QUEDA MUCHO POR LOGRAR LA JUSTICIA SOCIAL DE LOS HISPANOS, SEGÚN CHICANOS

Cuatro décadas después de ponerse en marcha el Movimiento Chicano en Estados Unidos, veteranos dirigentes afirman que a pesar de los avances falta mucho para alcanzar las reivindicaciones de justicia social para los hispanos.

En marzo de 1969 se celebró en Denver la Conferencia Nacional de Liberación de la Juventud Chicana, en la que se popularizó el término “Aztlán” y que impulsó de manera organizada la movilización de la comunidad méxico-americana por sus derechos civiles.

El término “Aztlán” se utiliza desde entonces para designar tanto al territorio que antes pertenecía a México, que en 1848 pasó a Estados Unidos, como la necesidad de preservar la cultura mexicana original de esas tierras.

Como resultado de aquella conferencia en Denver, la Organización Juvenil México-Americana (MAYO, en inglés) cambió un mes después su nombre a Movimiento Estudiantil Chicano de Aztlán (MECha) y comenzó a expandirse a universidades de todo el país.

Uno de los primeros dirigentes de MEChA en la Universidad de Colorado en Boulder fue Stan Perea, entonces estudiante de contabilidad y ahora, a los 62 años, pastor, escritor y consultor en temas educativos.

“Tengo muy lindos recuerdos de mis días como un chicano radical en Boulder. Mucho hemos logrado desde 1969. Nuestros niños ya no reciben el intolerable tratamiento que nosotros recibíamos entonces. Todavía hay racismo, pero ya no es un método generalizado y aceptado como lo era en la década de 1960”, dijo a Efe Perea.

“Pero aún no hemos logrado la habilidad de aceptar a gente diferente de nosotros sin que haya que luchar por esa aceptación. Esa situación se hace evidente cuando vemos la manera en que los chicanos responden a los nuevos inmigrantes”, agregó.

Otro dirigente, el doctor Ramón Del Castillo, 60, que nació y se crió en Kansas y llegó a Denver a principios de la década de 1970, se unió al Movimiento Chicano para defender los temas de familia, identidad y educación.

En la actualidad, Del Castillo es un reconocido poeta y director del Centro de Estudios Chicanos en el Colegio Estatal Metropolitano de Denver (MSCD, en inglés).

“Desde 1969 La Raza (el pueblo mestizo) ha obtenido victorias tanto a nivel local como nacional en todos los aspectos de la vida social, incluyendo educación, política, negocios y justicia social”, comentó Del Castillo.

“El reciente nombramiento de Sonia Sotomayor como la primera latina en la Corte Suprema de Justicia de Estados Unidos demuestra que por medio de la educación y la presión constante, La Raza eventualmente ocupará su propio lugar en la historia y en la sociedad”, indicó.

Tanto Perea como Del Castillo coinciden en que los conceptos de Aztlán y La Raza siguen siendo hoy tan relevantes como lo eran hace cuatro décadas.

“Aztlán se ha hecho realidad aunque nadie quiera reconocerlo. Estamos viviendo en Aztlán, ya que La Raza (los latinos) están a cargo del suroeste del país debido a la gran cantidad de latinos en esa zona. No hay sector de la vida de esta región que no haya sido profundamente afectada por los méxico-americanos”, sostuvo Perea.

Por su parte, Del Castillo expresó que “con el descubrimiento y análisis (del 2002 al 2007) del Mapa de Cuauhtinchán (siglo XVI) del doctor David Carrasco de la Escuela de Divinidad de la Universidad de Harvard se ha revitalizado el concepto de Aztlán (como tierra original de los antepasados de los mexicanos) y esa idea ya no es un mito sino una realidad”.

“Somos gente con una tierra que es la base esencial de nuestra lucha continua”, agregó.

Los dos dirigentes coinciden en que el Movimiento Chicano marcó también un momento crucial en la historia de Denver, por los cambios políticos y sociales que aún hoy permanecen.

Gracias al trabajo desde finales de los años sesenta de personas como Rodolfo “Corky” Gonzáles (fundador de la Cruzada por la Justicia y de la Escuela Tlatelolco) y de Polly Baca (la primera latina en ser elegida en la legislatura de Colorado y amiga personal de la jueza Sotomayor), se logró no solamente mejorar la calidad de vida de los latinos, sino que en 1983 por primera vez se eligió en Denver a un alcalde de origen hispano, Federico Peña.

“Desde entonces, los hispanos pueden ser alcaldes, jefes de policía, jefes de bomberos o jefes de seguridad”, manifestó Fidel “Butch” Montoya, 57, otro veterano dirigente méxico-americano quien precisamente fue jefe de seguridad y vicealcalde de Denver durante gran parte de la década pasada.

Sin embargo, los rápidos cambios políticos, económicos, sociales, culturales y tecnológicos han creado “un futuro extremadamente difícil” para las nuevas generaciones de latinos, ya que “a ellos les tocará dirigir el país pero no están preparados para hacerlo, porque no conocen la historia y por eso están condenados a repetirla”, dijo Perea.

Del Castillo advirtió de otro peligro: la desaparición del español y de los programas de educación bilingüe.

“Los jóvenes chicanos saben que las escuelas continúan erosionando sus raíces y su identidad. Por eso se rebelan y usan la tecnología moderna para contar su historia y sus contribuciones. La Raza tiene el poder de construir su propio conocimiento para auto-liberarse. La filosofía que emana de La Raza nunca será destruida”, concluyó. VN

Share