RECONOCIENDO EL APORTE DE LOS TRABAJADORES INMIGRANTES

Promueven una reforma mas justa del sistema migratorio de Estados Unidos

Un artículo de Los Angeles Times daba cuenta hace poco que después de dos años de impasse en la búsqueda de un acuerdo para reformar las leyes de inmigración del país, hay un punto en el que los dos partidos que dominan el Congreso sí pueden ponerse de acuerdo: “Aun en un lugar tan polarizado como Washington, demócratas y republicanos saben apreciar al tipo de inmigrante que puede lanzar una bola rápida, tiene una cara bonita o canta canciones pegajosas”.

El trabajo periodístico se refería a la supermodelo brasileña Gisele Bundchen, el lanzador surcoreano de los Dodgers, Chan Ho Park, y la cantante británica Amy Winehouse. Ellos “cuentan con el apoyo entusiasta aun de los más duros opositores de la inmigración”, explica el periodista. Son los inmigrantes deseables, en contraste con los “campesinos analfabetos” que según el asambleista estatal Douglas Bruce constituyen la clase de inmigrantes que viene de México.

El artículo del Times, así como la declaración de Bruce, aparecen pocos días antes de que organizaciones de todo tipo que abogan por los inmigrantes del país desplieguen, el Primero de Mayo, un conjunto de acciones encaminadas a promover una reforma integral de las leyes de inmigración. Como parte de ese esfuerzo han creado un documento que puede leerse en internet (http://www.unityblueprint.org) en el que está plasmada su visión de una reforma integral de inmigración, con la esperanza de que sea utilizado como punto de partida cuando el tema vuelva a la agenda del Congreso. El plan es el fruto de un trabajo colectivo al que han aportado decenas de organizaciones (la lista puede leerse en el propio sitio de internet, y abarca desde la Alianza por los Derechos Humanos, de Santa Cruz, California, hasta We Are America/Somos América, de Arizona).

El lanzamiento de estas iniciativas busca dar continuidad a las marchas de inmigrantes del Primero de Mayo, que se iniciaron hace tres años para educar a los estadounidenses sobre la verdadera naturaleza de la inmigración. La fecha no puede ser más significativa. Ese día se celebra en todo el mundo (menos en Estados Unidos, donde, paradójicamente, nació la festividad) el Día Internacional de los Trabajadores. El mensaje que las marchas y otras acciones han tratado de proyectar al pueblo estadounidense es: estos que véis aquí son los trabajadores, los hombres y mujeres que hacen funcionar el país; hay que regularizar su estatus legal para que adquieran plenos derechos, y dejen de ser mano de obra barata descartable.

Pero para que esto sea posible, concuerdan muchos, debe producirse primero un cambio político en el país. Los resultados de las elecciones de noviembre podían hacer soplar vientos favorables a la reforma de inmigración que por ahora se encuentra en estado de animación suspendida, esperando un soplo que la anime de vuelta.

Entretanto, los grupos y políticos ultraderechistas se encuentran en plena guerra civil contra los trabajadores inmigrantes. Algunos ejemplos son el proyecto de ley HR-4088, presentado por políticos republicanos y demócratas, entre ellos Tom Tancredo, que contiene propuestas para reforzar la Patrulla Guardafronteras y ampliar las prisiones para encerrar a inmigrantes detenidos, y la moción del Senado S-2709 que quiere aumentar de 10 a 364 días la pena de prisión por entrar a EE.UU sin papeles, y busca penas de cárcel aún más largas por reincidencia. Otros planes giran alrededor del sistema de monitoreo electrónico denominado E-Verify, usado ahora voluntariamente -en calidad de plan piloto- para detectar en las planillas de las empresas si una persona no tiene permiso de trabajo, y que según el mismo gobierno es falladizo.

El Departamento de Seguridad de la Patria (Homeland Security/HSD), por su parte, actúa como brazo armado de los grupos antinmigrantes. En los momentos que el Papa se reunía con el Presidente Bush recientemente, agentes de ese departamento llevaban a cabo redadas en Arkansas, Florida, Nueva York, Tennessee, Texas y West Virginia. Las redadas en lugares de trabajo siembran el terror no sólo entre trabajadores inmigrantes, sino que lo extienden a los propios ciudadanos. La semana pasada, abogados del Centro de Derechos Humanos y Ley Constitucional de Los Angeles, presentaron más de cien demandas de trabajadores estadounidenses y personas con permiso de trabajo contra el HSD y la Policía de Inmigración y Aduanas (ICE) por una redada que tuvo lugar en febrero en una planta de Van Nuys. Según sus testimonios, los agentes practicaron un arresto en masa de todo el personal, tratándolos como criminales peligrosos.

Estos operativos, que parecen tomados de las persecuciones de la película Blade Runner, se han convertido en la principal manifestación de las políticas de inmigración del país. Pero aparte de sembrar el terror no llevan a ninguna parte, ni con ella se resolverá el problema de la existencia de mas de 11 millones de trabajadores indocumentados que laboran sin protecciones laborales. La verdadera solución sólo puede venir de la voluntad de aprobar una reforma integral y justa. VN

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