POR LOS JÓVENES Y PARA ELLOS

POR LOS JÓVENES Y PARA ELLOS

(fOTO: Alberto Embry (centro) con miembros de la Pastoral Juvenil. / VICTOR ALEMÁN).

El Ministerio de Jóvenes Adultos a nivel aquidiocesano les ofrece programas de crecimiento pastoral y personal
Por ALICIA MORANDI

Han transcurrido 15 años y todavía Alberto Embry se emociona cuando a su oficina llega un joven a mostrarle con orgullo un certificado de haber completado la secundaria, o le cuenta que está cursando una carrera, o comparte algún otro hecho que esté mejorando su vida.

“Muchos han venido a Estados Unidos puramente a trabajar y el dinero que juntan lo mandan a su familia, y no se dan el tiempo para estudiar. Prepararse no significa abandonar a sus seres queridos, por el contrario, les permite ayudar mejor a esa familia que quedó al otro lado de la frontera”, dice Embry, coordinador del Ministerio de Jóvenes Adultos a nivel aquidiocesano, quien es teólogo con una maestría en divinidad, y además miembro de la sociedad de teólogos Achtus, y otras organizaciones.

“Jesucristo te motiva a cambiar tu vida, a ir evolucionando, y esto lo proyectamos en los programas de formación del ministerio”, afirma.

Este ministerio ha beneficiado a participantes de 18 a 35 años. Su labor comienza identificando cuáles son sus necesidades en términos personal y pastoral. Luego actuar juntos y en forma organizada para satisfacerlas.

UNA PRIORIDAD

El coordinador comenta que este ministerio surge hace algunas décadas durante un Sínodo arquidiocesano. Allí el Cardenal Roger Mahony colocó entre las prioridades pastorales el tema de trabajar con jóvenes adultos, respondiendo a las culturas de cada uno de ellos.

“Nos dimos cuenta que en EE.UU. hay documentos que respaldan esta propuesta. Entonces los adaptamos y estructuramos para convertirlos en el primer programa de formación masiva desde una diócesis, con 21 temas de tres horas cada uno, y que se impartían en las parroquias. Cinco años después ya teníamos un 80 por ciento de jóvenes enseñando a otros jóvenes”, y Embry agrega que el 20% eran profesionales que los capacitaban.

De acuerdo con el entrevistado, había necesidad de un programa de formación religiosa para este segmento de la población que sustentara su fe y al mismo tiempo ofreciera herramientas para vivirla mejor. También que les entregara un propósito de misión, “de cómo encantar a otros jóvenes para que se integraran y respondieran a la gran pregunta de: ¿para qué me sirve la religión en mi vida diaria?”.

“Los participantes se sorprendían cuando les decíamos por ejemplo que era bueno que formaran un sindicato, o que estudiaran aunque le tuvieran que dedicar menos tiempo a su parroquia, pero que también podrían evangelizar a sus compañeros en la universidad”, dice.

MANOS A LA OBRA

En un comienzo se trabajó sólo con latinos y en idioma español, pero actualmente se han convertido en un ministerio latino bilingüe, según el coordinador.

“Pudimos detectar que a nivel personal los jóvenes presentaban una baja autoestima que había que impulsar, y fuimos buscando a profesionales latinos en todas las áreas, que hubiesen logrado sus objetivos. Así les demostrábamos a los jóvenes que debían tener metas y cumplirlas. Simplemente había que crear un plan de vida”.

También detectaron que los jóvenes necesitaban un mayor acompañamiento pastoral y quienes verdaderamente les escuchen.

El primer objetivo del ministerio fue llegar a la juventud de las parroquias, indica Embry. Con el tiempo también salieron a la comunidad en las llamadas “misiones urbanas”, golpeando puertas e invitando a actividades, como una tarde en las montañas, una comida, etc. “La repuesta fue maravillosa porque se sorprendían que los católicos jóvenes salieran de las parroquias a buscar a otros muchachos y muchachas”.

Además de ayudarles en el área personal contactándolos con profesionales y promoviendo un encuentro -abierto a todos- con líderes latinos, el ministerio ha procurado darles las herramientas para que ellos mismos estructuren su propio camino personal.

“Hemos estado ofreciendo la propuesta católica en todos los sentidos y la adaptan a sus vidas y generan un plan. Ése ha sido el objetivo”.

En la formación, la Pastoral Juvenil de la Arquidiócesis de Los Ángeles, que es parte del Ministerio de Jóvenes Adultos, ha incluido temas que en ocasiones han llamado la atención, y que buscan abrir el corazón hacia el prójimo sin importar raza, credo, preferencias sexuales, etc. Como por ejemplo, cuando trataron el tema de la comunidad gay invitaron a padres de familia a participar en clases para comprender mejor a sus hijos. En otra ocasión invitaron a un musulmán para que les contara sobre esa comunidad y explicara el Corán. Asimismo, la Pastoral Juvenil imparte clases sobre el medio ambiente desde hace por lo menos una década. Según Embry, la respuesta a todos estos temas ha sido tan buena que han extendido su zona de acción desde Los Ángeles y San Gabriel, a Santa Bárbara, San Pedro, y más.

