CÓMO SUPERARSE CON UN PROGRAMA DE VERANO

fOTO: SUPERACIÓN- Daniel Drass, fundador y director ejecutivo de ‘Making the Right Connections’ (MTRC), junto a estudiantes y personal de este programa de verano.

Después de tres décadas, ‘Making the Right Connections’ sigue inspirando a los jóvenes a ser profesores

Por R.W. DELLINGER

“Estuve aquí cuando era niña, de kínder a octavo grado”, explicó Kenya Maravilla, de 19 años.

Ella y su amiga Olivia estaban sentadas en un banco de piedra frente al gimnasio de la Academia St. Mary en Inglewood. Algunos autobuses amarillos traían a estudiantes de cuatro Escuelas primarias católicas del centro de la ciudad. Corrieron al gimnasio mientras salía música de rock de las puertas abiertas. Pero las dos asistentes de maestro (TA) de Making the Right Connections (MTRC) -un programa de verano de prevención de pandillas-, les pidieron que prestaran atención.

“Fue muy divertido en la época de estudiante”, continuó Maravilla. “Hacer nuevos amigos de otras escuelas, y luego salir con ellos. Hubo un año en que mi madre no pudo pagarlo. Entonces estaba realmente dolida. Cursaba mi octavo grado. Pero mi tía terminó pagando. Ahora también espero ser ‘teacher aide’ (TA) cada año”.

Olivia Valdivia y su amiga fueron asistentes de maestro en MTRC durante cinco años. Les gustaba estar en el aula con un maestro experimentado, viendo cómo interactuaba con los jóvenes estudiantes.

“Entonces me hizo pensar en convertirme en maestra”, dijo la joven de 18 años. “Simplemente comenzó a crecer en mí el deseo de ser TA”.

En ese momento ninguna de las dos sabía que MTRC cumpliría 30 años este verano, o que un hombre llamado Daniel Drass fue el fundador de este programa de cinco semanas que mantiene a los niños alejados de la tentación de pandillas y drogas.

Además de aprender un poco sobre enseñanza, como la manera de controlar un aula de 30 estudiantes, ellas también disfrutaron de las pláticas de oradores que llegaron al programa y hablaron sobre reciclaje, historia y diseño gráfico; de la presentación de los bailarines aztecas, y de las excursiones.

“Oh, nuestros hijos vendrán aquí”, bromeó Olivia.

‘No se puede vencer’

 Daniel Drass es alto, tiene la cabeza rapada y una actitud avasallante. Le preguntamos lo obvio: “¿Cómo mantuvieron funcionando a MTRC durante tres décadas?”.

La pregunta hizo sonreír a este hombre de 62 años, luego se rió fuerte.

“Perseverancia”, respondió. “Mucho trabajo, energía y esfuerzo. Ningún programa o proyecto tiene una duración de 30 años sin, literalmente, miles de personas que lo impulsen, trabajen para ello, involucrándose todos. Y ése es el trato. No fue sólo Daniel Drass”.

Pero fue principalmente él, un maestro de educación especial para el Condado de San Bernardino que trabajaba los fines de semana, las tardes, las vacaciones escribiendo tediosas propuestas de subvenciones todos los años.

Su esfuerzo dio resultado. Durante más de 30 años, el programa recaudó más de $10 millones de colaboradores como la Fundación Ahmanson, la Fundación Carrie Estelle Doheny, la Fundación Daniel Murphy y muchas otras instituciones de caridad.

El dinero se destinó a pagar los salarios de los docentes y asistentes de maestro que no ofrecían su tiempo como voluntarios (este año, por primera vez, dos estudiantes de la Universidad de Stanford fueron asistentes de docentes voluntarios). También hubo gastos de excursiones, actividades educativas y artísticas, alquiler de autobuses, artículos para uso diario, y hasta almuerzos saludables.

El costo para un estudiante que ha estado en el programa por más de cinco años fue de $ 360. Si una familia no puede, simplemente se le exime la tarifa.

El programa de este año, con una semana adicional para la planificación y preparación del personal, se llevó a cabo en cuatro escuelas urbanas católicas: Nuestra Señora de Lourdes en East L.A., St. Albert the Great en Compton, St. Philip Neri en Lynwood y St. Vincent de Los Ángeles.

El personal incluye a cuatro coordinadores de planteles, 39 maestros, 22 asesores públicos pagados y 26 asesores voluntarios para cuidar e inspirar a 982 estudiantes. Durante más de 30 años, MTRC ha ayudado a más de 37 mil jóvenes a tener mejores veranos.

Y luego está lo que Drass llamó el “efecto dominó”, que lo tomó completamente desprevenido.

“Terminamos haciendo algo increíblemente positivo, ser las conexiones correctas para miles de niños del centro de la ciudad, pero también algo más”, señaló.

“Nuestros hijos fueron a la escuela secundaria, continuaron en la universidad y luego regresaron a MTRC como maestros y asistentes. Más de 200 han incursionado en la profesión docente, que representa aproximadamente el 12 por ciento del total de nuestros 1,800 asistentes de maestros. Y eso es realmente notable”.

Dónde empieza

 Al igual que muchos estudiantes, Ani Montes, de 23 años, asistió a MTRC desde el jardín de infantes hasta el octavo grado. Fue lo más destacado de sus veranos mientras crecía. Luego regresó como asistente de docente en el aula por dos años, y trabajó en la oficina del programa por un año más.

“En realidad, fue el programa de arte que me inspiró”, dijo. “Lo que realmente me gustó fueron todas las canciones que nos enseñó un maestro. Me gradué de Mount Saint Mary’s University el año pasado, y luego seguí en la Escuela St. Vincent”.

Ahora, todo lo que Montes necesita para obtener su credencial de docente es aprobar una prueba más.

“Quiero convertirme en especialista de recursos humanos, trabajando individualmente con estudiantes o trabajando con grupos pequeños”, dijo. “Quiero llegar a esos niños que podrían estar batallando en clase. Esa meta la obtuve de todos esos veranos en MTRC”.

Rebecca Iraheta, de 26 años, también fue al programa de verano de kínder hasta octavo grado.

“Realmente, realmente, me encantó”, dijo. “La parte que realmente disfruté fueron las lecciones socioemocionales. Tuvimos muchas discusiones sobre la autoestima, las habilidades sociales, cómo llevarse bien con los demás, hacer amigos y combatir la intimidación. Entonces, definitivamente, ir a MTRC me hizo querer ser maestra.

“Y enseñé en St. Vincent por un par de años y luego volví a la escuela para hacer un posgrado y obtener una maestría en psicología de asesoramiento”, informó. “Ahora realmente quiero trabajar con niños de los primeros años de secundaria. Y todo eso comenzó con MTRC”. VN

Más información de MTRC

Interesados pueden escribir a: Dtd019550@aol.com

3250 Wilshire Blvd., Suite 1010 L.A. 90010

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