SENADORES INTENTAN SUPERAR DIFERENCIAS PARA VOTAR SOBRE REFORMA ESTA SEMANA
El Senado de EE.UU. avanza hacia la votación final de una reforma migratoria, mientras persiste una pugna entre demócratas y republicanos sobre el futuro de los inmigrantes indocumentados en el país.
El debate, que hoy entró en su séptimo día legislativo, ha caldeado los ánimos entre los partidarios y detractores del plan de reforma, que incluye el reforzamiento de la vigilancia fronteriza, un programa de trabajadores temporales y una vía para la legalización de la población clandestina.
Frustrado con los republicanos, el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid (Nevada), piensa someter a votación, entre el miércoles y el jueves, una medida que, para efectos prácticos, obligaría a una votación definitiva para fines de esta semana.
Reid defendió hoy el proyecto de ley de reforma migratoria y dejó entrever que los republicanos quieren torpedearlo mediante enmiendas que ponen en peligro la legislación entera.
Pero el líder de la minoría republicana en el Senado, Mitch McConnell (Kentucky) replicó que se trata de un asunto transcendental para el país y que todos merecen la oportunidad de ofrecer enmiendas, debatirlas y someterlas a votación.
Aunque el tiempo apremia, la meta es conseguir “el tipo correcto” de reforma migratoria, dijo McConnell.
Los senadores republicanos Tom Coburn (Oklahoma), y Kay Bailey Hutchinson (Texas), figuran entre los detractores del proyecto tal como está concebido y que exigen tiempo para debatir sus enmiendas.
El senador demócrata Edward Kennedy (Massachusetts), uno de los arquitectos del acuerdo marco para el debate, pactado el pasado 17 de mayo, aseguró hoy que los senadores permanecerán en el hemiciclo el tiempo que sea necesario para sacar a flote la reforma.
Entre bambalinas, tanto demócratas como republicanos tratan de ponerse de acuerdo sobre cuántas y cuáles enmiendas serán aceptadas en lo que resta del debate migratorio.
Pero ese no es el único desacuerdo que mantienen. Muchos conservadores insisten en que el proyecto ofrece una “amnistía” inmerecida para los inmigrantes indocumentados, mientras que otros, de corte más liberal, consideran que contiene demasiadas restricciones para la reunificación familiar, por ejemplo.
Durante el séptimo día legislativo del debate migratorio, el Senado rechazó hoy, con 62-31, una enmienda republicana que pretendía negar la residencia permanente a millones de inmigrantes indocumentados, lo que hubiese puesto en peligro todo el proyecto de ley.
La enmienda del republicano Wayne Allard (Colorado) negaba la residencia permanente a la mayoría de los indocumentados que obtuviesen la visa “Z”, así cumplieran con todos los requisitos dentro del sistema de puntos que plantea el proyecto.
La visa “Z” se concedería a los inmigrantes indocumentados que residen en EE.UU. desde antes de enero de 2007 y que cumplen una serie de requisitos, como el pago de una multa, aprendizaje del inglés y que los solicitantes se pongan al “final de la cola” para iniciar los trámites de residencia permanente.
La votación sobre la enmienda Allard reflejó las grandes divisiones partidistas sobre cómo poner fin a la inmigración ilegal hacia los Estados Unidos.
Entre los que votaron en contra de la enmienda se encuentran algunos de los aspirantes presidenciales para 2008, como los demócratas Hillary Clinton (Nueva York) y Barack Obama (Illinois).
Antes del receso de la semana pasada, los senadores ya habían derrotado otra enmienda republicana que hubiese eliminado el plan de legalización, mediante el cual la mayoría de los inmigrantes indocumentados podrían obtener la visa “Z”, y eventualmente solicitar la residencia permanente.
Desde que comenzó el debate en el pleno del Senado, los senadores han llevado a votación un total de 17 enmiendas.
La enmienda Allard es una de al menos 14 que el Senado piensa debatir esta semana para moldear el texto final de la reforma migratoria.
En otra votación, el Senado aprobó, con 71 votos a favor y 22 en contra, una enmienda del demócrata Richard Durbin (Illinois) para que las empresas den prioridad a los estadounidenses, y no a los extranjeros, en la contratación de empleados dentro del programa de trabajadores temporales, que recibirían la visa “Y”.
La reforma migratoria surgió como tema de discusión en el segundo debate de los ocho candidatos demócratas, y se prevé que surgirá en el debate de esta noche entre los candidatos republicanos. VN
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