‘YO SERÍA ALGUIEN DIFERENTE EN ESTE MOMENTO’

‘YO SERÍA ALGUIEN DIFERENTE EN ESTE MOMENTO’

De qué manera ‘Alexandria House’ se convirtió en un hogar para Angie Flores

Por R.W. DELLINGER

(‘…crecer en Alexandria House fue lo que me ayudó de niña a empezar a sanar’- Angie Flores / Foto de R.W. DELLINGER).

Sobreponiéndose a los abusos que sufrió de niña en manos de su padre cuando vivía en el Sur de Los Ángeles, Angie Flores logró ingresar a la Universidad de Iowa y ser actualmente profesora de arte en West Hollywood. En su camino apareció “Alexandria House”, un lugar que cambió para bien las vidas de ella, de su madre y hermana -también abusadas por el mismo hombre. De esto Angie habló recientemente en “Women Speak 2017, en un almuerzo anual que Ebell Club realiza para apoyar el trabajo de Alexandria House. Éste es un hogar de transición para mujeres desamparadas y sus hijos -en Koreatown-, así como también es un sólido centro comunitario.

Si bien hubo otros oradores, el relato de Angie, de 23 años de edad, acaparó sobremanera la atención de los presentes.

Con mucha ayuda a lo largo de su camino, ella se salvó de un doloroso pasado.

UN LUGAR SEGURO POR PRIMERA VEZ

Sus primeros recuerdos se sitúan en South L.A. cuando fue abusada por su propio padre, quien previamente había también atacado a la mamá -de origen nicaragüense- y a su hermana mayor. En una víspera de Año Nuevo, cuando Angie sólo tenía 3 años y medio, su madre luchó contra el hombre para defenderla y él la golpeó brutalmente. “Yo vi como trataba de asfixiarla”, rememora Angie.

Afortunadamente su madre logró escapar con vida a un refugio de emergencia junto a sus hijos, y luego la remitieron a Alexandria House. Ahí fue donde Angie cumplió sus 4 años y se quedó hasta los siete. Por primera vez se sintió segura y vivió en un grupo donde se promueve el sentido de comunidad, en el cual todos se apoyan y entienden las diversas necesidades de sus miembros.

Con el tiempo la familia se mudó a una residencia cercana de la Comunidad del Inmaculado Corazón. Fue una época difícil porque vivían en un apartamento en el Distrito de Rampart, una zona en el condado angelino con alto índice de criminalidad. Pero más adelante su madre logró más estabilidad. La contrataron de administradora en un complejo de apartamentos de residencia permanente dirigido por Alexandria House. Fue ahí donde Angie vivió mientras cursaba la secundaria en Pacific Hills School en West Hollywood, para luego transferirse al Cornell College en Iowa. La primavera pasada se graduó con una licenciatura en arte y teatro, consiguiendo rápidamente un empleo como coordinadora y profesora de medio tiempo en su antigua secundaria.

Pudo asistir a Pacific Hills y también a una escuela primaria privada en gran parte gracias al apoyo de Bonnie Boswell. Esta figura de la televisión conoció a la familia de Angie mientras hacía un reportaje en Alexandria House para la estación NBC de L.A.

“Pacific Hills era donde yo necesitaba estar”, explica la joven. “Es una comunidad muy pequeña, como Alexandria House. Así que fue realmente mi oportunidad de crecer como ser humano cuando fui allí. Y eso me llevó a Cornell.

“Bonnie siempre me empujaba a seguir en la escuela. ¡Ir a la universidad! ‘Cualquier diploma que obtengas es un peldaño más alto. Simplemente hazlo y llegarás a otro nivel de tu carrera profesional’, me decía. Y eso es lo que he hecho”, agrega con una pequeña sonrisa, “trabajando en dos empleos; a veces tres trabajos mientras estaba en la universidad”.

AMOR Y COMPASIÓN

Angie Flores dice que le encantó enseñar el año pasado en Pacific Hills; “me preocupé por mis estudiantes y sus propias historias de vida”. Un sentimiento igual al que sintió de parte del personal y voluntarios de Alexandria House, en especial cuando participaba en sus programas, sobre todo en las clases de poesía, donde podía expresar todo aquello que no podía contarle a nadie.

“Cuando llegué por primera vez [a Alexandria House] era muy tímida y muy tranquila”, dice. “Y eso fue parte del trauma del abuso. Así que fue sólo el amor y la compasión que tuvieron lo que me ayudó a abrirme de nuevo”.

Sin embargo las cicatrices del abuso todavía permanecen profundamente en su ser. “Sí, tuve problemas para escribir el discurso que leí hoy, porque era complicado revivir esos momentos”, confiesa. “Pero es importante hablar de lo que me pasó a mí, a mi hermana y a mi madre. Fuimos víctimas de asalto sexual. Y cuando entré a la universidad, fui muy abierta sobre eso. Y creo que ayudó a otros a abrirse también.

“En la fraternidad donde terminé, alrededor del 80 por ciento de las muchachas fueron agredidas o sufrieron abuso doméstico y tuvieron traumas en sus vidas. Estábamos abiertas una con la otra, y abiertas a superar el dolor que todas pasamos”.

Después de un momento, señala: “Así que crecer en Alexandria House fue lo que me ayudó de niña a empezar a sanar. Ir a la universidad y compartir esa experiencia con otras mujeres, creo que fue la curación”.

Otra gran ayuda ha sido hablar sobre el abuso con su novio de la universidad, e incluso ahora viviendo con él en Chicago. El muchacho también sufrió en su infancia. Cuando sólo tenía 5 años fue testigo del suicidio de su padre. Hablar les ha ayudado a ambos a “no estar avergonzados” de lo que sucedió.

Sin embargo, Angie conoce a muchas mujeres que se sienten permanentemente dañadas por el abuso infantil. “Algo que he pensado mucho es en cómo yo hubiese terminado si las cosas hubieran ocurrido diferente. Si no hubiese vivido en Alexandria House o no hubiese ido a la universidad, yo sería alguien diferente en este momento.

“Y hablo de esto con mi mamá. Aunque pasamos por algo horrible, no haría las cosas de otra manera. Porque a veces esas luchas son lo que construye el carácter, construyen a la persona. Y construyen a alguien que va a enfrentar al mundo aún en las peores circunstancias. Así que estoy muy orgullosa de esa lucha”.

Fue “impresionante” para la joven tener la oportunidad de estar en Women Speak para conocer gente que ha apoyado a su familia durante todos estos años. Fue bueno decir “gracias”. Y la joven enfatiza: “Siempre he sentido que la fortuna me ha sonreído, porque he tenido la suerte de hacer conexiones realmente buenas; de tener gente que siempre quiere verme progresar y aún me empuja-aunque sea adulta, aunque esté lejos. Están animándome. Están de mi parte. Y eso es comunidad. Es comunidad”. VN

DE INTERÉS

• Para contactarse con Alexandria House, llame al (213) 381-2649; envíe un correo electrónico a info@alexandriahouse.org, o visite: www.alexandriahouse.org

• Para seguir cumpliendo su loable misión, Alexandria House aprecia donaciones de dinero, ropa en buen estado, utensilios para la casa; comida enlatada, y productos de tocador. Y trabajo voluntario.

• Línea gratuita para reportar abuso doméstico: 1(800) 540-4000.

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