UN AÑO COMO ARZOBISPO: “ESTOY MUY CONTENTO DE ESTAR AQUÍ.”

Por Monseñor JOSÉ H. GOMEZ Arzobispo de Los Ángeles

1 marzo 2012

Él pudo haber estado, admite con una sonrisa, “muerto de miedo”, cuando el Papa Benedicto XVI lo nombró como el quinto Arzobispo de Los Ángeles. Pero hoy –cerca de dos años después de que fue anunciado su nombramiento, y un año en el puesto- el Arzobispo José H. Gómez declara contento, “Estoy muy feliz de estar aquí.”

Originario de Monterrey, México, cumplió 60 años el pasado 16 de diciembre y ha pasado los últimos 21 meses (incluyendo nueve como arzobispo coadjutor), conociendo todo lo que la arquidiócesis tenía que ofrecer, tanto las alegrías (“mucha gente está entusiasmada de aprender acerca de la fe”), así como las frustraciones (“El tiempo que usted tiene que pasar manejando para llegar a lugares”).

Él está contento con todo lo que ha visto en la iglesia local –“Pienso que lo que está aquí y lo que había aquí antes de que yo llegara, es realmente bueno”- y si hay necesidad de cambio, será simplemente para fortalecer y mejorar lo que había cuando él sucedió al Cardenal Roger Mahony, va a hacer un año esta semana.

El 27 de febrero, el Arzobispo Gómez pasó tiempo con el Tidings discutiendo su primer año como Pastor jefe de la arquidiócesis más grande de la nación. (Nota: Este artículo toma el lugar de la columna semanal del Arzobispo Gómez, que volverá a publicarse la próxima semana).

P: DESPUÉS DE UN AÑO –ACTUALMENTE UN AÑO Y NUEVE MESES- ¿CÓMO LE HA IDO A USTED?

R: Estoy muy feliz de estar aquí en la Arquidiócesis de Los Ángeles. Esta ha sido una gran bendición para mí ser nombrado como Arzobispo por el Santo Padre. Yo entiendo, es una gran responsabilidad, pero ha sido maravilloso. Y mucha cosas maravillosas han sucedido en este primer año, muchas más de las que yo hubiera jamás imaginado.

Fue al comienzo de la Cuaresma cuando comencé, así que una de las primeras cosas fue el Rito de Elección, como lo tuvimos el domingo pasado, una hermosa ceremonia a la que vino mucha gente, una hermosa manifestación de fe. Y fue un signo para mí de lo activa que está la gente en las parroquias.

P: ¿QUÉ LE HA SORPRENDIDO A USTED, COMPARADO CON LAS EXPECTACIONES QUE USTED HABÍA TENIDO?

R: La primera cosa, es el número de gente (riéndose). Y justo después del Rito de Elección en Marzo pasado, fue el Congreso de Educación Religiosa, y ese fue otro abrir de ojos para mí, ver cómo la gente está entusiasmada sobre aprender acerca de la fe. Pienso que es lo más sorprendente para mí: cuán interesada está la gente en la vida de la Iglesia, esperando aprender más sobre la vida de la Iglesia –ver, por ejemplo, 16,000 jóvenes hombres y mujeres en el Día de la Juventud del Congreso. ¡Qué hermosa realidad!

Una de mis prioridades desde que llegué a Obispo, es ayudar a los católicos a conocer la fe católica mejor, y veo en la Arquidiócesis de Los Ángeles que los católicos están interesados más sobre la fe y no solamente en ir a la iglesia los domingos. Porque nuestra fe es mucho más que eso.

P: AL COMENZAR SU TIEMPO AQUÍ, USTED ENLISTÓ CINCO PRIORIDADES: EDUCACIÓN EN LA FE, PROMOCIÓN DE LAS VOCACIONES AL SACERDOCIO Y LA VIDA RELIGIOSA, PROCLAMACIÓN DE LA BELLEZA DE NUESTRA DIVERSIDAD CULTURAL, PROMOCIÓN DE LA SACRALIDAD DE LA VIDA Y DEFENSA DE LAS INSTITUCIONES DEL MATRIMONIO Y LA FAMILIA. ¿ESAS PRIORIDADES HAN CAMBIADO?

R: Yo creo que esas prioridades todavía son válidas, y pienso que son similares a las prioridades del Sínodo Arquidiocesano: la nueva evangelización apoyando la familia y lo demás. El año pasado tuvimos oportunidad de hablar sobre ellas en diferentes maneras. El Santo Padre está comenzando una nueva Oficina de Evangelización en el Vaticano, y ha proclamado este como “un año de fe”. Todo eso nos da oportunidad de dar más atención a esas prioridades para la gente de Los Ángeles.

P: ¿LA EDUCACIÓN EN LA FE SIEMPRE HA SIDO IMPORTANTE PARA USTED COMO SACERDOTE?

