SAN FRANCISCO SE ADELANTÓ A COBERTURA DE SALUD UNIVERSAL CON PROGRAMA PROPIO

Mientras el Congreso debate el plan nacional de salud, la ciudad de San Francisco tiene su propio programa de cobertura de salud universal que lleva más de dos años de funcionamiento y ha permitido la protección de cerca de 48.000 personas.

El programa “San Francisco Saludable”, impulsado por la alcaldía, ofrece atención gratuita de salud para aquellos que están por debajo del nivel de pobreza federal y servicios de salud a bajo costo.

Para María González, el programa, que cubre a dos tercios de los habitantes que antes no tenían seguro, representó un gran alivio y el único recurso para sus necesidades de salud y las de sus dos hijos pequeños.

“Recibo todo el servicio básico de salud que necesito para mí y para mis niños”, aseguró María González, una madre de origen guatemalteco, en referencia al Centro de Salud Familiar adscrito al Hospital General de San Francisco.

Agregó González que hace dos años supo la existencia del programa y que desde entonces ha recibido servicios de salud para ella y sus hijos de cinco y tres años.

“No sé que hubiera hecho sin este programa, pues no tengo cómo pagar un seguro de salud; aquí -en cambio- he recibido todos los servicios básicos que he necesitado”, aseguró.

Para participar en el programa la persona debe estar por debajo del nivel de pobreza de la guía federal, que es de 10.830 dólares de ingreso anual para una persona o 22.050 dólares para una familia de cuatro miembros.

Creado por una ordenanza de la ciudad en julio de 2006, el programa -que no es un seguro de salud pero ofrece a las personas no aseguradas acceso a servicios de salud a bajo costo- se comenzó a aplicar a mediados de 2007 y extendió su cobertura a toda la ciudad en septiembre del mismo año.

“Este programa es un gran recurso para atender las necesidades de salud de las personas más necesitadas”, aseguró la doctora Ana Valdés, directora ejecutiva y directora médica de las Clínicas Médicas Gratuitas San Antonio, que participan en la cobertura.

Cualquier residente entre 18 y 64 años que haya estado sin seguro por lo menos 90 días y que no sea elegible para otros programas públicos, clasifica para San Francisco Saludable, señaló la doctora Valdés.

El programa, adscrito al Departamento de Salud Pública de San Francisco, ofrece acceso gratuito o a bajo costo para necesidades de salud básicas, sin tener en cuenta el estado de inmigración, de empleo o las condiciones médicas preexistentes y ha sido punto de referencia en las discusiones sobre la reforma de sanidad del país.

Tras inscribirse, los participantes escogen un centro médico entre cerca de 30 clínicas denominadas “Casas de Salud”.

Los inscritos que se encuentran por debajo del nivel de pobreza federal no pagan nada por su participación; quienes están por encima de ese nivel deben pagar una cuota trimestral proporcional a sus ingresos que no excederá el 5 por ciento del ingreso.

En esta modalidad pueden participar todos aquellos cuyo nivel de ingreso sea de hasta 54.000 dólares anuales para una persona o 110.250 para una familia de cuatro integrantes.

Además deben realizar un co-pago por servicios de 10 dólares por consulta médica básica, 20 dólares por consulta de especialista, cinco dólares por formulación de medicina genérica y 200 dólares por hospitalización.

Según una encuesta realizada entre usuarios del programa por Kaiser Permanente, los participantes mostraron un alto nivel de satisfacción con los servicios.

Ocho de cada 10 participantes en la encuesta manifestaron que sus necesidades de salud estaban bien cubiertas y se sentían bien protegidos.

La mayoría de quienes entraron al programa lo hicieron debido a que no podían pagar un seguro de salud o los servicios médicos.

El 92 por ciento recomendaría el programa a un amigo y el mismo porcentaje cree que otras ciudades deberían establecer planes similares, según la encuesta.

De acuerdo con datos recopilados a mediados de 2008 por el Departamento de Salud, 73 por ciento de los participantes en “Healthy San Francisco” estaban por debajo del nivel federal de pobreza, menos de la mitad hablaban inglés y uno de cada cuatro de los inscritos era hispano.

No obstante, no todos apoyan la iniciativa. Para Daniel Scherotter, presidente de la Asociación de Restaurantes del Golden Gate, el programa ha representado un nuevo impuesto al empleo.

Según aseguró Scherotter, dueño de un restaurante italiano, está teniendo que “pagar el triple por los servicios de los meseros” a causa del programa de salud.

La Asociación demandó a la ciudad argumentando que el programa estableció una excesiva carga económica para los restaurantes. La demanda está pendiente de una audiencia ante la Corte Suprema.

Un estudio realizado por el investigador de economía de la salud William Dow, de la Universidad de California Berkeley, señaló que el costo del programa no ha incidido en el desempleo de la ciudad.

La Asociación de Restaurantes descalificó el estudio argumentando que era generalizado pues incluía toda la Bahía de San Francisco y no se centraba solamente en la ciudad. VN

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