PREOCUPA ENFRENTAMIENTO ENTRE BANDAS DE TRAFICANTES DE INDOCUMENTADOS

Los indocumentados en la frontera de Arizona se han convertido en el blanco de contrabandistas armados que de manera violenta buscan robar la mercancía humana a otros, lo que ha desatado en los últimos meses sangrientos enfrentamientos.

Tres inmigrantes indocumentados murieron y dos más resultaron heridos ayer cuando un grupo armado interceptó la camioneta en la que viajaban 15 indocumentados y disparó en contra de los ocupantes cuando éstos rehusaron a detener el vehículo.

Richard Kastigar, oficial del Departamento del Alguacil del Condado Pima, dijo en entrevista con Efe que el incidente ocurrió cerca del camino Silverbell Mine, al noroeste de la ciudad de Tucson.

El agente comentó que, aunque todavía se investiga el motivo del ataque, esta ruta es frecuentada por bandas de asaltantes que se dedican a despojar de sus pertenencias a los inmigrantes indocumentados que acaban de cruzar la frontera.

“Este tipo de incidentes está creciendo de una forma alarmante, se está convirtiendo prácticamente en algo de todos los días”, dijo Kastigar.

Agregó que estas bandas de asaltantes incluso secuestran a los indocumentados para luego pedir a sus familiares fuertes sumas de dinero por su recate.

Con frecuencia estos casos no son reportados a las autoridades por temor de los inmigrantes a las represalias.

“No podemos decir cuántos casos ocurren al año, pero es un fenómeno que está afectando a todos los condados fronterizos”, sostuvo el detective.

El incidente del jueves es muy parecido al ocurrido el pasado miércoles, cuando 18 inmigrantes indocumentados fueron asaltados por cuatro hombres que se cubrían el rostro y portaban rifles de asalto modelo AK-47.

Se desconoce si ambos casos están relacionados.

Para los defensores de los derechos de los inmigrantes, las recientes muertes son consecuencia del fracaso de la política migratoria del Gobierno de Estados Unidos.

“Si esta gente tuviera una forma legal para venir a este país a trabajar, no tendrían que exponer sus vidas y convertirse en presa fácil de las bandas organizadas”, dijo a Efe Kat Rodríguez, miembro de la Coalición de los Derechos Humanos de Arizona.

“Nosotros mismos estamos fomentando la presencia de estos delincuentes que cada vez están más organizados y son más violentos”, enfatizó la activista.

La presencia de más agentes de la Patrulla Fronteriza y de soldados de la Guardia Nacional ha dificultado el flujo migratorio por lo que los contrabandistas han optado por robarse unos a otros la “preciada mercancía humana”.

Cada indocumentado mexicano paga un promedio de entre 1.500 a 3.000 dólares por el cruce de la frontera, pero si el inmigrante viene de Centroamérica la cifra puede ser el doble.

“Para muchos es más lucrativo el tráfico de indocumentados que el de las mismas drogas”, sostuvo Rodríguez.

Manifestó que en gran parte se ha incrementado la violencia en contra de los indocumentados desde que los mismos contrabandistas han optado por utilizar las rutas usadas para el tráfico de drogas.

“Otros tratan de combinar ambos negocios, les dicen a los indocumentados que les descuentan 200 dólares de su cuota de pago si llevan consigo por el desierto un paquete con droga”, aseguró Rodríguez.

En ciudades como Phoenix se han presentado casos en los que bandas de contrabandistas han llegado a las casas-bodegas de otros grupos y han secuestrado a los indocumentados que esperaban ser trasladados a su destino final. VN

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