ORGANIZACIÓN JESUITA LLEVA MENSAJE DE RESURRECCIÓN A CÁRCELES
Jóvenes detenidos aprenden meditación iniciada por San Ignacio de Loyola
Es domingo por la tarde y una madre llora desconsoladamente mientras su hijo adolescente le dirige unas palabras durante la ceremonia de su confirmación.
Nada de particular con esta imagen si toda la escena se efectuara en una iglesia, pero en esta ocasión el evento se realiza en un pasillo de un centro de detención juvenil.
El joven y sus padres acaban de firmar el “Libro de la Vida”, creación del Padre Jesuita Michael Kennedy (quien oficia la Misa), que contiene cientos de firmas de jóvenes encarcelados y sus padres como señal de su compromiso de iniciar un nuevo capítulo en sus vidas, lejos de drogas, de pandillas y de todo tipo de comportamientos negativos.
El Padre Miguel, o Padre Mike, (como le llaman entre la feligresía latina), es uno de los dos capellanes católicos del Centro de Detención Juvenil Barry J. Nidorf en Sylmar y fundador y director ejecutivo de la Iniciativa Jesuita de Justicia Restitutiva (JRJI, por sus siglas en inglés). Mano a mano con él trabaja Arturo López, también capellán del mismo centro carcelario.
“Sylmar sólo es una pieza de todo el trabajo que hacemos”, dice el Padre Miguel, mientras explica el propósito para el cual fue creada la organización no lucrativa como resultado de un viaje que hizo a Roma en el 2008, donde participó en la congregación general jesuita y donde se hizo énfasis en “nuevas fronteras: ir donde nadie más quiere ir y servir a las personas”.
Con más de 20 años trabajando en el sistema carcelario de California, donde se inició antes de ser asignado pastor de la Iglesia Misión Dolores en el área de Boyle Heights/Pico Aliso, donde permaneció 12 años. Siguiendo el lineamiento establecido en Roma, su corazón se inclinó a concebir un proyecto que diera lugar a la “resurrección” en las cárceles bajo el concepto de justicia restitutiva (enfocado en las necesidades de víctimas y ofensores por oposición al castigo punitivo de los ofensores) y rechazó la asignación como pastor de una iglesia en Santa Bárbara.
Su provincial le dio el visto bueno y estableció lazos de trabajo con la oficina de Justicia Restitutiva de la Arquidiócesis de Los Ángeles, con Homeboy Industries y el Noviciado de los Jesuitas en Los Ángeles.
“El objetivo es establecer una red al conectar los puntos entre campamentos de detención juvenil –prisiones de adultos donde los jóvenes continúan sirviendo sus sentencias– personas en el exterior, como el grupo InsideOUT Writers o el productor de cine Scott Budnick –organizaciones jesuitas como Homeboy Industries, la preparatoria Loyola, el noviciado jesuita y la Universidad Loyola Marymount”, explica el sacerdote.
Todo para caminar junto con los encarcelados revisando los errores en su vida como primer paso en la liberación espiritual que dé lugar a un nuevo estilo de vida. Muchos de los prisioneros son “lifers” (sentenciados a décadas de cárcel con derecho a libertad condicional) o “lwopers” (sentenciados a cadena perpetua sin derecho a libertad condicional).
Miembros de la Iniciativa Jesuita y voluntarios efectúan retiros espirituales con los encarcelados –adultos y jóvenes– en todos los centros de detención del Condado de Los Ángeles, siguiendo la tradición de contemplación ignaciana (San Ignacio de Loyola es el fundador de la Compañía de Jesús) en la cual la persona medita sobre un versículo de las Sagradas Escrituras ubicándose a sí misma en la escena bíblica usando la mayoría de sus cinco sentidos.
Después de la meditación viene un tiempo de reflexión colectiva seguida de la respuesta escrita a una pregunta formulada por el facilitador del ejercicio espiritual, que cierra con la lectura de la respuesta-reflexión.
El Padre Kennedy es “maestro” por excelencia de este tipo de ejercicios espirituales dentro de las cárceles, y como resultado alterno ha escrito (hasta ahora) seis libros con sus propias meditaciones, que en ocasiones sirven como recurso para la contemplación colectiva en los centros reclusorios donde muchos de los encarcelados han recibido el libro como obsequio del mismo sacerdote. El título de uno de los volúmenes, “Jesus the Risen Prisoner” (Jesús el Prisionero Resucitado), dio nombre a estos grupos o “comunidades” de meditación.
