ORGANIZACIÓN DENUNCIA DRAMA DE LOS DESAPARECIDOS EN LA FRONTERA
Para muchas familias, el intento de alcanzar el sueño americano se convirtió en una pesadilla cuando uno de sus familiares simplemente “desapareció” al intentar el cruce de la frontera de manera ilegal a través del desierto de Arizona.
Ante este fenómeno, la Coalición de los Derechos Humanos de Arizona, con base en Tucson, se ha visto obligada a crear una nueva categoría, la de los “desaparecidos” al contabilizar, como cada año, el número de muertes de inmigrantes indocumentados en el desierto.
“No podemos decir si hemos tenido más casos que el año pasado, es difícil de decir ya que ésta es la primera vez que los estamos contabilizando”, dijo Kat Rodríguez, portavoz de la organización defensora de los derechos de los inmigrantes.
“Nosotros solamente tenemos conocimiento de los casos en los que un familiar o un amigo nos llama para pedir ayuda en la búsqueda de su ser querido”, agregó.
Durante el presente año, la coalición tiene contabilizados 10 casos, entre ellos el de la inmigrante mexicana Grecia Belén Cruz Cruz, de 18 años, quien el mes pasado cruzó la frontera cerca de la población de Sasabe, en compañía de su esposo y un tío de ella.
El esposo de Cruz Cruz, originaria del puerto turístico de Acapulco en el estado de Guerrero, la dejó en una cabaña y salió a buscar ayuda y agua para su mujer.
El hombre se extravió y dos días después fue encontrado por agentes de la Patrulla Fronteriza. Aunque logró regresar a la cabaña junto con los agentes federales, la mujer había desaparecido.
De acuerdo con el equipo de rescate de la Patrulla Fronteriza, que siguió el rastro de la mujer, ésta se unió a otro grupo de indocumentados, quienes fueron recogidos por uno o más autos.
“Desde entonces la familia no sabe nada de ella. Existe una gran preocupación porque Grecia se encuentra muy cerca de cumplir los nueve meses de embarazo”, dijo Rodríguez.
Otro caso en el que la coalición está trabajando es el del adolescente José Rafael Díaz, de 13 años, desaparecido desde el pasado 2 de junio.
El menor, de origen salvadoreño, intentaba cruzar la frontera de manera ilegal a través del desierto de Arizona en compañía de su hermano Carlos Armando Díaz, de 16 años, cuando el grupo en el que viajaban fue divisado por agentes de la Patrulla Fronteriza.
Durante el incidente, los inmigrantes se disiparon y los hermanos se separaron.
El hermano mayor fue detenido por los agentes federales, pero desde entonces se desconoce el paradero de José Rafael.
“Siempre estoy pendiente de mi teléfono, con la esperanza de que sea él”, dijo Maria Díaz, madre del menor y quien reside en Nueva York. La madre pasó varias semanas en el sur de Arizona buscando inútilmente a su hijo.
Cuando una persona desaparece en su intento por cruzar la frontera, sus familiares y amigos se comunican con los consulados de sus países de origen en Arizona como son el de México, El Salvador y Guatemala, que inician una intensa búsqueda en los centros de detención.
Ante la falta de noticias, buscan la ayuda de otras organizaciones como la Coalición de los Derechos Humanos, que los asesoran en los pasos a seguir para la búsqueda.
“Primeramente hacemos un reporte con las dependencias correspondientes, también buscamos en los centros de detención, así como tratamos de buscarlos en albergues del lado mexicano, especialmente cuando se trata de menores centroamericanos quienes algunas veces se declaran de origen mexicano”, dijo Rodríguez.
Algunas veces piden la cooperación del equipo de rescate y trauma de la Patrulla Fronteriza, así como se mantienen en contacto continuo con la morgue del Condado Pima, lugar donde son llevados la mayoría de los cuerpos y restos humanos recuperados en el desierto.
“Tratamos de buscar a la persona por todos los medios, pero muchas veces la familia o una persona que viajaba con ellos no saben muchos detalles, solo nos dicen que los dejaron en el desierto. Alguien que nunca ha visitado el desierto de Arizona no entiende la magnitud, ni lo vasto del territorio”, enfatizó la activista.
“Para nosotros es muy importante que las familias tengan noticias de sus seres queridos, aunque no sean las mejores, pero que por lo menos sepan qué pasó con ellos y puedan recuperar su cuerpo”, finalizó. VN
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