PROGRAMA PREPARA A NIÑAS PARA SER INDEPENDIENTES ECONÓMICAMENTE EN EL FUTURO

Girls Incorporated es un programa en el condado Orange que instruye a niñas, sobre todo hispanas, sobre cómo continuar estudios superiores y las prepara para adquirir independencia económica en el futuro.

Dentro del programa se incluye Y.E.S.S. (siglas en inglés de Dando poder y autosuficiencia a la juventud), en el que las niñas de 9 a 11 años aprenden durante el verano conceptos básicos de negocios, la importancia del ahorro y de instrumentos financieros como los cheques, tarjetas de crédito y certificados de una bolsa de valores, todo lo cual les ayudarlas a ellas y a su entorno a entender el funcionamiento del sistema financiero de Estados Unidos.

“Algunas de las niñas que asisten a las sesiones sirven de intérpretes a sus padres, pues éstos no hablan inglés, y en muchas ocasiones ellas les escriben los cheques o les llenan documentos para hacer trámites en oficinas gubernamentales”, dijo Lucy Santana-Ornelas, directora ejecutiva de Girls Inc. de Orange.

De las 4.500 niñas que la organización sirve anualmente, 67 por ciento proviene de familias latinas, muchas de ellas con ingresos anuales menores a 25.000 dólares.

“Creemos que, para niñas que crecen en hogares de bajos recursos, el conocimiento económico y el adquirir poder pueden ser herramientas efectivas para romper con el ciclo de pobreza”, se dice en el documento “Una inversión en niñas”, donde se describe el programa de conocimientos económicos.

La iniciativa, que inició hace 10 años, se desarrolla en 16 sesiones impartidas durante un mes en las oficinas principales de la organización en la ciudad de Costa Mesa, al suroeste de Los Ángeles.

Durante el ciclo escolar se imparte en 15 escuelas primarias del condado, centros comunitarios y sedes de otras organizaciones no lucrativas.

Es financiado con subvenciones concedidas por instituciones financieras como Merrill Lynch, los bancos Wells Fargo, Citi Bank, Comerica y la organización no lucrativa United Way.

Durante las sesiones, se recrean ambientes de trabajo similares al mundo de negocios real. Las niñas también visitan empresas donde mujeres en puestos clave les dan charlas de motivación.

Eureka es otro programa creado por la institución para adolescentes de 12 a 17 años de edad y para que las jóvenes se vayan familiarizando con el ambiente universitario los talleres se imparten en un centro universitario local.

Las niñas más pequeñas que asisten a Girls Inc. también tienen la oportunidad de inscribirse a cursos de redacción literaria, jardinería y lectura en inglés. Las adolescentes pueden participar en un programa de auto-desarrollo que motiva e informa sobre la prevención de embarazos tempranos; aprenden sobre la imagen corporal, nutrición y autoestima.

Santana-Ornelas creció en un ambiente similar a la de muchas familias inmigrantes mexicanas que Girls Inc. asiste. Su padre era trabajador de una fábrica y su madre, una ama de casa que llegó hasta el sexto grado y criaba a siete hijos en un vecindario que poco a poco se fue poblando con pandillas juveniles.

Pese a su escasa educación académica sus padres inculcaron a sus hijos el amor por los estudios.

“Recuerdo una vez cuando mi padre perdió su trabajo y fue duro. Tuvimos que recurrir a los cupones de alimentos”, dijo Santana-Ornelas, quien de los 14 a 16 años contribuyó a la economía familiar trabajando en la limpieza de casas.

En la escuela la situación no era tan fácil tampoco. Muchas de sus compañeras de clases salían embarazadas y dejaban sus estudios.

“No habían muchos ejemplos latinos a seguir cuando yo estaba creciendo, pero sí tuve una gran profesora latina que me ayudó a entender el sistema educativo”, dijo la directora, de 40 años.

Cuando se acercaba su tiempo para graduarse de secundaria ella estaba segura que debía ir a la universidad, pero los consejeros la habían estereotipado.

“Un consejero me dijo una vez que tenía mejores alumnos por quienes preocuparse y que era mejor que yo estudiara una carrera vocacional corta”, comentó la licenciada en justicia criminal y sociología.

Con su experiencia familiar y después de nueve años de trabajar en un programa de prevención de pandillas en la ciudad de Santa Ana, para Santana-Ornelas fue fácil solicitar empleo en Girls Inc. como directora de programas y un año después, en 1999, fue promovida a directora ejecutiva.

“Queremos asegurar que las niñas tengan la oportunidad de darse cuenta de todas las capacidades que poseen”, expresó la directora, quien tiene planes de servir a través de Girls Inc. a unas 7.500 niñas en el 2010. VN

Share