VIUDAS DE CIUDADANOS ESTADOUNIDENSES DEMANDAN POR LEGALIZACIÓN

Cerca de dos docenas de mujeres que tramitaban su legalización como esposas de ciudadanos estadounidenses demandaron al Gobierno porque se les negó la residencia tras la muerte de sus esposos.

Ana Maria Moncayo-Gigax, una ecuatoriana de 35 años, esperaba su permiso residencia permanente cuando su esposo, un miembro la Patrulla Fronteriza, falleció en un accidente de tránsito.

Las autoridades de inmigración le negaron la residencia a Moncayo-Gigax, alegando que ya no estaba casada con un ciudadano estadounidense.

Moncayo-Gigax se casó en 1998, y al año siguiente su esposo, John Gigax, solicitó la residencia permanente para ella. Sin embargo antes que la petición fuera aprobada, Gigax falleció, estando en servicio. En 2004 su petición fue negada.

Al igual que ella, a otras dos demandantes que también procesaban sus permisos de residencia cuando enviudaron, les fueron negados sus permisos. Las tres forman parte de una demanda colectiva presentada ayer ante una corte federal de Los Angeles.

“Esto es, en el fondo, un tema moral”, afirmó Brent Renison, abogado de las demandantes, al anunciar la acción legal, argumentando que los inmigrantes no pueden ser relegados de su condición de esposas o esposos, solamente por la muerte del cónyuge.

Según el abogado, al menos 85 cónyuges, algunos de los cuales están en proceso para ser deportados, han sido afectados por esta interpretación legal.

De acuerdo con la ley, un ciudadano estadounidense puede solicitar la residencia permanente para su cónyuge pero si el ciudadano fallece antes de que las autoridades aprueben la petición, la aplicación pierde su validez, según explicó un vocero del Servicio de Inmigración y Ciudadanía. VN

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