R: Sí, porque la mayor parte de mi ministerio ha sido con laicos. Así que he visto a través de los años de mi sacerdocio, qué hermoso es cuando la gente aprende sobre las enseñanzas de la Iglesia, ellos se entusiasman sobre lo que escuchan, porque es la verdad. Aprender lo que significa creer en Dios, les trae una sensación de haber completado algo. Ellos aprenden cómo conectar cada aspecto de la persona humana, especialmente en quién es Dios, la íntima relación que podemos tener con Él.

Así que cuando les damos a ellos esto -enseñarles cómo orar, cómo usar la Biblia, como disfrutar los sacramentos- ellos descubren que la fe no es sólo ir a la Iglesia el domingo: es una forma de vida. Y yo he visto en las familias jóvenes, en los hombres y las mujeres jóvenes discernir su vocación; en esposos y esposas- justamente una hermosa experiencia para mi como sacerdote.

P. MUCHOS QUE NO SON CATÓLICOS, Y ALGUNOS QUE LO SON, PIENSAN QUE ESTA FE SE TRATA DE SEGUIR UN MONTÓN DE REGLAS. ¿CÓMO PODEMOS ENFRENTAR ESE DESAFÍO?

R: Yo soy un sacerdote del Concilio Vaticano Segundo, y una de sus principales enseñanzas fue que cada persona individualmente es llamada a la santidad. Y por eso, usted necesita conocer su fe, saber cómo practicar y vivir su fe. Cuando usted dice, “Somos el Cuerpo de Cristo”, no son solamente los sacerdotes, también lo es usted. Este es un entendimiento diferente de quién o qué es la Iglesia.

Cuando yo estaba creciendo, muchos de nosotros pensábamos que los verdaderos católicos en la comunidad eran los sacerdotes y las monjas, y el resto de nosotros solo estábamos alrededor. Pero cuando decimos que cada uno de nosotros está llamado a la santidad, significa que cada uno de nosotros tiene la misma responsabilidad de cuidar de la Iglesia, y el mismo llamado para ser parte de la Iglesia.

Pero es verdad que uno de los desafíos más grandes que yo tengo, es hacer nuestra fe atractiva para la gente: ir desde “una serie de reglas” a una manera positiva de vivir mi vida. La gente piensa, “¿Cómo puedo mejorar mi vida? ¿Mejorar mis finanzas, mi educación, mis relaciones?” Bueno, lo que realmente eleva tu vida es tu espiritualidad, tu relación con Dios. Todo lo demás viene de eso.

P: LA GENTE QUE VIENE AL LIDERAZGO DE LA IGLESIA –EL PASTOR, EL OBISPO, EL DRE, EL DIRECTOR(A) DE LA ESCUELA- A MENUDO SE LES ACONSEJA QUE ESPEREN SEIS MESES O HASTA UN AÑO, ANTES DE HACER CAMBIOS. ¿CUÁL ES SU FILOSOFÍA SOBRE HACER CAMBIOS, ESPECIALMENTE DESPUÉS DE UN AÑO COMO ARZOBISPO? ¿HAY MUCHO AQUÍ QUE NECESITA SER CAMBIADO?

R: No. Ahí está el lado pastoral y el lado administrativo de la arquidiócesis, y yo pienso que lo que está aquí y lo que estaba aquí antes de que yo viniera, es realmente bueno. Obviamente, como pasa en la vida, necesitamos seguir creciendo, encontrando nuevas maneras para servir a la gente. Así, el cambio que podemos hacer es porque la gente se retira o hay una nueva manera de dirigir una preocupación específica.

Nosotros hicimos algo restructurando la oficina del Clero para fortalecerla, y a través de la arquidiócesis, precisamente queremos fortalecer lo que tenemos. En las escuelas católicas por ejemplo, queremos fortalecer nuestra tecnología. Lo mismo es verdad sobre la identidad católica de las escuelas, la formación de los sacerdotes en el seminario y todos nuestros ministerios. Yo quiero continuar el ministerio del cardenal Mahony y de los obispos auxiliares, pero busco mejorar lo que estamos haciendo.

También estoy activo en promover las vocaciones. Estoy muy contento con el seminario de San Juan y la formación que está teniendo lugar ahí. Estamos tratando de llegar a muchos más hombres jóvenes. Y ese es otro aspecto que esperamos fortalecer, para estar más presentes con los hombres y mujeres que están interesados en la vocación sacerdotal o religiosa o en la vida consagrada.

P: SOBRE LAS ESCUELAS: FILADELFIA ESTÁ CERRANDO O CONSOLIDANDO ALGUNAS ESCUELAS, TAL COMO LO HAN HECHO OTRAS DIÓCESIS EN AÑOS RECIENTES. ESO NO HA SUCEDIDO EN LOS ÁNGELES, PERO AHÍ HAY CIERTAMENTE DESAFÍOS. ¿CUÁLES SON SUS PLANES O SUGERENCIAS PARA MANTENER LO QUE TENEMOS, O AÚN INCREMENTARLO?

