PRESENTARÁN NUEVO PROYECTO DE REFORMA MIGRATORIA EN PRÓXIMOS DÍAS

Un grupo de legisladores de ambos partidos presentará en los próximos días proyectos de ley en las dos cámaras que persiguen una reforma migratoria integral, lo que reanudará el debate sobre el tema en el Congreso de EEUU.

Las dos propuestas serán introducidas “esta semana o a más tardar la que viene”, según dijo Federico de Jesús, portavoz del líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid (Nevada).

En la Cámara Alta abanderarán la propuesta el demócrata Edward Kennedy (Massachusetts) y el republicano John McCain (Arizona), aspirante a la candidatura de su partido a las elecciones presidenciales del próximo año.

En la Cámara Baja sus impulsores serán el republicano Jeff Flake (Arizona) y el demócrata Luis Gutiérrez (Illinois).

El punto de partida de ambos proyectos será la reforma migratoria aprobada por el Senado en mayo del año pasado, que no llegó a convertirse en ley, aunque habrá importantes modificaciones.

La propuesta mantiene algunas medidas para incrementar la vigilancia en la frontera con el despliegue de tecnología, pero no prevé la construcción de ninguna verja o muro adicional.

El proyecto del Senado contemplaba la construcción de una barrera de 595 kilómetros en la línea con México.

Además, “no va a haber la división de los inmigrantes en tres categorías”, como la adoptada el año pasado por la Cámara Alta, según dijo De Jesús, puertorriqueño.

Esa solución habría impedido la legalización de unos cuatro de los doce millones de inmigrantes indocumentados que residen en el país.

En cambio, la nueva propuesta prevé la regularización de todos los trabajadores clandestinos que hayan llegado a EEUU antes de una fecha específica, que no se ha definido aún.

Según De Jesús, esa fecha podría ser finales del año pasado o el día cuando el presidente de EEUU, George W. Bush, firme la ley, si es que salva todos los escollos en el Congreso.

“El proceso de legalización no va a depender de cuántos años los inmigrantes lleven aquí”, dijo De Jesús.

La disposición suscrita el año pasado por el Senado, cuando estaba controlado por los republicanos, era menos generosa.

El proyecto obligaba a abandonar el país a los inmigrantes clandestinos que llevan en EEUU menos de dos años. Los que habían vivido entre dos y cinco deberían irse y pedir un visado de trabajo antes de retornar.

Los inmigrantes que habían residido en EEUU más de cinco podrían obtener permiso de trabajo y eventualmente la ciudadanía, tras el pago de multas de más de 3.000 dólares.

El proyecto del Senado también establecía un programa de trabajadores temporales como una forma de canalizar la inmigración por una vía legal.

No obstante, la propuesta no llegó a buen puerto porque debía conciliarse con una medida mucho más dura aprobada en diciembre del 2005 por la Cámara de Representantes, en la que un grupo de republicanos rechazó cualquier tipo de regularización de los inmigrantes indocumentados.

Con el Congreso en las manos de los demócratas, las oportunidades de aprobación de la reforma son mayores, según reconoció hoy Grant Aldonas, uno de los principales asesores de Bush en materia económica entre 2001 y 2005.

“Es posible que se vea una colaboración significativa entre Bush y el Congreso”, dijo Aldonas en una conferencia en el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS, en inglés).

El miércoles, Kennedy, Reid, Gutiérrez, la congresista Zoe Lofgren (California) y el senador Bob Menendez (Nueva Jersey), todos demócratas, anunciarán una campaña para lograr la aprobación de la reforma “este año”.

Bush mantiene su apoyo a la idea, pese a la oposición de miembros importantes de su propio partido.

“El presidente está absolutamente comprometido con lograr una reforma migratoria integral”, dijo hoy Tony Snow, el portavoz de la Casa Blanca, en su rueda de prensa diaria.

Snow señaló que es imposible expulsar a los 12 millones de inmigrantes clandestinos, pero “tampoco se puede dejar de lado que están aquí porque han violado la ley”.

Por ello, Bush ha propuesto que los trabajadores indocumentados paguen multas y se pongan “al final de la fila” a la hora de solicitar la ciudadanía, según explicó Snow. VN

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