TECNOLOGÍA Y EVANGELIZACIÓN

La Pastoral Juvenil de este ministerio está siempre explorando nuevas áreas para formar a los jóvenes, y para ello usan todas las redes sociales.

En los últimos tiempos la tecnología se fortalece, y junto con la integración de la música, se convierten en herramientas de evangelización, sobre todo en Los Ángeles, comenta Embry. “Las redes sociales se expandieron y los jóvenes se empiezan a sentir más motivados con esta propuesta católica bastante activa. Ellos [jóvenes] son la propuesta más fuerte de los planes pastorales”.

Junto con las actividades y programas de formación estructurados – que actualmente son 14- comenzaron a aparecer los primeros candidatos para formar los equipos arquidiocesanos, que actualmente los constituyen 40 miembros.

Embry explica que el equipo arquidiocesano no es un grupo juvenil. Son líderes preparados que están al servicio de las parroquias. “Cuando los grupos juveniles de las parroquias necesitan asistencia nos llaman, y alguien del grupo va y los atiende”.

Asimismo, hoy día cuentan con aproximadamente ocho jóvenes preparados para realizar retiros dirigidos a pre- juveniles, entre 15 a 18 años. “Nos vamos algunos fines de semana a las montañas a una casa para retiros. Y la frecuencia es de acuerdo a lo que la parroquia solicite. Además, si una parroquia quiere algún tipo de formación, nos llama y pide por ejemplo que les enseñemos a sus muchachos a hablar en público, establecemos las fechas y lo hacemos”, explica el entrevistado.

En la formación pastoral, el Ministerio incluye la música como un componente muy importante. “Estamos haciendo alrededor de 5 conciertos por año -que llamamos ‘Conciertos de música católica juvenil’- y son bandas de jóvenes que hace un tiempo no tenían espacio en la Iglesia, o eran jóvenes que les gustaba el rock y no sabían cómo compatibilizarlo con la música religiosa. Músicos del extranjero y nacionales nos guiaron en cómo hacerlo”, dice Embry.

Debido a que no todos quieren ir a programas de formación en las parroquias, la Pastoral Juvenil desarrolla una transmisión radial para llevársela a los muchachos.

“Tenemos un programa de radio por Internet que está cumpliendo 9 años, hecho por y para jóvenes, y muchas veces transportan todo el estudio portátil a las parroquias y hacen los programas desde allí. Sale al aire todos los viernes de 8 p.m. a 10 p.m. Y para sintonizarlo hay que bajar la aplicación al celular: pjla. Y también tienen música católica juvenil todos los días las 24 horas.

“Los 52 programas del año tienen un tema de formación sólido. Cubrimos celebraciones de Santos, Semana Santa, el Congreso de Jóvenes, y más. Hemos tenido mucho éxito, y vamos a eventos donde instalamos un puesto en el cual nuestros jóvenes hacen entrevistas como al Arzobispo Gomez, a teólogos, etc. Estamos abiertos a recibir talentos que quieran hacer radio y no necesitan tener preparación ni experiencia”, afirma el coordinador.

Embry expresa que es emocionante realizar esta labor en el Ministerio de Jóvenes Adultos porque “uno percibe el cambio en la vida espiritual y religiosa de los jóvenes adultos. Adquieren un compromiso mayor consigo mismos. Entonces uno les ve cuando recién llegan y luego a los años vuelves a verlos, y no sólo han mejorado a nivel personal, también varios se han vuelto profesionales. Hoy día tenemos con maestrías a tres que fueron miembros del equipo coordinador de la Pastoral juvenil. En teología tenemos a dos participantes que en estos momentos están estudiando Derecho; tenemos otro en Ciencias políticas, que ahora está en una importantísima organización del medio ambiente en el Sur de California…”, y la emoción en la voz de Alberto Embry es notoria al poner en evidencia el impacto positivo que ha tenido este ministerio arquidiocesano en la realidad de los jóvenes adultos de nuestra comunidad. VN

MINISTERIO DE JÓVENES ADULTOS Y SUS SERVICIOS

* Más información: (213) 637-7355 (coordinador Alberto Embry); aembry@la-archioceses.org

* En las redes sociales colocan sus programas radiales, eventos y retiros y se comunican con seguidores:

www.facebook.com/pastoraljuvenilla

www.youtube.com/PastoralJuvenilLA

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