R: Mi esperanza es que podamos aumentar la presencia de las escuelas católicas en la arquidiócesis de Los Ángeles. Yo pienso que es importante tener una visión, que las escuelas católicas son importantes para la vida de la Iglesia y la vida de la sociedad, porque nosotros entrenamos jóvenes hombres y mujeres en los valores de nuestra fe, que son esenciales para el futuro de nuestro país.

Obviamente hay desafíos financieros y otros, pero nosotros siempre trataremos de encontrar maneras en la arquidiócesis para abrazar el concepto de ministerio de escuelas católicas, y para hacerlo más efectivo, asegurar que están ahí todos los elementos necesarios para incrementar este ministerio.

También es importante adoptar una actitud positiva, que si la arquidiócesis entera está comprometida con las escuelas católicas, nosotros tendremos éxito. Es importante para todos nosotros valorar las escuelas católicas para educar a nuestros niños, no solamente las parroquias que tienen escuelas, y no solamente las familias jóvenes que tienen niños.

P: LA VISITA AD LIMINA DE LOS OBISPOS DE LOS ÁNGELES A ROMA, VIENE PRONTO (ABRIL 16). ¿QUÉ EXPECTACIONES TIENE USTED DE ESA VISITA?

R: Queremos presentar al Santo Padre la realidad de la arquidiócesis de Los Ángeles para las oficinas de la Santa Sede. Yo espero que la Santa Sede se vuelva más consciente de lo activa, energética y vibrante que es la arquidiócesis de Los Ángeles. Esta será una gran oportunidad para nosotros de hablarle al Santo Padre de nuestra unión y fidelidad con él, y de escuchar lo que él tenga que decir.

P: ¿QUÉ NO HA HECHO USTED TODAVÍA, O QUÉ MÁS LE GUSTARÍA HACER COMO ARZOBISPO?

R: Jugar basquetbol (ríe). Este año me dio la oportunidad de visitar algunas parroquias a través de la confirmación y aniversarios parroquiales, y de darnos cuenta de diferentes ministerios. Mi esperanza es continuar haciendo eso y continuar estando más presente con la gente de la arquidiócesis. Es un desafío, porque mi calendario está bastante ocupado, pero en adelante buscaré estar más ahí fuera.

Para nosotros, como obispos, nuestro desafío es balancear nuestro ministerio pastoral y administrativo. Si fuera por mí, yo estaría en una parroquia cada fin de semana.

P: ¿HA HABIDO ALGUNOS DESACUERDOS O FRUSTRACIONES?

R: No, no realmente. Bueno, las autopistas (riendo). El tiempo que usted tiene que pasar manejando para llegar a lugares, es un desafío. En San Antonio, aunque es un territorio más grande, ir al lugar más lejano, toma dos horas y media. Aquí, algunas veces usted quiere ir a una milla de donde usted está, y toma mucho tiempo. Así que es diferente, y algunas veces frustrante.

P: ¿QUÉ OTRA COSA LE IMPRESIONA A USTED DE LOS ÁNGELES?

R: Otra maravillosa sorpresa para mí, ha sido la generosidad de la gente de la arquidiócesis, como su apoyo para Juntos en Misión (Together in Mission). Es increíble lo generosa que es la gente en esta arquidiócesis, para todo: ministerio, apoyo financiero para los pobres, estar activo en la vida pública.

Yo pienso en la Misa de Nuestra Señora de Guadalupe en diciembre pasado: Usted tenía 30,000 personas viniendo para eso. Esa es una inversión de parte de la gente que hace el tiempo para ir a la Misa el domingo, fuera de su parroquia. Esto me dice qué tan comprometida es la gente para la vida de la Iglesia; qué importante es su fe para ellos, para hacer el esfuerzo de estar con otros católicos.

P: USTED TERMINA TODAS SUS COLUMNAS EN EL TIDINGS PIDIENDO ORAR POR LA INTERCESIÓN DE NUESTRA SANTÍSIMA MADRE. ¿CUÁNTO TIEMPO LA DEVOCIÓN A ELLA HA SIDO PARTE DE SU VIDA?

R: Desde que puedo recordar (sonriendo). En mi juventud, mi parroquia era Nuestra Señora de Lourdes, y cuando fui a escuelas católicas, los Hermanos que eran los maestros, tenían una fuerte devoción a la Santísima Madre. Así que yo siempre la tuve.

Como adolescente, recuerdo rezar el rosario o pedir a nuestra Santísima Madre ayuda para un asunto determinado. En el Colegio, yo fui a la basílica de Nuestra Señora de Guadalupe en la ciudad de México muchas veces.

Y he tenido muchas oportunidades en mi sacerdocio de sentir la protección de María, en todas las situaciones desafiantes, como también en los tiempos de alegría. Así que yo siempre trato de terminar mis presentaciones con alguna mención a la Santísima Madre, porque pienso que su ejemplo y oración por su intercesión es esencial para vivir la vida cristiana.

También añadiría que estoy muy agradecido por las oraciones de nuestro Pueblo. Yo realmente siento el apoyo de la gente de la arquidiócesis de Los Ángeles. Yo me moría de miedo antes de venir, y ahora estoy muy contento de estar aquí.

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