RICHARDSON PIDE REANUDAR DEBATE DE REFORMA MIGRATORIA

Bill Richardson, gobernador demócrata de Nuevo México y aspirante a la presidencia de los Estados Unidos, ha pedido a congresistas y al presidente George W. Bush que unan esfuerzos para generar una nueva ley de inmigración.

“Lo que no debe ocurrir es la deportación de 12 millones de personas, lo que no debe ocurrir es que dividamos a familias y lo que no debe ocurrir es que construyamos un muro entre México y los Estados Unidos”, dijo Richardson, quien se encuentra en Los Angeles buscando financiar su campaña presidencial.

Hace tres semanas comenzó el debate por una reforma migratoria en el Senado y la semana pasada, por decisión del representante de la mayoría, el senador Harry Reid (D-Nevada), la discusión fue cancelada.

Pero diversos sectores políticos y sociales piden a los senadores reanudar el debate para generar una ley que de alivio a la situación de los trabajadores indocumentados.

“Ahora sin una ley estamos muy divididos”, indicó el aspirante presidencial. “Y lo importante es que los políticos se olviden que son demócratas y republicanos y que traten de verse como americanos tratando de resolver un problema muy serio”.

De los cien escaños del Senado, los demócratas, principal propulsor de las reformas migratorias, cuentan con 51 miembros y necesitan de nueve votos republicanos para pasar las enmiendas a la ley.

El presidente George W. Bush ha informado, desde Sofía, en Bulgaria, que mañana, martes, se reunirá en un almuerzo con legisladores de su partido para convencer algunos de reanudar el debate por la reforma migratoria.

“Los puntos de división no son graves”, aseguró Richardson, quien entre 1982 y 1997 fue legislador. “Por eso es importante que los dos partidos se junten para mejorar la situación humana de los 12 millones (de personas) y de la economía que depende del inmigrante”, aseguró.

El gobernador de Nuevo México, quien es hijo de madre mexicana y padre nicaragüense, subrayó que “Estados Unidos es un país de inmigrantes y por tanto debemos de ser bondadosos y ser prácticos, porque mucha de esta gente está trabajando en trabajos que muchos estadounidenses no quieren tener”.

Respecto a la percepción en el mundo de la situación de los derechos humanos en EE.UU., Richardson, quien entre 1997 y 1998 fue embajador ante Naciones Unidas, afirmó que “si (la reforma migratoria) no se aprueba, Estados Unidos se va a ver como un país que no ha tratado bien a gente que quiere venir nomás por mejorar su vida”.

Y la percepción es “que no estamos respetando los derechos humanos de 12 millones de personas”, finalizó. VN

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