“El grupo de muchachos con el que trabajo ha crecido mucho espiritualmente con la meditación y a mí me ha ayudado a estar en armonía conmigo mismo”, dijo a Vida Nueva Ernie Pelayo, uno de los más de 20 voluntarios que colaboran con el Padre y López en el centro de detención juvenil de Sylmar. Con la guía de López, Pelayo ha aprendido a dirigir la meditación ignaciana en el “Compound”, la unidad de los lifers.
“El Padre Mike es una persona dedicada a los demás; se la pasa de cárcel en cárcel,” dijo Nicolás Alfaro, voluntario en Sylmar desde hace seis años. “Lo considero una bendición para los jóvenes y me encantan las Misas, porque sus homilías están dirigidas a los jóvenes con ejemplos de sus propias vidas”.
Como valor agregado, en cierto momento del mes el Padre Miguel oficia los sacramentos desde bautismo, primera comunión y confirmación para aquéllos que lo solicitan voluntariamente. El momento es propicio para invitar a los padres y al mismo recluso para firmar el “Libro de la Vida”.
“El Padre Mike le da una atención personal a los muchachos (en la cárcel) y ellos lo notan y sienten”, expresó Javier Nuño, quien prepara a los jóvenes para sus sacramentos.
Otro componente, al cual el Padre Kennedy y López han dedicado gran parte de su tiempo y esfuerzo, es la defensa de la propuesta de ley que eliminaría las sentencias sin derecho a libertad condicional para los adolescentes en las cárceles de California a quienes se trata como adultos. Estados Unidos es el único país en el mundo donde existe este tipo de tratamiento.
Por tercera vez consecutiva la propuesta de ley estatal que este año se llamó SB9 fue rechazada el 9 de septiembre, 2011, por la falta de un voto.
“Todavía hay esperanza de que los legisladores voten a favor de la SB9 cuando la Asamblea se reúna de nuevo en enero del 2012”, escribió el padre en una reflexión que tituló “Esperanza”, e hizo un llamado a continuar con la “llama viva” para contactar a los legisladores y darles a “nuestros jóvenes una segunda oportunidad”.
“Jesús estaba en lo correcto,” escribió, “Él se unió a aquéllos que eran despreciados por la sociedad. Mi alma estaba tan agradecida de haber estado con ellos ese día en que nuestros legisladores se quedaron cortos por un voto para pasar la propuesta de ley para darles esa segunda oportunidad. Ellos me dijeron, ‘Padre Mike, no vamos a perder la esperanza’”.
Su alma todavía se conmueve al ver el trato de la sociedad para con los adolescentes. “Parte de mí estaba alegre de ver a estos jóvenes que no había visto por un tiempo”, escribió en una reflexión sobre una reciente visita a una de las cárceles donde adolescentes conviven con adultos. “Pero también me enoja cómo son lanzados a una universidad criminal sin tener tiempo para madurar, saltándose la preparatoria”.
Los padres de familia tampoco pierden la esperanza y tienen un corazón agradecido para el sacerdote, para López, el resto del equipo y los voluntarios.
“¡Padre Mike es un gran instrumento de Dios para nosotros!”, exclamó Ema de la Rosa, con voz entrecortada. Su hijo Armando pasó tres años encarcelado culpado por la muerte de su propio hermano, un crimen que nunca se comprobó él cometió.
Durante ese tiempo el sacerdote acompañó en la cárcel y en la corte a la familia y a Armando, quien salió libre y recién terminó un curso para ser bombero.
Los padres de familia asisten cada mes a un servicio litúrgico dedicado a ellos presidido por el Padre Miguel en la capilla de Sylmar, y cada domingo él y López les dan acompañamiento espiritual en las visitas a sus hijos.
Otro servicio del equipo de la Iniciativa Jesuita es acompañar a los familiares de víctimas de crímenes. Por tercer año consecutivo el sacerdote ofició una liturgia de aurora en Semana Santa, en donde se congregaron exprisioneros, familiares de detenidos y familiares de víctimas.
“Este es un servicio litúrgico de sanación”, dijo el padre a la asamblea en esa ocasión. Fue la mejor forma de resumir en pocas palabras el trabajo de la Iniciativa Jesuita. VN
MAS INFORMACIÓN
Para ser voluntario/a o para más información sobre la Iniciativa Jesuita de Justicia Restitutiva, llamar al (310) 559-0777 o visitar www.jrji.org
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