentando las sentencias a cadena perpetua sin derecho a libertad condicional.

En 1990, 2234 niños y niñas fueron procesados en Estados Unidos por asesinato y un 2.9 por ciento a cadena perpetua sin derecho a libertad condicional.

En el 2000, esos procesos por asesinato se redujeron más de la mitad, a 1006, mientras que el porcentaje de niños y niñas que recibieron condenas de cadena perpetuas sin libertad condicional aumentó al 9 por ciento.

Ante estas cifras, el Dr. William F. Schulz, Director Ejecutivo de Amnistía Internacional en EEUU, pidió que cambiaran las leyes que deben hacer cumplir hoy día los jueces. “Denles opciones distintas a convertir a las cortes en una cadena de montajes que conduce a un juzgamiento obligatorio de la mayoría de niños y niñas a cadenas perpetuas sin derecho a libertad condicional. Ello ignora su enorme potencial de cambio y les roba todas las esperanzas de redención.”

¿CÓMPLICES O ASESINOS?

De acuerdo con el informe, un 93 por ciento de los infractores juveniles que cumplen cadenas perpetuas fue condenado por homicidio.

Sin embargo, Amnistía Internacional y Human Rights Watch encontraron que alrededor de 26 por ciento fue condenado por lo que se llama en inglés felony murder. Esto significa que cualquier persona involucrada en la comisión de un delito grave durante el cual alguien es asesinado, es también culpable de homicidio, incluso si no causó personal o directamente la muerte.

El informe cita el ejemplo de Peter A., de 15 años de edad, quien fue sentenciado a cadena perpetua sin derecho a libertad condicional por felony murder. El joven, quien acompañó a su hermano mayor y a otros dos a cometer un robo, se encontraba esperando afuera en una camioneta cuando uno de los atracantes asesinó a dos víctimas.

Peter no se encontraba presente en la escena del crimen ni le disparó a nadie. Sin embargo, fue declarado culpable de doble homicidio por haber robado la camioneta usada para ir a la casa de las víctimas.

ESTADOS ALTERADOS

Cuarenta y dos estados actualmente tienen leyes que permiten que niños y niñas reciban como sanción la cadena perpetua sin derecho a libertad condicional.

En 26 estados, la cadena perpetua sin derecho a libertad condicional es obligatoria para todo aquél que es encontrado culpable de homicidio en primer grado, sin importar la edad del acusado.

Diez estados no tienen límites respecto a una edad mínima requerida para sentenciar niños y niñas a cadena perpetua sin libertad condicional, y hay al menos tres niños y niñas cumpliendo actualmente tal sentencia, por crímenes que cometieron cuando tenían 13 años. Una vez condenados, estos niños y niñas son enviados a las prisiones para adultos y deben vivir en medio de pandillas de adultos, pervertidos sexuales y en severas condiciones.

Las organizaciones de derechos humanos señalan que han sido los infundados temores sobre la existencia de jóvenes “súper depredadores” –o sea jóvenes que ya cuentan con largo prontuario criminal – los que impulsaron a los estados a juzgar a los niños y niñas como adultos.

De acuerdo con Amnistía Internacional y Human Rights Watch, no hay correlación alguna entre el uso de la cadena perpetua sin libertad condicional y la tasa de criminalidad juvenil. No hay evidencia de que desaliente la criminalidad juvenil o sirva de otra manera para reducir dichas tasas de criminalidad.

Por ejemplo, Georgia raramente sentencia a niños y niñas a cadena perpetua sin derecho a libertad condicional pero tiene tasas de criminalidad juvenil más bajas que las de Missouri, estado que impone tal sentencia con mucha más frecuencia.

¿IGUALES ANTE LA LEY?

Según demuestra el informe, a escala nacional los jóvenes africano-americanos reciben cadena perpetua a una tasa 10 veces más grande que la que corresponde a los jóvenes blancos (6.6 versus 0.6).

En California, los jóvenes africano-americanos tienen al menos un 22.5 más de posibilidades que un joven blanco de recibir una condena de la cadena perpetua sin libertad condicional.

En Pennsylvania, los jóvenes hispanos tienen diez veces más posibilidades que un joven blanco de recibir la mencionada sentencia que un joven de raza blanca (13.2 versus 1.3).

El estudio publicado por Human Rights Watch y Amnistía Internacional rechaza la idea de que los delincuentes juveniles no pueden ser rehabilitados (lo cual está implícito en la sentencia de por vida que han recibido).

“Los niños y niñas que han cometido graves crímenes aún tienen la capacidad de cambiar sus vidas para mejor”, dijo el abogado David Berger, asesor e investigador para Amnistía Internacional en este informe. “Ya es tiempo que los oficiales estatales y federales tomen pasos positivos, dictando políticas públicas que permitan rehabilitar a los niños y niñas, en vez de enviarlos a prisión por el resto de sus vidas”.

En conclusión, las organizaciones solicitaron al gobierno de Estados Unidos que elimine la práctica de aplicar condenas de cadena perpetua sin la posibilidad de libertad condicional a niños y niñas.

Para aquellos que se encuentran cumpliendo dichas condenas, deberían realizarse esfuerzos inmediatos para garantizarles el acceso a un procedimiento de libertad condicional.

¿Usted, lector, qué piensa?

Un menor de edad que cometió un crimen grave, ¿puede llegar a rehabilitarse al madurar como adulto? ¿O ya probó que es incorregible y se le debe mantener encerrado hasta que muera?

Alison Parker, una de las autoras del estudio, opina lo siguiente al respecto: “Los niños y niñas que cometen graves crímenes no deberían salir impunes. Pero si son muy jóvenes para votar o comprar cigarrillos, son también muy jóvenes para pasar el resto de sus vidas tras las rejas”. VN

UN ESTUDIO CONCIENZUDO

El reporte de 157 páginas titulado El resto de sus vidas: Cadena perpetua sin derecho a libertad condicional para delincuentes juveniles en los Estados Unidos, es el primer estudio nacional en examinar esta práctica de juzgar a niños y niñas como si fueran adultos y de sentenciarlos a cadena perpetua sin la posibilidad de acceder a la libertad provisional.

El reporte se basa en dos años de investigación y en un análisis previo de datos federales y estatales que no habían sido compilados hasta ahora. La información permitió a las organizaciones rastrear la tendencia nacional y estatal en la imposición cadenas perpetuas sin derecho a libertad condicional dictadas durante la mitad de 2004, permitiendo también analizar la carrera, historia y crímenes de estos infractores juveniles.

PARA MÁS INFORMACIÓN

Las estadísticas estatales se encuentran en internet en el sitio “State-by-State Summary”:

http://hrw.org/us/us100605.pdf

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