SINDICATOS AFINAN CAMPAÑA PARA LOGRAR AUMENTO DEL SALARIO MÍNIMO

La poderosa central obrera AFL-CIO anunció que el movimiento sindical de EEUU “hará todo lo que esté a su alcance” para que el Congreso aumente el salario mínimo, estancado desde hace diez años en 5.15 dólares por hora.

Los grupos sindicales pretenden que el salario básico llegue al menos a los 7.25 dólares.

Representantes de AFL-CIO dijeron que el incremento del salario básico es “una necesidad”, particularmente para los sectores de bajos ingresos que han sido castigados duramente por la constante alza de los precios de un alto número de productos y servicios.

Para la vicepresidenta ejecutiva de esta confederación laboral, Linda Chávez-Thompson, la gente trabajadora “ha sido empujada al límite”, y por eso exigió un cambio de dirección en EEUU en los comicios del 7 de noviembre pasado.

Este cambio debe incluir el fin del estancamiento en el Congreso sobre el salario mínimo, según la visión de esta dirigente sindical que asegura que subir el sueldo básico por hora “es un asunto económico y moral”.

Aunque 28 de los 50 estados de EEUU y el Distrito de Columbia, donde se halla la capital, tienen ya una remuneración básica por encima de las leyes federales, las organizaciones obreras estiman que el aumento “es una necesidad inaplazable”.

Chávez-Thompson manifestó que el movimiento sindical buscará trabajar con los nuevos líderes del Congreso en busca de un nuevo nivel salarial.

Subir el salario mínimo a 7.25 dólares en los próximos 26 meses beneficiará directamente a un estimado de 6,6 millones de trabajadores y a otros 8,3 millones de manera indirecta, según el Instituto de Política Económica.

La AFL-CIO calcula que la eventual subida beneficiaría a unos 2,8 millones de hispanos.

Indicó que en los diez años que el Congreso ha rechazado debatir una nueva alza del salario mínimo, los precios de los productos se han disparado hacia arriba, al igual que la vivienda, educación y cuidados de salud.

El valor real del salario mínimo, ajustado a la inflación, está en su punto más bajo desde 1955, subrayó Chávez-Thompson.

Una veintena de nuevos legisladores electos en noviembre pasado se unirán a los líderes de la AFL-CIO y de las comunidades, en un esfuerzo nacional de promoción del nuevo salario básico durante una serie de conferencias de prensa en diferentes ciudades, la semana próxima.

Este empeño también intenta lograr cuidados de salud a bajo costo, seguridad económica durante la jubilación y libertad para constituir sindicatos.

El presidente de la AFL-CIO, John Sweeney, opinó que los trabajadores hicieron la diferencia en los comicios de noviembre, y que se mantendrán unidos para exigir al Congreso que adopte una “acción decisiva” en beneficio de la clases trabajadora.

Enfatizó en que “desde sus primera horas, el nuevo Congreso (de mayoría demócrata) debe aprobar un salario mínimo real” y restablecer la libertad de organizarse a los trabajadores.

En la campaña por la mejora salarial participará una amplia variedad de organizaciones, entre ellas las que luchan por una reforma de inmigración amplia que incluya la legalización de los 12 millones de foráneos indocumentados que se calcula viven en EEUU. VN

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